Marta Chirino expone en Madrid sus dibujos en el aire

Ilustradora científica además de artista, Marta Chirino (1963) dibuja en el aire con lápiz, pintura y frágiles papeles un universo invisible en el que se sostiene la metáfora de la vida, del nacimiento a la muerte.

En la Galería Lucía Mendoza de Madrid presenta hasta el 14 de enero sus últimas obras, un imaginario poético de las plantas y flores que encuentra en su camino y que convierte en sueño y en arte, con finos e infinitos trazos con los que crea mágicas y texturas llenas de verdad.

"El dibujo botánico -ha explicado a Efe- era mi pasión ya de pequeña, desde los doce años, en que empiezo a pensar que me chiflan los nervios paralelos de las hojas, los detalles de las plantas y luego los dibujos de los libros de Botánica cuando estudiaba Biología ".

De su madre, Margarita Argenta, hija del famoso pianista y director de orquesta, ha heredado no solo su sensibilidad musical. "La parte Argenta tiene una rama de médicos y farmacéuticos y mi tatarabuelo, Vicente Martín de Argenta y Texidior, publicó tres volúmenes de usos medicinales de las plantas, conocidos como la Flora de Teixidor".

"El dibujo artístico, aunque sea arte botánico y siempre guarde el rigor botánico, es más libre", dice la artista que expone con regularidad desde 2001. Hace dos años, comenzó a experimentar el volumen con papeles superpuestos y pintura, en un nuevo lenguaje artístico del que han surgido unas obras más gestuales, como "Tulips in love", un impactante tulipán de casi metro y medio que se puede ver en la exposición.

Ramas de granado, de rosal, lirios, claveles, rosas, la impresionante orquídea Cimbidia IV, pero también "De-lirios, "El ocaso" o el poema visual "Delilium", en el que muestra las distintas etapas de la vida y "Alstroemerias, tiempo y vida", el esfuerzo del individuo por sobrevivir al paso del tiempo y escapar al ciclo de la vida.

Su obra artística está construida sobre el mundo vegetal que encuentra en su camino: las ramas de los árboles, la tierra, las hojas, frutos y pétalos, en los que a veces descubre extraordinarias formas escultóricas.

Confiesa que a veces las arranca para hacerlas suyas en su estudio como motivo de inspiración.

"Entran en mi vida como pensamientos que en mi cerebro elaboran ilusiones, inmersos en un horizonte luminoso y claro. Un espacio en el que me elevo, dejándome mecer en lo alto para, despojándome de lo matérico, elaborar mi obra", apunta.

Sus estudios de Biología y Bellas Artes le permiten estudiar las estructuras mínimas de flores y plantas para descubrir las partes ocultas al ojo humano y en el dibujo encuentra "una nueva realidad", flores y plantas reinventadas en postura y tamaño, en las que "una claridad límbica sumerge la obra".

"Cuando estoy creando estoy en un espacio mental totalmente diferente, busco la belleza, en esos ritmos hay poesía, todo lo que imagino está en otro universo", confiesa.

Es ilustradora científica del Jardín Botánico de Madrid, en el que colaboradora desde hace años, y tiene un currículo sorprendente en un país en el que no existe esta disciplina ni sociedades de artistas botánicos.

"Actualmente -asegura- como consecuencia de la falta de apoyo y medios económicos destinados a la investigación, la profesión del dibujante botánico prácticamente tampoco existe".

A ella le debemos, entre otras, las ilustraciones del primer catálogo de la Flora Acuática de España, en la que trabaja actualmente con el investigador Santos Cirujano, y también las de la Flora Ibérica.

Desde 1998 es miembro, y muy valorada, de "The Society of Botanical Artists" (Sociedad de Artistas Botánicos) del Reino Unido , y tiene importantes premios, como la Medalla de Oro "The Royal Horticultural Society" (Real Sociedad de Horticultura Inglesa).

"La suerte que he tenido es que, como soy de formación autodidacta como ilustradora científica, al final soy diferente y por eso llamo la atención cada vez que presento algún proyecto en Londres y también aquí".