Sidonie regresa a los escenarios de Gran Canaria con la gira de El peor grupo del mundo, un disco que homenajea al lenguaje del pop. La última vez que estuvieron en la Isla fue en 2009. ¿Qué espera del reencuentro con el público grancanario?
Para los que vivimos en la Península no es fácil la coyuntura para ir a las Islas con la frecuencia que quisiéramos. No es fácil tomar este tipo de decisiones comparando con hacerlo con Barcelona o con Madrid, que es lo normal. Cierto es que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que estuvimos ahí, y ni siquiera fuimos con los discos antyerioes El fluido García (2011) y Sierra y Canadá (2014), y echábamos de menos no poder ir. El festival, el marco en el que estamos ahora nos parece atractivo. Nos han dicho que el sitio es precioso y el cartel, por coincidencia estilística con los grupos y por amistad nos parece interesante y muy agradecido para nosotros. Seguro que vamos a disfrutar de nuestro concierto y del resto de grupos.
Casi dos décadas en la carretera y ocho discos publicados. ¿Este último es un homenaje descarado al lenguaje del pop?
Sin duda creo que lo más destacable es que ahora lo puedo apreciar después de haber recibido las opiniones de la gente que lo ha ido escuchando. A día de hoy y con el espíritu estilístico y lírico que reina en el pop de nuestro país, un tanto tocado, feliz por el estado en el que está, pero mermado por la situación de la música, vuelvo a decir que lo destacado es encontrarnos con un disco como este tan luminoso y optimista, de celebración y de dedicatoria. Es algo que ha sido buscado y premeditado, y parte de la inspiración de Marc como compositor, con estas melodías dedicándolas a otra gran amante en su vida como es la música, y el esfuerzo de todo el equipo, nosotros como grupo y el resto de productores, es conseguir dar esa luz que tienen las canciones para que sean en toda regla una oda, un homenaje al pop y a la música, viniendo de un grupo que puede hacerlo con todas las de la ley por haber vivido tantos años de esto, y además habiendo vivido tantas experiencias, unas mejor y otras peor, gracias a las cuales ha podido siempre crecer.
Cada disco es una etapa en la banda, con un punto de partida con los dos primeros álbumes de rock y psicodelia, y que en los sucesivos episodios han estado presididos por el afán de reinventarse sin traicionar a sus principios.
Me gusta muchísimo destacar el hecho que después de tantos años, de golpe se produzca ese momento de visualización vital, llevamos tanto tiempo en esto, todo lo que hemos vivido, y a pesar de todas las vicisitudes y complicaciones que a veces nos rodean, nos sentimos afortunados con lo que hacemos, por el hecho de seguir ilusionados con lo que hacemos, y por el hecho también de cuanto le debemos a la música y al pop en este país. Toda esta situación que hemos tenido se ha traducido en el disco.
¿Esa actitud positiva de la que habla se traduce en las canciones y en los directos?
Exacto. Con los años, y a aquí esta Marc como compositor principal, hemos ido necesitando compartir o dedicar las canciones a algo que casi siempre es el objeto amoroso, sea un amante, un desamor provocado por una ruptura o una reconquista. Es algo que ha marcado mucho el motivo por el cual se han escrito estas canciones, a quien han estado dedicadas, y sin duda, el hecho de que los tres estemos en un momento vital y amoroso feliz, y que nos sintamos tan emocionados con todo lo que ha pasado ultimamente con el grupo. Cogemos toda esta explosión y la dedicamos a algo que teníamos pendiente, a nuestra historia, a nuestra generación, a la escena pop, a lo que nos ha ayudado a estar en donde nos encontramos. Lo increible es que esto se ha convertido en un disco que al escucharlo provoque tanta vitalidad y alegría.
¿Recuperar el lenguaje del pop en este tono era una necesidad del grupo?
Totalmente. Lo reivindico desde la parte que me toca, que es la de estar a la espera de lo que Marc nos enseña cuando compone una canción, un compositor que es capaz de hacer este tipo de melodías. Admiro ese noble arte de hacer canciones, y además otorgarle la luz que ahora mismo marca nuestro momento. Y esto está en manos de la inspiración, de las circunstancias, de cómo estamos, y por eso cada disco a lo largo de nuestra carrera ha sido un reflejo de lo que en ese momento estábamos viviendo, cada giro, cada golpe de timón, cada búsqueda tenía su sentido, la necesidad de irte de allí para estar aquí ahora. Si le dedico una canción de amor desgarrado a alguien es porque necesito hacerlo en ese momento.
¿El título del disco El peor grupo del mundo es una invitación a que el público juzgue si el esfuerzo de todos estos años ha situado a Sidonie en el lugar que le corresponde?
El título homenajea a todas las bandas que como nosotros en algún momento hemos podido sentirnos el peor grupo del mundo porque alguien ha insistido en decírtelo, porque alguien lo ha creído, lo ha dicho de una forma u otra, porque al fin y al cabo cuando uno hace canciones o lo que sea pone se expone siempre a una crítica, y con tantos años en esto de la música, hemos recibido muchísimas, y las más feroces son las que recibes al principio cuando eres más vulnerable, cuando te afecta más y que puede hacer que dudes de lo que estas intentando hacer. Entonces, esos grupos que empiezan se han podido sentir como el título de la canción.
A la crítica hay que hacerle caso en su contexto...
Es algo que aprendes con el tiempo. Recuerdo momentos no solo de la crítica musical, un entorno hostil, una mala noche, un amigo íntimo,..., crees que estas haciendo lo más grande del mundo y hay gente que te dice que no te va a servir de nada, y lo recuerdas todo. Lo superas y al final todo esto te hace más fuerte. Las bandas más grandes que podamos tener en la memoria, los Beatles en su tiempo, por ejemplo, se pudieron sentir el peor grupo del mundo cuando la discográfica Decca les dijo que no iba a interesar nunca a nadie. O Ramones, que en su primer concierto también les decían que eran el peor grupo del mundo, pero en cambio algo hipnotizaba a quien los veía para seguir con ellos. Y hasta Queen que tocaban en una sala para cuatro gatos cuando se creían lo más y la realidad era otra. Uno tiene que haber pasado por momentos crudos para superarlos y crecer.
