"Silencio, se rueda". Primer día de rodaje. A las nueve de la mañana de ayer volvió a sonar en Las Palmas de Gran Canaria el característico aviso de toda producción cinematográfica y que en esta ocasión marcó el pistoletazo de salida del rodaje de Down a Dark Hall, del director gallego Rodrigo Cortés y con la presencia de la estrella de Hollywood Uma Thurman como gran reclamo. La acción de este título, de las productoras norteamericanas Fickle Fish Films y Temple Hill Entertainment, con el protagonismo de Nostromo Pictures del grancanario Adrián Guerra, se desarrolló ayer en el interior del Gabinete Literario. Esto hizo que los curiosos y paseantes del entorno de la Alameda de Colón se quedaran sin poder ver a la gran estrella.

Sin rastro de Uma Thurman. La protagonista de Pulp Fiction y Kill Bill, entre otros éxitos de la taquilla internacional, interpreta el papel de una estricta directora de un internado, el Instituto Blackwood para señoritas. Ayer se tomó su rol al pie de la letra. La musa de Quentin Tarantino, que repite con un cabello color negro como cuando interpretó el célebre personaje de Mia Wallace, se recluyó en el interior del Gabinete Literario desde primera hora de la mañana y no salió del mismo, ocultándose con una manta, hasta haber concluido su jornada a las siete de la tarde. Mientras tanto, el resto del reparto de esta producción sí se dejó ver en la plaza Cairasco y sus alrededores. Uma Thurman pidió al equipo de producción que le habilitara un espacio para su descanso en el emblemático edificio cultural de Las Palmas de Gran Canaria que se ha convertido en el principal foco de interés de las distintas productoras cinematográficas que han elegido rodar en la capital de la Isla: desde Aliados a Como Reinas, pasando por Palmeras en la Nieve.

Los trabajos técnicos comenzaron sobre las 5.30 horas de la mañana. El reparto llegó al set con el amanecer y Thurman accedió al Gabinete para no abandonarlo en todo el día. Sobre las 12 horas se empezó a ver movimiento en un ir y venir de objetos entre el Hotel Madrid y el Gabinete Literario en un set de rodaje limitado a escenas de interior. Primero, un gran colchón matrimonial con sus correspondientes sábanas; después un cenicero y, por último, un ventilador. La hoja de ruta prevista cambió de improviso. Mientras los técnicos de producción se afanaban en un ir y venir de tablones de madera para construir una pequeña habitación para su descanso entre toma y toma. La actriz, que se ha instalado definitivamente en un hotel del Sur tras descartar el Santa Catalina, prefirió permanecer en el plató durante la jornada, donde también almorzó, antes que hacer uso de alguna de las habitaciones reservadas por su equipo en el Hotel Madrid, cerrado al completo como espacio de apoyo y descanso en un rodaje que cuenta con unos 150 profesionales canarios. Además, se le ofreció acomodo en el Salón Dorado del Gabinete, el de mayor esplendor decorativo, pero Thurman optó por un emplazamiento más pequeño y reservado en la segunda planta del edificio.

Algunas voces señalaron que la actriz estaba algo enferma para justificar su aislamiento. Lo cierto es que Uma Thurman también resultó invisible, para la prensa y fotógrafos, en su paso reciente por la ciudad de Barcelona, donde el equipo de Down a Dark Hall ha estado grabando el grueso de este film, el cuarto del director gallego después de Concursante (2007), Buried (2010) y Luces Rojas (2012). Rodrigo Cortés cuenta con amplia experiencia a la hora de dirigir a grandes estrellas norteamericanas, con Ryan Reynolds en Buried y Robert de Niro y Sigourney Weaver en Luces Rojas. En esta ocasión, algunas voces explicaron la que la actriz se encontraba indispuesta con un incómodo catarro.

Todo lo contrario ocurrió con el grueso del reparto, en su mayoría compuesto por nuevos talentos adolescentes de la industria cinematográfica americana. La actriz protagonista, AnnaSophia Robb, que saltó a la fama por la interpretación del personaje de Violeta, la niña rica y malcriada de Charlie y la Fábrica de Chocolate (Tim Burton, 2005), sí paseó por todo el entorno de la Plaza de Cairasco y la Alameda de Colón. La joven actriz estuvo especialmente simpática al conocer a una niña canaria, de padre norteamericano, que interpreta a su mismo personaje en un flashback hacia su infancia. Ambas compartieron una agradable charla en compañía de los padres de la menor.

El dispositivo técnico desplegado no requirió, como en otras ocasiones de un vallado en la plaza por lo que profesionales y paseantes se mezclaron sin ningún tipo de molestia para una y otra parte. Cuatro carpas se instalaron en la Alameda de Colón para el montaje de las oficinas, materiales y para el catering. Cinco camiones se instalaron en la calle General Bravo. La mayoría contenían el equipo que se descargó a primera hora de la mañana. Los preparativos y trabajos pertinentes comenzaron a las 6 de la mañana. Uno de los trailers fue empleado como un servicio de lavandería y vestuario. En su interior, cuatro lavadoras trabajaban a pleno rendimiento. Mientras, en el exterior esperaba un guardarropa con uniformes con sangre.

El personal de las distintas productoras, con Nostromo y Macaronesia como exponentes canarias -en un rodaje cuyo equipo se ha alquilado a empresas locales-, cubrieron parte de la fachada del Gabinete con grandes paños negros de tela para mitigar la luz exterior. Algunas fuentes explicaron que la idea inicial consistía en rodar en horario nocturno como se hizo en Allied. Finalmente se optó por trabajar de 6.30 hasta las 20 horas de la tarde. Hoy se repite este horario.