El disco No me quiero enamorar se ha revelado como uno de los mejores debuts de este 2016 como demuestran los premios que les han otorgado por toda España, ¿esperaba este espaldarazo de la crítica?
La verdad es que no lo esperaba pero sí he notado bastante apoyo y entusiasmo por parte de varios medios este año. El apoyo y entrega del público es genial pero ya contar también con el de la crítica es muy guay, se agradece bastante.
¿Por qué decidió precisamente grabar en el sello Jabalina?
Un día me acosté pensando en que quería sacar el disco y al día siguiente, o los dos días, me escribió Tanis de Jabalina Música, para ofrecérmelo y como no tenía otra cosa y creo que era el momento de empezar por algún lado a dar a conocer el proyecto pues lo hice. Además el sello, dentro del sector musical, es más o menos conocido y para dar un primer paso no me pareció mala elección empezar grabando allí.
¿Le han ofrecido, tras el éxito, ofertas de otras compañías?
Todavía no nos han ofrecido nada, además que se respetan bastante entre los sellos y aunque hayan mostrado interés no nos han propuesto nada oficial de momento. Quizás aún es pronto. Espero que con los premios todo tenga más repercusión y podamos dar otro pasito más grande.
Los que quedamos atrapado con este primer disco esperamos una continuación. ¿Cree que será posible un segundo para 2017? Y, en caso que así sea, ¿habrá cambios sustanciales?
Pues espero que sí, esa es la idea aunque no quiero pensar; como hoy en día todo va a un ritmo apabullante parece que sea una obligación sacar un disco por año. En este caso, espero sacar un segundo disco para 2017 ya que tengo ya compuestas varias canciones; en el caso de que no estuviese inspirada seguro que lo postergaría sin problema aunque corriendo el riesgo de que Papaya caiga en el olvido. Tal vez este segundo disco tire mas a los 70´s o canción tradicional de toda la vida que le pueda gustar a varias generaciones.
¿Hasta qué punto fue fundamental el trabajo de Sebastián Litmanovich en la producción para el óptimo sonido del disco?
-Pues fue fundamental ya que es un maestro de los arreglos y de la búsqueda de sonido o idea perfecta para cada tema. Si la idea y la composición están bien, él se encarga de que se conviertan en temazos.
En varias canciones se percibe un regusto algo gótico en las canciones. ¿Es quizás por su pertenencia a los Violeta Vil?
-Amo la oscuridad y lo gótico, siempre me he sentido atraída por ello. De pequeña quería ser un vampiro y lo sigo queriendo. Me considero una persona alegre y optimista pero también tengo un lado muy oscuro que creo que me viene por naturaleza.
También hay mucha sensualidad en las letras, con frases bastante explícitas pero en un contexto algo críptico. ¿Le gusta jugar con estos dos conceptos?
Soy un ser sexual, no lo puedo negar. La seducción es parte de mí y me parece interesante y divertida. Creo que es uno de los motores de muchas cosas de la vida, no veo por qué no dejarlo fluir en letras o en lo que sea. No es que juegue, es parte de mí y parte del mundo. Cualquier letra popular o comercial es explícita, la televisión es explícita, las noticias lo son, no creo que recalque nada nuevo.
¿En qué formato actuará en el Festival Cero? ¿Están los tres papayos?
Sí, iremos la banda al completo. A los papayos les encanta ir a Canarias y siempre que vamos nos tratan de absoluto lujo.
Creo que la personalidad de Papaya se apoya en su voz y sus letras, ¿suelen ser autobiográficas?
No tienen por qué, aunque en algunas frases a veces sí hablo de cosas que podrían ser mías pero en general hablo de sentimientos o sensaciones generales o historias que me van contando. A veces mezclo realidad y ficción, y suelo inspirarme en cosas que veo o que le pasan a la gente.
Papaya ha estado dando conciertos los últimos meses de forma imparable. ¿Le gusta esta actividad frenética?
Sí, la verdad es que no es solo que me guste sino que creo que se nos da bien llevar ese ritmo de vida y que podríamos vivir haciendo esto siempre. Somos tranquilos aunque a veces la desfasamos. Lo ideal sería tocar siempre y ganar mucho más. Conocemos España con tanto viaje y a gente maravillosa y en general nos tratan muy bien así que es muy tentador llevar este ritmo de vida.
¿Entre qué años vivió en Las Palmas de Gran Canaria?
Entre 2009 y 2013.
¿Y qué recuerda de su experiencia en la ciudad hasta que se marchó a la Península?
Ay, Las Palmas es una ciudad que me gusta mucho. Vivía en Vegueta y recuerdo que adoraba pasear por las calles del casco antiguo por la noche. Me rodeaba de buena gente y me lo pasaba muy bien, fueron unos años muy bonitos. Aprendí muchas cosas, me curé de otras muchas, aprendí a relajarme y a pasármelo bomba a lo loco también. Es una ciudad muy variada y grande y con un buen clima, me acuerdo mucho de eso. Recuerdo los ensayos en Los tres picos (El Batán), mi profunda admiración por sus vistas al mar y las maravillosas excursiones a las montañas.
Tras varias ocasiones frustradas, por fin viene a actuar a Canarias ¿qué sensación tiene de volver a la ciudad en la que creció con este flamante proyecto?
Siempre se me hace un poco raro volver a Canarias, como que me cuesta a veces llevar allí todo lo que traigo de fuera en todos los sentidos. Siempre que he vuelto todo está más cambiado, lógicamente, pero los amigos y los bares de siempre siguen ahí. Me da un poco de pena a veces pasear por donde vivía y pensar que tuve otra vida allí durante esos años en los que fui bastante feliz y me sentí muy bien acogida por la gente, el público y el lugar.
