El universo del cancionero popular canario respira en la voz del artista Luis Morera, uno de los referentes artísticos cimeros en el Archipiélago, que abraza la llegada de este 2017 con una doble cita musical en el Auditorio Alfredo Kraus y el Teatro-Auditorio de Agüimes, los próximos 6 y 7 de enero. El espectáculo Morera Sinfónico, concebido para conmemorar el 70o cumpleaños del vocalista palmero, abre sus puertas a un tándem inédito -precedido por su éxito rotundo en La Laguna con la Sinfónica de Tenerife- donde la voz de Morera estará arropada por la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, bajo la batuta de Luis García Santana.
El repertorio de Morera Sinfónico desandará la trayectoria de Taburiente, que cumple su 40o aniversario en la brecha musical, a través de sus más emblemáticas canciones, como La quinta verde o A la caldera, junto con otros grandes temas populares que vertebran la cartografía sentimental del artista. "Creo que no se puede pedir más en un concierto de esta magnitud y que seguro va a dejar huella", manifiesta Morera. "Todos estos temas de Taburiente, que nacieron en los años de la Transición y han vivido hasta el presente, fueron bandera de reivindicación, no sólo en lo social, sino también en el mundo de la naturaleza, porque reivindican entornos nuestros que pudieron ser destruidos y, además, reflejan esa comunión entre el artista y el mundo natural".
Para el músico, que atesora casi medio siglo a lomos de los escenarios isleños, Morera Sinfónico recorrerá "la banda sonora que ha acompañado a varias generaciones en Canarias y que hoy siguen siendo vigentes". "Estos son temas que no mueren y no morirán nunca, ni siquiera en este mundo actual que va tan deprisa, porque son temas que han nacido para quedarse y perpetuar un mensaje de amor hacia la vida y hacia la naturaleza", añade.
Pero, además, su propio repertorio se hilvanará con canciones como María la Portuguesa, de Carlos Cano; Amanecí en tus brazos; de José Alfredo Jiménez; De alguna manera; de Luis Eduardo Aute; o Gracias a la vida, de Violeta Parra. "Todos estos temas de otros autores me han cautivado siempre, porque no sólo me miro en mi propio espejo, sino que también miro el trabajo de otros, porque comulgo con ellos en ese aspecto y caminamos por las mismas veredas creativas", señala Morera, quien sitúa su faro creativo en la figura de César Manrique, "de quien tomo el relevo del amor a mis Islas".
Entre el inventario de canciones de Morera Sinfónico, el artista destaca el simbolismo de Gracias a la vida, en una versión que viste de musicalidad propia, porque asegura que "mis conciertos, en el fondo, son una reivindicación de la vida". "No son conciertos donde yo sólo me luzco vocalmente, sino que dentro de mí hay un luchador y un guerrero de la vida y diría que, incluso, un guerrero de las causas perdidas. Y son ya 70 años en la calle, pero todavía me quedan unos cuantos que seguir machacando".
En este sentido, Morera afirma que "yo tengo una paleta para pintar el mundo de colores, porque la vida me ha puesto muchas posibilidades, como la pintura, la música o, sencillamente, el poder expresarme y comunicar por medio de la palabra. Y por todo eso, yo le doy gracias a la vida". Y a un tiempo, el artista, cuya mirada crítica se mantiene tan engrasada como su voz, revela que "abrir el corazón y no esconderse es lo más bonito de la vida, porque la propia vida puede enseñarte cosas hermosas. Por eso, trata de mirar siempre al que tienes al lado, porque puedes aprender mucho de él. Y ese sea el defecto del canario: que deja al propio canario de lado y, así, se falla a sí mismo".
"Ya son 70 años luchando desde pequeño, entre manifestaciones y pancartas, y Canarias sigue cayendo en ese error de valorar siempre lo que viene de otro lugar antes que lo propio", lamenta. "El día que Canarias cambie ese chip, este Archipiélago crecerá y se distinguirá, sin complejos, en el mundo". En esta línea, Morera ha querido que la realización de todos los conciertos de Morera Sinfónico, como ya sucediera en La Laguna, corra a cargo de músicos y autores canarios. "Y hablamos de grandes músicos de Canarias, que se codean con los grandes de Europa pero que en Canarias, desgraciadamente, tienen que ir a tocar en hoteles por 50 euros para sobrevivir", apunta. "En los años que me quedan voy a machacar esto con la esperanza de que, por lo menos, las nuevas generaciones entiendan el mensaje. Ya no tengo miedo a que se me diga '¡pero quién eres tú!', porque ya saben quién soy. Al fin y al cabo ya son 70 años en la calle".
Con todo, Morera aspira a devolver a Gran Canaria tantos años de música y de vida. "La compenetración con mi público es muy especial y, cuando eso ocurre, uno ofrece todo lo mejor de uno mismo, así que espero estos dos conciertos con mucha ilusión, con responsabilidad y con agradecimiento, por adelantado".
