La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Teatro

El presente en el pasado

Cualquier recreación teatral del principal instrumento adoctrinador de la sociedad franquista, la educación, se enfrenta con la problemática de elegir género dramático. Si éste es una tragedia el espectador tendrá que hacer frente a una visión descorazonadora de uno los mecanismos de represión del antiguo régimen, pero si el dramaturgo se decanta por la comedia, entonces el público podrá contemplar el pasado a través de la parodia.

Afortunadamente este segundo caso es el de El florido pensil, -programada el fin de semana en el Cuyás- ya que es la adaptación teatral que Kike Díaz de Rada y Fernando Bernués han realizado de la novela homónima de Andrés Sopeña, que tuvo el acierto de contemplar el pasado de manera burlesca en vez de recrearse en las miserias de la posguerra, con el resultado que sustituyó diestramente las críticas a la dictadura con la ironía de la parodia.

Mucho han cambiado las cosas desde que se denominaba a nuestro país "florido pensil", es decir, delicioso jardín, en una de las desafortunadas letras del himno nacional, y es precisamente eso, la distancia que nos separa de la obra lo que permite ver con humor las desventuras de un grupo de alumnas sometidas a la absurda y desatinada crueldad del sistema educativo nacionalcatólico. La idea de llevarla a escena con actrices adultas aporta aún más comicidad a lo que de por sí resulta hilarante, y la escenografía, con pupitres de madera, una pizarra de tiza y una foto de Franco y José Antonio, no podía estar más lograda.

La función hace múltiples alusiones a diferentes elementos de la cultura de masas de la época como el cine de barrio, el No-Do la radio, la iglesia y el tebeo, pero lo fundamental es que esta versión femenina de la novela recuerda en varias ocasiones que como dice el refrán "de aquellos polvos vienen estos lodos", porque varios de los problemas a los que la sociedad española se enfrenta en la actualidad, como la violencia de género, hábilmente citada en un paréntesis, tienen su origen en la educación patriarcal que varias generaciones recibieron durante la dictadura.

De esa manera esta propuesta, bien dirigida por Fernando Bernués y Mireia Gabilondo, y magníficamente interpretada por cinco actrices, casi irreconocibles en sus papeles, es digna de encomio por partida doble, porque no sólo supone una sátira del pasado, sino que lo señala como la fuente de muchos de los problemas del presente.

Compartir el artículo

stats