El Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria estrena este fin de semana (viernes y sábado a las 20.30 horas) el montaje Siempre Alice, adaptación del ´superventas´ de la norteamericana Lisa Genova, escrita y dirigida por el grancanario Víctor Formoso y protagonizada por Mari Carmen Sánchez, Luifer y Blanca Rodríguez, Marta Viera y Nati Vera.

En Estados Unidos, la obra ya había sido llevada al teatro por Christine Dunford, así que el del Cuyás será el estreno europeo de un texto cuya versión cinematográfica dirigida en 2014 por Richard Glatzer y Wash Westmoreland le valió a Julianne Moore el Óscar a la Mejor actriz por su interpretación de Alice, una prestigiosa lingüista y profesora en Harvard de apenas 50 años cuya vida casi perfecta se ve truncada por el diagnóstico de una terrible enfermedad: alzhéimer precoz.

El caso de Alice, a la que en esta ocasión dará vida la citada Mari Carmen Sánchez (El tiempo entre costuras, La sonata del silencio) bien podría ser el de "Auguste D.", una mujer de 51 años considerada la "paciente cero" de esta enfermedad cuyo caso fue expuesto en 1906 por el patólogo y psiquiatra Alois Alzheimer en la XXXVII Conferencia de Psiquiatría del Sudoeste Alemán.

Allí, el célebre científico cuyo apellido daría nombre a esta dolencia expuso por primera vez sus síntomas: pérdida de memoria, desorientación, alucinaciones y demencia, así como una serie de anomalías cerebrales.

111 años después y según la Organización de Mundial de la Salud, el alzhéimer afecta a más de 47 millones de personas y cada año se diagnostican más de siete millones de nuevos casos en todo el mundo, gran parte de ellos en países desarrollados. Además, la OMS prevé que la cifra de quienes la padecen directamente pase de los 75,6 millones de 2030 a los 135,5 millones de 2050, debido al aumento de la esperanza de vida en ciertos países y, por tanto, del riesgo de demencia de sus ciudadanos.Pese a su crudeza, esas estadísticas obvian, sin embargo, el dolor y la tensión a los que se ven o se verán sometidos otros muchos millones de personas: familiares y allegados convertidos en testigos del, al menos hoy, irreversible deterioro físico y mental de sus seres queridos. De hecho, "el 54% de las personas tiene una relación directa o indirecta con la enfermedad", apuntan desde la Fundación Pasqual Maragall (el conocido político catalán es uno de los rostros más conocidos de este mal y tanto él como su familia emprendieron tras el diagnóstico una férrea batalla que aún hoy continúa).

En su página web, www.fpmaragall.org, la fundación apunta además que "muchas de las personas que asumen la responsabilidad de acompañar al enfermo, la mayoría mujeres, acaban enfermas debido a los altos niveles de estrés y ansiedad con los que viven durante todo el proceso de la enfermedad", lo que pone de manifiesto sus consecuencias no solo para el paciente sino para su entorno.