¿Es su tercera temporada en Amigos Canarios de la Ópera como director artístico y estamos en vísperas de la inauguración de la 50º Temporada, que comienza el 21 de febrero en el Teatro Perez Galdos con Lucia de Lammermoor, de Donizetti. Una efeméride noble que se celebra con un programa de cinco títulos del repertorio de Alfredo Kraus, protagonista de la puesta de largo del entonces Festival de Ópera con parte de las roles que se representarán hasta junio. ¿Cómo afronta el 50º aniversario de ACO?
Desde la primera Temporada que hice en el año 2015 teníamos en mente esta celebración en 2017. Evidentemente, había que pensar en algo especial. En aquel momento la situación eonómica era realmente dramática, teníamos un déficit que rondaba el medio millón de euros por una reducción de la subvención que otorgaba el Gobierno autónomo y que pasó de 400.700 euros a nada, y sin previo aviso. Ese fue el quebranto importante. La prioridad fundamental era reconducir la situación, y en dos años practicamente se ha conseguido. Estamos en una digamos, no solvencia, pero si cierta estabilidad y un futuro que nos permite programar temporadas posteriores. La idea inicial era qué hacíamos en 2017; lo más importante era recuperar el quinto título que habíamos perdido por la crisis, que el Festival de Ópera recuperase el nivel que siempre ha tenido, mantenernos en la élite de las temporadas españolas, y me refiero a Bilbao, Valencia u Oviedo, porque el Real y El Liceo están en otro nivel. Era muy importante para nosotros volver rápido, por los socios, el público, y porque las subvenciones que vienen de Madrid están muchas veces vinculadas a la importancia de las temporadas. La viabilidad económica se dio para poderlo hacer, y aunque pasamos de cuatro a cinco títulos solo hemos subido un 11 por ciento el presupuesto del año pasado, se ha hecho con mucho trabajo y sacrificio,y con mucha ayuda, y bueno, decidimos darle prioridad. Cuando piensas si vamos a repetir los mismos títulos de la primera temporada, que tiene clara si lógica, Kraus está de por medio, y decidimos hacer la 50 Temporada en torno a Alfredo Kraus.
¿La programación de aniversario recupera tres de los títulos del primer Festival de 1967?
En la primera temporada fueron tres títulos: La Favorita, Werther y Rigoletto. Repetimos esos tres y añadimos otros dos que son krausianos cien por cien como Lucía de Lammermoor y La hija del regimiento, Se podrían haber hecho otros, pero estimamos que eran los más convenientes por los cantantes con los que contábamos. La idea ha gustado muchísimo, y de hecho la revista TripAdvisor nos ha elegido como la mejor Temporada de Invierno, y es por votación popular, los propios clientes los que han premiado esa programación. Y estamos contentísimos con el reconocimiento.
¿No ha sido posible fidelizar en esta Temporada a los cantantes canarios que han seguido la estela de Kraus y que se han convertido en protagonistas habituales en las principales ciudades del circuito internacional, caso de Celso Albelo, entre otros?
Cuando decidimos los títulos y al igual que siempre hacemos, buscamos qué cantantes canarios podrían participar en esta temporada. Evidentemente, la primera llamada telefónica que hice fue a Celso Albelo. Tenía mucho interés en participar, y él es un fiel reflejo de la carrera de Alfredo Kraus, por repertorio, timbre, manera de cantar y en la persona. En verdad, estuvimos muy cerca de conseguirlo, y estaba previsto para una de las óperas, pero no pudo ser. Tiene una agenda muy ocupada, de lo cual me alegro mucho por él pero lo siento mucho por nosotros, y optamos incluso por un segundo título, y estuvimos tan cerca que podía haber cantado dos funciones de una de las óperas, pero no podía garantizar la tercera. Tenemos la obligación de ofrecerle al socio los mismos cantantes en todas las funciones, tiene que ser el mismo reparto, y desgraciadamente y por esto es por lo que no está Celso Albelo. Nunca se ha hecho excepciones en este sentido. Luego está Nancy Fabiola Herrera, que debuta en el rol en La Favorita, un estreno importante porque es uno de los papeles más importantes para una mezzosoprano, está muy contenta y nosotros más todavía. En el caso de Yolanda Auyanet y Davinia Rodríguez, es un problema de repertorio. Ellas ya no lo cantan. Hablamos con Yolanda y no fue posible. Y Jorge de León evidentemente no hace este repertorio. Y con Davinia Rodríguez ya hablamos para hacer una ópera en 2018, con Yolanda Auyanet también algunas cosas. Este año también en el papel protagonista tenemos a Elisandra Melián, que una soprano canaria joven que está en un teatro en Alemania y que le hemos ofrecido una Gilda junto a Leo Nucci en Rigoletto, que vuelve después que por problemas de salud nos cancelara en el último momento.
¿Satisfecho con el elenco vocal que defenderá las producciones del 50º aniversario?
Muchísimo. Diría que practicamente en algunos casos es imejorable. Tenemos a Javier Camarena en La hija del regimiento, que es el tenor de moda en este repertorio, que ha visado esta ópera en el Metropolitan de Nueva York, en el Teatro Real; Jessica Prat es una soprano australiana que está teniendo los mayores éxitos en estos momentos y que va a debutar aquí con nosotros en La hija del regimiento; en Werther viene Aquiles Machado, habitual en las temporadas, y que creo que va a ser un gran título; debutan voces importantes como Paolo Fanale en Lucia; Marina Monzó que canta en Werther, ópera en la que debuta Silvia Tro Santafe, mezzo de las españolas más importantes que tenemos y que curiosamente no había cantado con nosotros. Siempre nos gusta presentar nuevas voces, mantener los cantantes que les gusta al público y a los que tienen cariño, siempre es importante, con voces canarias, españolas e internacionales. Es importante que se produzca un flujo de información entre los artistas, aprenden, se aconsejan.
Es una oportunidad también para reivindicar la figura de Kraus en el contexto internacional como maestro del canto y referente para generaciones.
Kraus es un referente mundial en la lírica y lo seguirá siendo. Incluso las nuevas generaciones de cantantes siguen reconociendo en él esa técnica, ese buen hacer y esas interpretaciones que dejó y que son referenciales. Hizo un repertorio muy corto en el que fue el número uno, no había nadie que lo cantara como él, y no porque no hubiera cantantes, que los había y muy buenos, pero su nivel era tan alto. Las nuevas voces intentan llegar al nivel de excelencia de Kraus.
En 2017, solo se hace una producción propia, Rigoletto; dos coproducciones, una con Lopesan y el Instituto Valenciano de la Cultura; y se traen otras dos producciones, una del Auditorio de Tenerife, y otra del Teatro Villamarta de Jeréz de la Frontera.
Hacer una programación de este tipo es un puzzle enorme: el de los cantantes, las producciones, los directores de escena, todo. Y no solo lo montas tú sino que también lo hacen otros teatros, Que una pieza te encaje puede ser complicado, como es el caso de Celso Albelo. Otro teatros cambia fechas y cambia todo. La producció de Lucia del Villamarta de Jeréz la hacemos por intercambio, esto es a coste cero, Nosotros le cedemos Fausto que hicimos hace dos años; la coproducción de La Favorita es con el Instituto Valenciano de la Cultira, ellos aportan la escenografía y ACO el vestuario, y que intentaremos poner en el mercado. Esta una ópera de la que no existen muchas producciones y hay teatros interesados en ella. Y podemos entrar a alquilar la producción. El Rigoletto es nuestro, es el que se hizo nueve o diez años, con lo que cual es a coste cero. La hija del regimiento, por ejemplo, la quisimos hacer nosotros porque las que había eran muy grandes y muy caras,y otras las más pequeñas no eran tan bonitas.Aquí queremos apostar por escenógrafos canarios y tenemos a este arquitecto de 25 años Carlos Santos, que ya nos hizo Simon Boccanegra el año pasado, El retrato de Manon, y nos ha hecho una producción que nos permitirá intercambiar con otros teatros. Luego Werther, que es una producción espectacular del Auditorio de Tenerife.
Uno de sus primeros gestos en la dirección artística de ACO fue producir menos y trabajar con otros festivales y teatros.
Tenemos un stock de producciones que no es muy grande pero esto te permite intercambiar y reducir coste. Por esto hemos conseguido recuperar el quinto título.
El presupuesto es de 1,4 millones de euros de los que el socio y patrocinadores privados cubren un elevado porcentaje.
Un 60 por ciento por los socios, unos 1.300, la venta de entradas y patrocinadores privados. Y las ayudas públicas, del INAEM que recibimos una asignación nominal por la experiencia y buen hacer.
Y los patrocinadores privados.
En España no tenemos una ley de mecenazgo, ni siquiera una cultura de mecenazgo. Hay que contar con la generosidad de ciertas empresas y con esa implicación en la cultura. Tenemos algunos patrocinadores que han estado durante un tiempo, unos que vienen y otros que se van, y otros que se han mantenido en el tiempo. En este caso, Lopesan ha aceptado ser el patrocinador de oro, patrocinar toda la temporada, eso significa que ha hecho una aportaci´pn muy generosa teniendo en cuenta que no revierte beneficios, es un símbolo de generosidad con la cultura de la isla, y es muy de agradecer. Lo realmente complicado es implicarse en los momentos difíciles con la cultura, y es uno de los mayores problemas que tenemos los gestores culturales, las administraciones públicas pasan por momentos dificíles, nosotros nos hemos podido apretar también y estamos con un 80% de la deuda cubierta. Estamos intentando hacer cosas nuevas.
¿Qué cabe esperar en la programación de las próximas temporadas una vez concluído este 50º aniversario?
La temporada de 2018 casi la tenemos hecha, la de 2019 practicamente tambén, y estamos empezando ya con la de 2020, porque intentamos traer a las más figuras posibles de la lírica, y esto necesita trabajar con cierta antelación. No puedo adelantar títulos.
¿Cómo se puede renovar la oferta de las temporadas de ópera que practicamente ha tocado todas las producciones de gran repertorio, con primeras voces en su gran mayoría. Al margen de los títulos de cabecera, cabe esperar alguna producción más contemporánea, si las hay.
De hecho, el año pasado ya programamos un Poulenc, que es de mediados del sigloXX. Tenemos muchas ideas y el problema que tenemos ahora es el foso del Teatro Pérez Galdós; a la hora de meter a la Orquesta Filarmónica crea algún tipo de problema. En principio, la idea para las tres próximas temporadas es traer a tres Verdi importantes que hace tiempo que no hacemos por la dificultad que supone. Por ejemplo, La fuerza del destino que es un título complicado que tenemos en mente traerlo; Don Carlo, que hace también muchos años que no se ofrece porque también es complicado y costoso; y Aida, que son los tres títulos que estarán en las próximas temporadas, un repertorio importantísimo para hacer el Verdi grande. Queremos aprovechar algunas de las producciones que ya tenemos para amortizarlas mejor, con lo cual haremos algún título que ya se representado. Siempre intentamos que pasen al menos diez o doce años para repetir títulos. Algo haremos. Nuestro sueño, y espero que sea pronto, es La Rosa del Caballero, de Strauss, que nunca se ha hecho en el Galdós; meteremos algun Poulenc, como Diálogos de carmelitas, que es una ópera que puede encantar, y creo que podríamos tener un reparto con muchos cantantes canarios.
¿Y Wagner?
En cuanto tengamos solución al foso de la orquesta ya veremos. Lo planteamos para hacerlo en 2018 pero la Orquesta Filarmónica no cabe para este tipo de óperas. Pensamos en hacer la reducción de orquesta de los teatros alemanes, pero no parecía viable. A los mejor si la nueva dirección de la Fundación Auditorio y Teatro decide ampliar el foso esperaríamos para poder hacerlo en óptimas condiciones.
¿Cuál ha sido su sello personal en estos tres años en cuanto a la dinámica de producción y repertorio ¿Qué destacaría?
Bueno, no debería ser yo quien juzgue mi trabajo, pero le he dado prioridad al aspecto económico porque era lo necesario que se recogiera ese déficit. Mi formación musical es sobre todo vocal, y lo que he intentado es relanzar esto. He insistido en contar siempre con buenos cantantes, incluso en los papeles secundarios, que tuvieran lo que yo considero bel canto. Se podrá estar de acuerdo o no, pero los resultados en las dos últimas temporadas han sido buenísimas, hemos traído voces como las de Sae Kyung Rim, que hizo una Madama Butterfly impresionante; Sergey Murzaev que hizo un Andrea Chenier grande,..., y creo que es importante que en la ópera el canto, que es fundamental, sobresalga entre el resto, sobre la música y la escena.
¿Se ha producido un acercamiento de nuevo público hacia la ópera, se rejuvenece la masa de socios?
Aquí hay dos temas diferentes. Tenemos un acuerdo con la Fundación Inagale y estamos trayendo en torno a los 200 niños a los ensayos generales. Hemos pasado los ensayos a los domingos por la tarde, a las 18.00 horas, de manera que los niños puedan asistir. El pasado año asistieron y en el patio de butacas, para que estén cerca del escenario, que vean a la orquesta, los cantantes, los decorados, que se puedan acercar, y lo hacemos en todos los ensayos. A ese público hay que enseñarle lo que es la ópera, y que no les venga algo nuevo. En cuanto a la idea de rejuvenecer el público, a espectadores de 18 años por ejemplo, es complicado, porque a esa edad están pensando en ottra cosa y o te engancha a la primera o no. Y luego hay otra edad, cuando se es más mayor, ya con hijos, donde empiezas a buscar espectáculos, a salir, y ese es nuestro público, al que hay que buscar. Y por supuesto que hay que fidelizar a los jóvenes, tenemos entradas de 10 euros hasta 25 años, todas las facilidades para enseñar lo que es la ópera. Pero repito que desde mi punto de vista el público de la ópera es otro, el que quiere estar sentado y cómodo en su butaca, y con 18 o 19 años es imposible. La etiqueta de elitista que se la da la ópera porque solo asisten unas mil personas por función es porque ese es el aforo del Teatro; si tuvierámos un teatro de 1.800 plazas, ese sería el público, o las 3.600 plazas del Metropolitan. Con la capacidad del Pérez Galdós no podemos hacer otra cosa, Y luego hay que tener en cuenta que para ser socio de la ópera simplemente basta con elegir el asiento que esté libre y se puede pagar en cómodos plazos mensuales, con lo que cual decir que la ópera es elistista es no tener idea de lo que se habla. Y me gustaría destacar las colaboración que cada temporada hacemos con Ámbito Cultural de El Corte Inglés y con el Aula de Cine de la Universidad, En el primer caso, nuestros directivos explican la ópera, dan detalles con ejemplos musicales con vídeos, y que se hacen la semana antes de la representación. Es una actividad a la que invito a la gente que vaya. Es importante también la colaboración con determinados institutos y centros de formación en matería de regiduría, vestuario, peluquería...porque se ofrece la oportunidad de hacer prácticas en un espectáculo de primer nivel internacional. Nuestros talleres siguen funcionando a un nivel más corto, porque la estructura que teníamos antes no se podía mantener. Por ejemplo, para hacer la ópera La hija del Regimiento estarán operativos.
