El Palacio Real se convirtió ayer en un gran escenario en el que se rindió tributo a la figura de Miguel de Cervantes con motivo de la clausura de la conmemoración del cuarto centenario de su muerte, colofón que ha coincidido con el 49º cumpleaños de Felipe VI.

Admirador de su trayectoria e involucrado personalmente en los actos del año cervantino, don Felipe quiso poner el broche al homenaje-espectáculo que conjugó las diferentes expresiones artísticas ligadas al célebre escritor, como la literatura, el teatro y la música. Para dar mayor realce, se escogió como marco el solemne Salón de Columnas del Palacio Real, testigo de algunos de los hitos de la historia reciente de España, como el relevo en la Corona en 2014.

Además de los Reyes, al acto asistieron unas 200 personas, entre representantes políticos y diplomáticos, autoridades de diversos estamentos y un amplio número de representantes del mundo de la cultura. Desde los músicos Plácido Domingo, Raphael, Miguel Poveda o Pablo Alborán, y los pintores Antonio López y Rafael Canogar, hasta los escritores Andrés Trapiello, Dolores Redondo o Ildefonso Falcones. Tampoco faltaron personalidades del cine y el teatro, como Ángela Molina, Julio y Emilia Gutiérrez Caba y Gracia Querejeta, así como el exdirector del Instituto Cervantes y la Real Academia, Víctor García de la Concha y el cocinero Juan Mari Arzak.

La conductora del montaje escénico fue Concha Velasco, que en sus primeras palabras justificó el recuerdo "al español más universal". "No hemos venido a llorar su muerte, sino a celebrar su vida", proclamó la veterana actriz, quien elogió "la palabra, el sentido del humor y la tolerancia" que caracterizó al escritor alcalaíno (1547-1616). Coordinado por la directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, Helena Pimenta, el espectáculo dio vida al autor del Quijote encarnado por el grupo escénico Ron Lalá y sus ya célebres cervantinas. La narración de sus desventuras en la batalla de Lepanto mezcló el drama, la comedia y hasta la sátira. "Hay gente en este salón que tampoco te ha leído", reprendió con ironía el actor que acompañaba al Cervantes imaginario. El grupo Zarabanda, con un terceto de flauta, guitarra barroca y chelo, puso el toque musical antes de que el poeta Antonio Colinas recitara un poema inédito dedicado al genio de las letras en castellano. "Sabed, los que quedáis aquí, que hoy mismo espero estar en el paraíso de los pobres", fue el cierre de la composición Miguel de Cervantes interroga a su noche final.

Tras la emisión de un vídeo para glosar las numerosas actividades desarrolladas por el IV centenario de la muerte del escritor, que se extenderán hasta el 23 de abril, el protagonismo del acto recayó en el actor y académico José Luis Gómez. Sentado ante un escritorio y con una pluma en mano, Gómez se metió a fondo en la piel de Don Quijote para leer su testamento, con una interpretación cargada de sentimiento culminada con el famoso "vivir loco y morir cuerdo" con el que se despidió el hidalgo.

Felipe VI, "un gran lector de Cervantes", como le presentó Velasco, cerró el acto de los 400 años del fallecimiento, al estilo de lo que su bisabuelo, Alfonso XIII, hizo en el anterior centenario. Cervantes "vive, y vive más que nunca", sostuvo el Rey, quien animó a hacer del mundo "un lugar más 'cervantino', en el que se conjuguen siempre el diálogo y la libertad". "Un autor que nos marcó un camino moral y vital que no termina en una estéril batalla contra molinos de viento, sino en la confianza de una historia compartida de fructífera convivencia permanentemente proyectada hacia el futuro", fue la reflexión del Rey que algún invitado ligó al actual contexto político en España.

Flanqueando a los Reyes han estado los miembros de la Comisión Nacional del IV Centenario, con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y los ministros Íñigo Méndez de Vigo y Cristóbal Montoro, a la cabeza. Junto a ellos, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes; el de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y el de Castilla y León, Juan Vicente Herrera.