ARCOMadrid ha abierto este miércoles 22 de febrero las puertas a los visitantes con una edición en la que ya se ha podido observar que la reivindicación política estará muy presente en varias de las obras de los galeristas y, en una tendencia que viene de años anteriores, apenas se encuentra provocación y polémica.

El director de la feria, Carlos Urroz, adelantó en una entrevista con Europa Press que era muy probable que el visitante se encontrara con varias piezas que "hablaran de la frontera o la identidad", en un plano que alcanzara lo político, puesto que es una tendencia que se ha venido observando en los últimos años en el mundo del arte.

En esta edición, son las galerías latinoamericanas y españolas las que más han aportado al contenido político. Es el caso de la mexicana Arredondo/Arozarena, que acoge obras de Israel Martínez o Fritzia Irizar que apuntan en esta dirección y tratan temas como la pérdida de libertad o la violencia heredada.

Así, Martínez propone una pieza en la que su voz distorsionada sale de un tocadiscos para contar sus vivencias de niño y adolescente y cómo, a través de este relato, uno puede asimilar cómo estaba metido en el mundo del narcotráfico por lo que le rodea. Por su parte, Irizar recupera una malla con un gorro frigio, símbolo de la libertad en México y otros países como Francia y que en los últimos años "está desapareciendo de las instituciones públicas".

Abre sus puertas en Madrid la feria de arte contemporáneo ARCO

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Para Andrés Arredondo, director de la galería, estas obras reflejan cómo "muchos de los sistemas políticos actuales han fallado" como ocurre en México, donde el presidente mexicano Enrique Peña Nieto "tiene poco índice de aceptación", ha señalado en declaraciones a Europa Press el galerista.

Por el contrario, Arredondo justifica que ninguna de las obras hable del dirigente estadounidense, Donald Trump. "Considero difícil tener una postura y que los artistas de aquí la tengan, no es el presidente de nuestro país y no tenemos las bases para hacerlo", ha añadido.

El muro de Trump

En la galería alicantina de Aural, la 'Partitura' de Máximo González recoge en varios vídeos proyectados a la vez parte de sus viajes para conformar un "todo poético" acompañado de un silbido. En uno de estos vídeos puede verse el muro "interminable" de la frontera mexicana y estadounidense repetido, mientras que en otra imagen la bandera francesa ondea en un monumento de tal manera que sólo se ve su franja roja una y otra vez.

Esta misma galería alberga otra obra de Fernando Sinaga inspirada en la famosa cita de Voltaire 'Ecrasez l'infame' (aplasta la infamia). Otro de los espacios que traen una fuerte reivindicación es la portuguesa Pedro Cera, gracias a las obras de Marinella Senatore --cuenta con varias este stand--, con las que involucra a gente de un determinado pueblo o local para sus experimentos sociológicos que resultan en vídeo o fotografía.

"Mayor profundidad intelectual"

Precisamente, el propio Cera ha explicado a Europa Press que este tipo de obras de "mayor profundidad intelectual" son las que están haciendo crecer la feria en los últimos años. "Ese había sido uno de los problemas de años anteriores, la gente se interesaba más por un trabajo sin sentido que por los de profundidad intelectual. Había un lado superficial", ha señalado.

Obras como las de Antoni Muntadas en la galería Moisés Pérez de Albéniz, llamada 'Palabras, palabras' y que recoge en cuatro carteles los términos 'ideología', 'demagogia', 'debate' o 'transparencia', o la instalación de Daniel G. Andújar en Casa Sin fin, con reflexiones sobre las fronteras y los viajes 'low cost', son buena muestra de esta apuesta política en ARCO '17.

Respecto a la 'provocación por provocación' y las posibles polémicas que en años anteriores han levantado ciertas obras de la feria, Urroz ya advirtió: "Nosotros pensamos que las piezas que hacen crítica política de manera silenciosa son más interesantes que las que lo hacen de manera explícita. Somos partidarios de que la gente descubra con sus propios ojos y no entre por la puerta pensando a ver dónde está 'la' obra", señalaba días antes de la apertura de puertas.

No obstante, una obra que sí combina política con cierto aire de provocación es una cruz gamada 'deconstruida' por el artista uruguayo Pedro Tyler, que se puede encontrar en la galería chilena Isabel Aninat, en la que se incluye rostros en las partes de la pieza en un fondo oscuro.

En la galería ADN, puede contemplarse una 'Lonely Planet' de Siria, del artista Eugenio Merino, una pieza en cemento que simula ser parte de las 'ruinas' de un monumento antiguo y que tiene un precio de 1.500 euros. También en esta galería el mismo Eugenio Merino, que trajo a Franco 'congelado' en otra edición de ARCO, aporta una serie de pasaportes dorados en distintas urnas.

Mini-cactus, un compás gigante, una lata...

Los 22 mini cactus del artista Daniel Gustav Cramer que los visitantes pueden encontrarse en la galería portuguesa Vera Cortês es una de las obras más llamativas en este sentido (este mismo artista también tiene otra pieza que son trece libros en una estantería). Un compás gigante bajo el título de 'Egalité', de Marie Orensanz en la galería Alejandra Von Hartz, también es una obra llamativa.

No obstante, es en el stand de la galería parisina GB Agency donde el visitante se encuentra con algunas de las piezas mas provocativas de la mano de Roman Ondák como la de una lata solitaria bajo el nombre de 'Rousseau'. El artista eslovaco también utiliza un único libro para su pieza 'Stendhal', o en 'How a sculpture comes into being' combina ambos (una lata y una cubierta de libro) junto a dos estanterías.

Como en el caso de Merino, ARCO mantiene a artistas que en ediciones pasadas llamaran la atención por sus obras. Por ejemplo, Wilfredo Prieto, en la galería Nogueras Blanchard, cuya obra 'Vaso medio lleno' alcanzó notoriedad hace dos años y que ahora presenta, entre otras, un podium blanco de pequeño tamaño.