Música, fábula y teatro. Tres artes que se entrecruzan en un estimulante proyecto llamado Mosaico de Sonidos que forma parte del programa de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria para este viernes 3 de marzo a las 20.30 horas en el auditorio Alfredo Kraus. Sin embargo, lo mas interesante es que los protagonista son 26 personas con discapacidad intelectual cuyas edades oscilan entre los 18 y los 65 años que llevan ensayando durante año y medio este trabajo en talleres con ocho profesores de la propia Fundación. Estos nuevos actores y cantantes van a escenificar una obra musical de Emilio Aragón de título La flor más grande del mundo, realizada a partir de un cuento de José Saramago en un evento organizado, a nivel nacional junto a otras 14 orquestas, por la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas (Aeos), la Fundación BBVA y Plena inclusión con el objetivo de emplear la música como instrumento de desarrollo personal e integración social.

Ayer fue un día especial para todos ellos. Y es que, tras los laboriosos talleres, tocaba subirse por primera vez al escenario con los propios músicos. Aún así, los protagonistas no mostraron ningún tipo de titubeo o nerviosismo. Más bien al contrario, muchos de ellos se movían con tanta seguridad y desparpajo que daba la sensación de que no era la primera vez, ni mucho menos, que pasaban por una experiencia de este tipo. Dos canciones marcan el punto de inflexión de la historia, El arrorró y De belingo, que hubo que interpretar en varias ocasiones para que la coreografía que marcaba la directora del coro infantil de la OFGC, Marcela Garrón, junto a los otro siete profesores, coincidiera con las indicaciones que daba el director de orquesta Pablo González.

El argumento parte de dos aldeanos de un pueblo de la isla que se van de excursión. Sin embargo, los niños se pierden, y empiezan a explorar el paisaje y a jugar en un arrollo. Ambos se adentran después en el bosque y de ahí salen dos ninfas que empiezan a enseñarles instrumentos musicales, momento en el que empiezan a sonar la orquesta. Una flor acaba muriéndose y los niños cogen el agua y la riegan. Cuando esta crece hasta alcanzar dimensiones astronómicas, los protagonistas se duermen debajo de ella que les protege con sus pétalos. Es entonces cuando cantan el arrorró, con una letra que lleva la moraleja final de que "con los ojos abiertos es como mejor se sueña". Posteriormente, los aldeanos al encontrarlos los llevan al pueblo como unos héroes.

Tres cantantes iban narrando la historia, mientras sonaban suavemente violines o clarinetes. Eran los primeros compases de una música agradable y claramente bucólica, un sonido muy envolvente que poco a poco iba creciendo en intensidad. Los actores desplegaron una enorme seda blanca, mientras los otros se transformaban en habitantes del bosque.

Los participantes de este proyecto son usuarios de las asociaciones Apadis, Asociación Síndrome de Down Las Palmas, Aprosu, Adepsi, Adisnor, Futucan y Fundación Ser y el concierto se completa con obras de Nielsen y Strauss que tienen al clarinetista tinerfeño Maximiliano Martín como solista.

Precisamente, dos de los protagonistas daban su opinión sobre el evento. Marina (Adepsis) e Iris (Aprosu) recordaban que ellas hacían de narradora en la escena del río. "Yo cuento una historia a medida que van saliendo todos a escena", señala la primera que, por cierto, fue elegida como portavoz de las cantantes, porque, como sospechábamos, ya había actuado en este tipo de trabajos como el Teatro de la Universidad Popular con Aída González. "Es un proyecto divertido, lo hemos pasado muy bien y es posible que se repita el año que viene", auguraba la segunda.

Los talleres de la Fundación han sido guiados por un grupo de profesores voluntarios coordinados por Nebojsa Milanovic y Jozef Racz, y que incluye también a Juan Jesús Doreste, Marcela Garrón, Pablo Guijarro, Christiane Kapp, Holger Schade y Christian Thiel. Precisamente, la directora del Coro señalaba que el proyecto "me crece muchísimo. Yo trabajo con niños y por eso es más fácil para mí, es más cariñoso. El trabajo me devuelven el doble de lo que yo doy".

Por su parte, Nebojsa Milanovic reconocía que han podido jugar con el cuento de Saramago porque "la Asociación de Músicos nos han dejado mucha libertad". Y es que las orquestas de las diferentes comunidades autónomas llevan la música a su terreno dándole cada una de ellas un toque folclórico de su tierra. La presidenta de Plena inclusión Canarias, Carmen Laucirica también asistió. "La inclusión va dentro del programa de desarrollo de actitudes. La base es una canción cedida por Emilio Aragón que va a tratarse de forma distinta por las catorce orquestas, por eso es un mosaico, porque el resultado depende de como lo interprete". Para ella lo más importantes es "la sensibilidad que puede llegar a pasar más allá del concepto de discapacidad". El proyecto empezó en Castilla La Mancha y termina en Barcelona que al final se emitirá como un documental. Por su parte, el consejero de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, Carlos Ruiz, destacó la idea de inclusión social plena y destacó que "Mosaico de Sonidos es un proyecto ejemplar que va a permitir a los participantes en los talleres mostrar lo aprendido en un concierto de abono de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria". En este sentido, Ruiz señaló "que no podría ofrecerse un mejor ejemplo de inclusión", confiando en "el éxito del concierto y en la continuidad del trabajo de visibilizar las oportunidades de integración a personas con discapacidad".

Composición

El director de orquesta, Pablo González definió la obra como "una composición muy bonita que ilustra muy bien el cuento de Saramago con los distintos estados de ánimo de la historia" como "esa tristeza por la flor marchita o la ilusión por el cambio en la vida". Y recuerda que la metáfora es un cambio en la sociedad.

La obra de Aragón es "una pieza tonal, contemporánea, en un programa de contraste, ya que de aquí vamos luego a Nielsen que es totalmente diferente, y cerramos con Strauss que es muy de repertorio". González definió este evento como un "ensayo de conocimiento, de acercar mundos a veces muy distantes, de buscarnos los unos a otros, de compartir, que es algo para lo que la música existe". El proyecto se materializa en 24 conciertos, con 228 personas con discapacidad intelectual o del desarrollo. Las orquestas que integran el proyecto son la Orquesta Ciudad de Granada, Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, Oviedo Filarmonía, Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, Orquesta Sinfónica de Tenerife, que actuó el pasado 23 de febrero, Orquesta Sinfónica de Castilla y León, Orquestra Simfònica del Vallés, Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya, Orquesta Sinfónica de Euskadi, Orquesta Sinfónica de Bilbao, Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, Orquesta Sinfónica de Madrid y Orquesta Sinfónica de Navarra.

Antes del concierto del viernes, el director musical, Pablo González, junto a responsables de los talleres de Mosaico de Sonidos, mantendrán un coloquio previo al concierto en la Sala Gabriel Rodó de la sede de la OFGC, a las 19.30 horas, con entrada libre.