Con este nuevo disco parece que se inclina al pop de una manera mucho más directa que en cualquiera de los anteriores.
Me he limitado a hacer el disco que quería hacer y ya está. Con el anterior hay muchas diferencias, que quizás sean más musicales y, a priori, no todo el mundo se da cuenta de los cambios en cuanto a los arreglos y demás. Evidentemente, yo tengo una línea, una esencia, y una manera de entender la música que va intrínseca en mí desde siempre. Pero sí que hay diferencias en depurar aún más lo que es el arreglo de las canciones.
También hay se percibe más introspección en algunas letras.
Sí porque mi objetivo ha sido mostrar más el alma de cada historia, que la voz fuera el hilo conductor de absolutamente todo el disco, y la música pudiera girar en torno a ella y no al revés. Por este motivo la producción ha corrido a cargo de un americano muy prestigioso, Eric Ross, que ha sido maravilloso. Además, los músicos que lo han grabado han tocado en las giras o han intervenido en los discos de Bruce Springsteen, John Mayall, o Red Hot Chili Peppers, y de repente los ves allí tocando contigo, y grabando tu disco. Para mí es algo maravilloso compartir estas anécdotas y este momento con ellos.
Parece que sigue una línea que ya abrió con su anterior trabajo Crónica de un baile ¿Tiene que ver con el éxito que tuvo este disco hace dos años?
En parte sí. Pero, sobre todo, tiene que ver con lo que te decía de ir desnudándote. Ahora soy mucho más directa, me he desnudado bastante más, y envío un mensaje más claro, más contundente, y con menos rodeos. Es verdad que el disco anterior funcionó muy bien, por suerte, a nivel comercial. Pero yo me he limitado a vestir las canciones que había elegido lo mejor y más bonito posible, pero siempre con esta intención directa.
¿Le ha afectado de alguna forma la crisis de las discográficas?
Por supuesto. La venta de discos evidentemente ha bajado mucho, pero, sin embargo, se ha producido un fenómeno curioso y es que en los conciertos cada vez hay más gente que está acudiendo a ver a los artistas. Yo no viví los momentos de plenitud de la música cuando, de repente, se vendían millones de discos de un solo trabajo.
¿Se puede afirmar entonces que empezó cuando la industria cambiaba radicalmente?
Yo empecé a grabar cuando todo ya estaba en crisis, y puedo decir que me he acostumbrado a todo esto. Sin embargo, a día de hoy no puedo protestar porque me ha ido muy bien. No sé cómo me iría si de repente se vendieran millones de CD como ocurría en la música en los años ochenta. Pero por suerte está bien en cuanto a repercusión. Y la gente disfruta en los concierto. La gente decide salir de casa y apostar por tu música y venir a un concierto me siento satisfacción. Me gusta mucho actuar en directo. Con el disco anterior fui varias veces a actuar a Canarias.
¿Su éxito en las Islas puede tener algo que ver con que aquí se siente una mayor complicidad con los artistas andaluces?
No sé si por eso existe más o menos complicidad. Me imagino que habrá quien si o que no lo consiga. Por mi parte, yo puedo decir que a mí siempre me habéis tratado muy bien, lo he disfrutado mucho, los conciertos han sido prácticamente llenos absolutos, y tengo muchas ganas que llegue el fin de semana para estar allí. Hemos preparado la puesta en escena con mucho cuidado, cariño y respeto, y los pocos conciertos que hemos dado hasta ahora la gente está disfrutando mucho y espero que también ocurra en Canarias. He tocado en muchas ocasiones en las Islas y reconozco que la sintonía con el público es de las mejores.
La pasada semana se celebró el Día de la Mujer. ¿Cree que sigue habiendo muchas dificultades para que las mujeres se integren en algunas profesiones?
Nos queda mucho por hacer. Yo creo que estamos avanzando y evolucionando y que, por suerte, cada vez estamos consiguiendo más igualdad. Yo en mis canciones incluyo cosas reivindicativas que hablan de la igualdad, de defender nuestro derecho, de ser igualitarios. Debo decir que ojalá en unos años haya, en la dirección de una empresa, el mismo número de hombres que de mujeres. Que se prime principalmente el talento por encima del sexo.
¿Y en lo que respecta a la violencia machista? Parece que en vez de avanzar se retrocede.
Por desgracia sí, el número de víctimas es cada vez más apabullante. Tenemos que seguir educando, peleando, mandando mensajes en este sentido. Y las que podemos aprovechar un medio de comunicación para ayudar en esto tenemos que estar ahí. Porque no puede ser que haya esas cifras. Es una cuestión de educación, de consciencia, de valores primarios, de moral, de igualdad, de respeto.
¿Qué artistas le han influido a usted principalmente?
Hay muchos. Pero te puedo citar a Joaquín Sabina, Luz Casal, Alejandro Sanz, Bryan Adams, Prince, Niña Pastori, Enrique Morente, Serrat, Miguel Poveda. Hay mucha variedad y gente muy diferente también.
Como autora es usted muy prolífica. Ha publicado cinco discos en unos diez años, más dos directos; también ha colaborado con multitud de artistas y ahora acaba de publicar el libro Mujer océano.
El libro lo lancé en marzo del año pasado con Planeta. No pensé que iba a publicar un libro en ningún momento. Me gusta escribir, sean canciones o no. Pero el libro me ha dado una creación diferente sin el límite de una canción de tres minutos y medio. Ha sido la libertad de hablar de mil millones de cosas sin tener que ponerle una melodía. Es una libertad diferente, ni mejor ni peor. Pero lo he disfrutado mucho. Y publico cada dos años un disco porque me va muy bien. Tampoco es un ritmo frenético. He podido desconectar un tiempo, quitarme todo un poco de la cabeza para luego volver ahora con más ganas y más fuerza.
