Un diálogo entre dos personajes con el tema del respeto a la diferencia como fondo. Se trata de la obra Serlo o no. Para acabar con la cuestión judía que se representa hoy y mañana en el teatro Cuyás a las 20.30 horas. Uno de los protagonistas es Josep María Flotats, que también dirige el montaje. Y el otro por Arnau Puig. Ambos personajes, de horizontes, conocimientos y creencias antagónicas, se enfrascan en varias conversaciones en una misma escalera en esta obra del francés Jean Claude Grumberg, uno de los escritores más exitosos de su país, pero que ahora se representa por primera vez en España.

El autor

"Jean Claude Grumberg es un autor que, por su categoría y nivel de lenguaje, es uno de los pocos escritores vivos que se estudia en el Bachillerato en Francia", señala Flotats. Es la primera vez que una obra suya se representa en España, pese a su reconocimiento internacional, pero en su país, donde ha firmado una treintena de obras, Grumberg ha recibido numerosos premios Moliere y Cesar. "Me siento muy feliz de poder ofrecer al público la posibilidad de descubrirlo", añade el actor. "Grumberg es judío y sus padres y abuelos fueron deportados al campo de concentración de Auschwitz, pero fue él quien, en 2013, me ofreció este texto recién salido de la imprenta para escenificarlo, hasta el punto de que aún no había llegado a las librerías", añade.

La trama

El protagonista es un hombre que, empujado por una mujer adicta a internet, pregunta a su vecino si este es judío, lo que desencadena una avalancha de nuevas preguntas con la intención de aclarar cuestiones sin duda controvertidas y difícilmente abordables y que son tratadas por Grumberg desde la comedia pero también con absoluto rigor. "Mediante un diálogo incisivo y un humor inteligentísimo", afirma el actor, "la obra invita a reflexionar sobre el compromiso ético, social y moral con uno mismo, con propios y extraños, con la lengua, la cultura o la historia, tratando de responder, al mismo tiempo, a viejos interrogantes: ¿De dónde somos? ¿Quiénes somos? ¿Qué somos?", añade

El estilo

La obra se caracteriza por "las réplicas cortas y con doble lectura y la ironía utilizada para hablar de cosas profundas y humanas", afirma Flotats quien, como ejemplo, ha relatado que en Serlo o no el vecino, que es menos leído y viajado, le llega a preguntar al otro, un hombre de más mundo, "cómo se contagia" el hecho de ser judío, a lo que este responde que eso ocurre "normalmente al nacer"

Los personajes

Flotats representa al alter ego de Grumberg, dando respuesta, con ironía, a todos los tópicos sobre los judíos que le plantea su vecino de la escalera que habla "desde un desconocimiento absoluto, de donde se engendra el odio al otro", y que permite entablar así una corriente de "simpatía entre dos mundos, culturas y pensamientos opuestos". Sobre su compañero, Arnau Puig, el director lo define como un actor que destaca por sentido del ritmo, fuerza y presencia escénica. "Vino a una prueba mía acompañando a un amigo y realizando la contrarréplica, pero me gustó tanto su naturalidad que le pedí que actuara conmigo .

La historia

Para el actor, con esta historia volvemos a la antigua discusión de Voltaire y Rousseau de si la cultura forma al hombre o lo deforma. "Grunberg piensa que la cultura, en principio, tiene que servir de parachoques contra la barbarie", recuerda. Flotats señala que , a los pocos días de representar la obra, llegó una quincena de jóvenes que me esperaban a la salida del teatro y me dicen 'te queremos felicitar, lo hemos pasado muy bien porque somos judíos. Y la pregunta sobre qué es ser judío la escuchamos veinte veces al día'. Y es que en el texto está esa conexión de 'soy francés y judío'. El título de por sí es una ironía, ya que es una obra escrita por un judío cuyo padre y abuelo murieron en Auswitch.

El origen

Flotats recuerda que "Grumberg me da el texto y dice que es un juego intelectual sobre temas muy serios que ya están superados, pero en España no es muy conocido". Sin embargo, la traducción al catalán le parecía que quedaba muy corto, por eso el actor recurres a dos libros de memorias que había escrito sobre él hacía dos años "e incluí un monólogo final a modo de epílogo de ocho minutos que él aceptó y con el que se entiende muchos aspectos", gracias a lo cual muchos espectadores entenderán ciertos momentos. Es una lección sobre el respeto a la diferencia. Hay que tener en cuenta que una cosa es el pueblo judío y otra la política del gobierno de Israel.

La adaptación

El estreno español se produjo en catalán y en el Teatre Lliure de Barcelona. Ahora, llega al Cuyás en castellano, con traducción de Mauro Armiño, escenografía de Alejandro Andújar, iluminación de Albert Faura e interpretación musical de Dani Espasa. "El Teatro Español me pidió la obra para septiembre en el mes de julio", recuerda. "Tuve que trabajar muy rápido y Mauro me entregó la versión definitiva el día 13", recuerda. Pero lo peor fue representar una historia que habían hecho en catalán. "Es una tortura", señala. "Porque se trata de la misma historia, sentimientos o coreografía, pero no es la misma partitura, no consigues borrar el catalán. Es la última vez que hago una adaptación del catalán al castellano. A partir de ahora lo que hago en catalán nace y muere en catalán". Y es que "la memoria de un actor está en el trabajo físico. Es una cuestión de diafragma. y las frases se dicen según un movimiento concreto" que ya está definido.

Cataluña

"Alguna prensa y opinión habla de la Generalitat para no hablar de lo que no funciona en España", afirma el actor. "Lo que sí me parece que hay que recordar es que los temas políticos se discuten en política y no en los tribunales. Y eso envenena todo. Los temas políticos se hablan a nivel político y no de jueces". El actor también recuerda que cuando Cataluña presenta al gobierno de España el proyecto de un nuevo estatuto lo que hace el gobierno de España es reunir un millón de firmas para llevarlo a los tribunales en vez de discutir de política "y ahora dice que va a hablar del tema después de envenenarse todo después de cuatro años".

La cultura

Flotats se refiere al exministro de Cultura José Ignacio Wert, a quien recrimina que los actores "no existieron" para él, "que sí existe" en la actualidad "en París, colocado y con un supersueldo". De igual forma, se refiere a la exconcejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid Celia Mayer como "la mayor incompetente total" y añade que "ya era hora" de que la relevaran en ese cargo, como ha hecho la alcaldesa, Manuela Carmena, si bien estima que su responsabilidad actual, al frente de un nuevo área de Igualdad, hará que sea "el departamento de la peor desigualdad, dadas sus pocas dotes para administrar".

Las ayudas

"Tan sólo el 8 por ciento de los actores puede vivir de su oficio. Y está todo dicho, apaga la luz y vámonos", señala Flotats. "Desgraciadamente estamos dando pasos atrás. Hubo un momento durante la democracia de que daba la sensación de que estábamos dando pasos hacia delante, pero ahora es alrevés y no se habla por una cuestión de voluntad política. La última campaña electoral que ningún partido hablo de eso en campaña, pero sí le ponen el 21 % de IVA lo que es igual a los objetos más lujosos como las joyas".

La experiencia

"Mi mejor experiencia siempre es la última", afirma Flotats, uno de los mejores actores de este país. "Pero he tenido muchos momentos inolvidables", como cuando hizo por primera vez un papel protagonista en el Teatro Nacional Francés con los grandes actores de aquel momento, y como pareja de Maria Casares. "Fue un sueño hecho realidad". O Cuando la Colmedia Francesa le llama e interpreta a don Juan. "Tras eso no se puede soñar más", afirma. Es como una lotería". O cuando en el Théâtre de la Ville. París, hace Le Cid . "Son etapas sublimes de mi carrera", asegura. Y también hay recuerdos muy intensos en Cataluña. "Recuerdo como fantástica el Cyrano que hice en Barcelona y que fue un evento en la ciudad" y se prologó durante muchísimas semanas.