Los broches han vuelto sin duda últimamente y he de decir que no me lo esperaba; pero esto puede ser porque nunca he tenido una relación personal desde el punto de vista de la moda con los accesorios. ¿Qué puedo decir sobre mi historia con los broches? Bueno, para empezar, cuando hablo de broches en relación a mí, me refiero al estilo de esos que son joyas con grupitos de diamantes, como el broche de alguna tía abuela mía que ha pasado de generación en generación a lo largo de los años. Para cuando me llegó, yo estaba en una fase de mi estilo de moda que hacía que de inmediato guardase el broche en el fondo más profundo de un armario -a saber dónde- con la intención de pasárselo a otro familiar tan pronto como pudiera. Probablemente me lo diera mi madre, junto con instrucciones estrictas para evitar como fuera el hacer enganches en la seda o en los puntos de los jerseys.

De todos modos, no pegaba especialmente con nada de lo que tenía en aquellos tiempos, en lo que respecta a mi vestuario, aunque el diseño estaba bellamente elaborado. Por supuesto, en aquel momento, nunca pensé en innovar y llevarlo en ninguna otra parte del cuerpo, como en la cadera, o en la clavícula o en la pierna de un pantalón, o para recoger una manga. Y personalmente, no me embarqué en la tradición de llevar broches a la izquierda en el vestido, camisa o solapa de la chaqueta a lo Margaret Thatcher.

Pero a pesar de mi desinterés por los broches en el pasado, debí haber visto venir la tendencia, con el revival de las chaquetas y los trajes de ejecutivo de los 80. Y aunque los broches siempre vuelven a las pasarelas y hacen sus reapariciones en cada estación, el accesorio no ha revivido como una joya o una declaración de moda, sino como un elemento funcional y utilitario usado para sujetar partes de prendas, como los taparrabos. Los primeros broches que se conocen se hacían de espinas y sílex, en cambio, los imperdibles hechos de metal datan de la Edad del Bronce.

Gvasalia

Y ahora están de repente por todas partes. Ocurrió cuando el prodigioso Denma Gvasalia (el nuevo director creativo de Balenciaga) utilizó broches para la colección de la marca esta Primavera-Verano 2017. Pero ésta no es para nada la primera vez que Balenciaga ha usado estos accesorios. Gvasalia, de hecho, ha tomado prestado el look de los archivos de la marca, donde las notas de los shows decían sobre ellos que eran "una selección de broches de cristal que la mano misma de Cristóbal Balenciaga habría puesto sobre los pechos de sus modelos originales".

Erdem Moralioglu también ha rociado su colección Primavera-Verano 2017 de trajes con mini grupitos de broches de joyas, inspirados por la dama de compañía Jean Kerr, quien participó una misión encubierta para vender joyas de la reina Henrietta Maria en 1642.

Moschino y su colección de Verano 2017 tromp l'?il tiene broches de dos dimensiones en los tops y los vestidos. En Gucci, los broches adornan los vestidos a la altura del cuello y en las caderas para mujer. En las bolsas y calzado de la colección Coliac Invierno 2017, sentí como un renacimiento del broche, y uno maravilloso, todo sea dicho.

Y no sólo son las mujeres también en Londres Agi & Sam las que optan por un toque contemporáneo de los camafeos para Primavera-Verano 2017, este fin de semana en la Feria de Moda de Tenerife, el modisto genial Nestor Rodriguez tenía pequeños broches en las chaquetas a medida, culminando un look clásico perfecto con un toque de un dandismo de buen gusto.

A pesar de todo esto, no estoy segura de que vaya a llevar las reliquias de la familia en mucho tiempo. ¡Incluso si los enganches son a prueba de tontos! Pero sí puedo decir que ahora los miro de una forma positiva y, como dicen, sólo hace falta un buen broche para hacer que un conjunto soso sea excepcional.