Plantarse en Shibuya -el centro de Tokio-, en una de las orillas de su archiconocido paso de peatones, tras 24 horas de viaje sacude a cualquiera: la sensación -entre miles de japoneses, anuncios sonoros, luces y pantallas gigantes de última generación- es que más allá de cruzar medio mundo y acumular kilómetros en el cuerpo el desplazamiento ha sido más temporal que espacial. De repente, uno parece habitar en el futuro.

Abrir la boca -de simple admiración-, mirar hacia arriba y dar vueltas sobre sí mismo suele ser la primera reacción del gaijin -término despectivo en japonés para calificar a los extranjeros- cuando sale de la estación de tren de Shibuya, se topa con la estatua en honor al perro Hachiko y pasea por primera vez por las callejuelas de Shibuya, uno de los barrios con más vida de Tokio, en busca de una sopa, sushi y gyozas, una Asahi o la vida misma.

Pasear por Shibuya, Ginza, Shinjuku, Roppongi, Akihabara, Harajuku o Asakusa y admirar van de la mano en Tokio, una de las ciudades más excitantes del mundo -por sus habitantes, su arquitectura, su moda, sus contrastes, su cultura, sus rincones...- De moda durante los últimos años -probablemente después de que Sofia Coppola abriera una ventana con Lost in translation-, la capital de Japón y el resto del país nipón ya no parecen estar tan lejos -en el último lustro, el número de turistas españoles se incrementó en un 360%-.

Antes de lanzarse a la aventura y viajar a Japón, vale la pena tener varios detalles en cuenta: como mínimo, para conocer parte del país, la estancia debería alcanzar los 15 días; para moverse por Tokio y el resto del país es indispensable comprar en España el Japan Rail Pass -permite viajar por la capital en la Yamanote Line circular y tomar el Shinkansen (tren rápido) para desplazarse entre ciudades- y tener muy claros los lugares a visitar -Nikko, Kioto, Nara, Osaka, Kamakura, Yokohama, Hiroshima, Miyajima, Himeji o Nagasaki, por ejemplo-.

Con abril, en Japón, llega el sakura: el cerezo en flor. Y el país se envuelve en una belleza particular.