Ayoze García

Hay que ver lo socorrida que resulta la figura del psicópata en el cine de terror. Entendiendo por supuesto la psicopatía como el acto de matar gente porque sí, no como un trastorno psicológico complejo con relación con el mundo real. Hasta tal punto esto es así, que cuatro de los siete títulos de La Noche + Freak, venerable sección del Festival de Cine que llenó el Teatro Pérez Galdós en el tránsito del viernes al sábado, funcionan como un inventario de psicópatas en toda regla.

La velada 'freak' empezó con el corto de animación premiado en los Goya 'Decorado', título que ha de ser pronunciado entre exclamaciones y con distinta entonación cada vez, a cual más histérica. Alberto Vázquez sigue cultivando el mismo universo malsano de animalillos depresivos que ya habíamos visto por ejemplo en su anterior corto 'Sangre de unicornio', y plantea una narrativa a base de fugaces y crueles gags que convergen en un mosaico estremecedor. Entre su galería de personajes figura por cierto una sirena bastante especial, lo cual nos remite al primer largo de la noche, el musical polaco 'Córki Dancingu' ('The Lure').

En su debut al margen de algunos cortos y trabajos para televisión, Agnieszka Smoczynska erige un espectáculo sensorial que arrebata desde el tramo inicial, y que parece diseñado para ocultar que el guión (a cargo de Robert Bolesto, otra figura al alza del cine de Polonia) es más tradicional de lo que parece. De hecho sorprende que unas sirenas tan transgresoras como las de 'Córki Dancingu' sigan corriendo el riesgo de transformarse en espuma de mar si su amor hacia un ser humano no es correspondido. La normativa de los cuentos de hadas mantiene su vigencia en la escena discotequera de la Varsovia de los años ochenta, impecablemente reconstruida aquí; todo eso forma parte del contraste entre belleza y sordidez sobre el que gira la película, con el autodescubrimiento de la joven sexualidad femenina como telón de fondo. En resumen, 'Córki Dancingu' es un artefacto de culto instantáneo, de esos que uno ansía ver nada más leer la sinopsis. Un tanto irregular en la ejecución, pero no decepciona.

Luego vino 'Hileta' ('Funeral'), del director vasco Kepa Sojo. Como se adivina enseguida, este corto es un chiste a costa de uno de los clásicos intocables de la historia del cine: 'Ordet', del danés Carl Theodor Dreyer. Sojo se toma un trabajo extraordinario en trasladar la escena del velatorio a una aldea de Euskadi en los años veinte, y aguanta el pulso plano tras plano tras plano (el corto dura veinte minutos) para al final desmentir la tesis del maestro Dreyer (y del autor de la obra de teatro original, Kaj Munk) sobre la resurrección de los muertos. Lean de nuevo el título de esta crónica y sabrán a lo que me refiero.

Y con el segundo largo, 'The Eyes Of My Mother', dio comienzo el inventario de psicopatías al que me refería antes y que nos ocuparía durante el resto de la sesión. Estéticamente y a nivel de interpretaciones, estamos ante un filme más que correcto, pero se diría que carece de propósito. A duras penas responde a las expectativas del cine de género (no asusta, y es demasiado sobrio para funcionar como disparate gore), pero tampoco a las de un drama al uso. La protagonista de 'The Eyes Of My Mother' mata y mutila por una serie de múltiples razones (la peculiar educación que de niña le impartió su madre cirujana antes de morir a manos de un asesino en serie, el ailamiento rural, un nivel de inteligencia quizá al borde de la deficiencia) que sin embargo no basta para explicar lo que ocurre. Aún así, queda el intento valioso de hibridación entre la 'saudade' portuguesa y el cine de terror estadounidense, y habrá que seguirle los pasos al director Nicolas Pesce tras este enigmático debut.

La Juliette del corto de animación del mismo nombre es otra presunta psicópata, en este caso de la variedad sexualmente reprimida. Y digo presunta porque nunca llegamos a saber con certeza qué le ocurrió a las dos chicas que viajaban en coche junto a Juliette. La joven realizadora belga Lora D'Addazio sigue creciendo como artista, y en siete minutos juega con las posibles respuestas al interrogante desatado tras un accidente de tráfico. A su vez, Jimina Sabadú emplea en 'La siesta del ángel' la psicopatía como metáfora de las situaciones absurdas que suelen darse durante el ligoteo. Yo no tenía ni idea, pero al parecer hay quien usa con esos fines las aplicaciones móviles de venta de objetos de segunda mano, por eso de quedar con un desconocido en un espacio público con la excusa de recoger la adquisición. 'La siesta del ángel' es un corto pequeño y anda justito de técnica, pero acumula mucho veneno, y eso es lo que importa.

El broche a La Noche + Freak 2017 lo puso 'Psycho Raman', una producción de India. Quizá a veces miramos por encima del hombro el cine de ese país por su carácter orgullosamente popular, pero títulos como este de Anurag Kashyap deberían sacarnos del error (y qué pena que otros muchos parecidos no se estrenen en las salas españolas). Tenemos aquí, muy bien interpretado por Nawazuddin Siddiqui, al típico psicópata carismático, que se cree el heredero de un asesino en serie de los años sesenta llamado Raman Raghav. Y la película en su conjunto supone un entrenimiento sólido, sin más, aunque con un gran manejo del ritmo y del flashback, sin subestimar en ningún momento la inteligencia del espectador. Mientras desfilaban los títulos de créditos finales, el reloj daba las cinco y media de la madrugada. Terminaba así una noche muy freak aunque no especialmente truculenta, bastante bien compensada en la elección de títulos, y que nos mantuvo pegados a las butacas del Pérez Galdós mucho más tiempo del aconsejable.