Después de 120 películas y 168 sesiones en diez días de vértigo, el Festival Internacional de Cine de Las Palmas bajó ayer el telón de su 17ª edición con un acto de clausura breve y emotivo en el Salón Saint-Saëns del Teatro Pérez Galdós, donde se hizo entrega de los premios de la Sección Oficial y Canarias Cinema. Tras celebrar el acontecimiento de las salas pobladas y la afluencia de público en los segundos pases, Luis Miranda, director del certamen, manifestó que "esto demuestra que nuestra mejor publicidad es el propio público". Y entre los múltiples agradecimientos a autoridades, patrocinadores y diversos equipos de trabajo, dedicó unas palabras "al mejor equipo de programación de este hemisferio". "Ningún otro equipo es capaz de hacer tanto con tan poco", manifestó el director.

El jurado de Canarias Cinema hizo entrega de los premios en este apartado a los cineastas Juan S. Betancor, Samuel M. Delgado y Helena Girón, Alba González de Molina y Nayra Sanz por sus películas. El primero destacó el honor de recibir una distinción bautizada detrás de Richard Leacock, precursor del cinéma véritè. Uno de los galardones más aplaudidos fue el premio a Mejor cortometraje en la Sección Oficial al cineasta grancanario David Pantaleón por El becerro pintado, que recogió con la productora del filme, la directora-conservadora del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, Carmen Gloria Rodríguez Santana. Después de revelar el proceso conjunto de trabajo detrás de este corto, que conmemora el 10º aniversario del centro, Pantaleón declaró: "Realmente le he pedido que viniera para darle un beso en la boca". Y así lo hizo.

A continuación, el jurado internacional de la Sección Oficial -Gabe Klinger, Joana Preiss, Cristián Jiménez, Elena Gozalo y Rebeca de Pas- leyeron el palmarés del apartado de largometrajes. Aunque no hubo presencia de cineastas ni intérpretes para recoger sus respectivas Lady Harimaguadas en 3-D, algunos premiados enviaron sus agradecimientos por escrito, como fue el caso el cineasta senegalés Alain Gomis en nombre de Véronique Tshanda, Mejor actriz de esta edición por su memorable papel en Félicité. "Para mí era sorprendente que Véronique no hubiera recibido aún un premio por su actuación, porque ella es lo que mantiene el filme cohesionado. Menos mal que alguien viene ahora a arreglarlo", leyó el escrito de Gomis. La propia actriz envió un mensaje en el que dedicaba su premio "a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria". Por su parte, el cineasta Gastón Solnicki, Lady Harimaguada de Plata por su ópera prima Kékszakállú, declaró por escrito que "es una fortuna que existan festivales valientes que se arriesgan, como las películas que programan".

"Y este premio es para Emma Stone por La La Land. ¡Tenía que decirlo!", bromeó Gabe Klinger antes de enunciar la gran ganadora de la edición, Bitter Money, de Wang Bing, que se alzó con la Lady Harimaguada de Oro Fundación Cajamar. Y así culminó esta velada sencilla en el teatro capitalino, nuevo escenario del certamen, que despidió otro año de cine dedicado a esas corrientes cinematográficas en los márgenes que el Festival de Cine de Las Palmas sitúa siempre en primera plana.

Para sellar el acto, en homenaje al ex Beastie Boy Adam Horovitz, distinguido como Mejor actor, el ritmo de Sabotage arropó el camino hacia la fiesta y los conciertos del Monopol Music Festival.