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"Si tocas blues hay que echarse a la carretera"

La Vargas Blues Band llega hoy a Telde en formación de cuarteto con la gira 'Hard Time Blues'. Su líder revisa la trayectoria del grupo

Vargas. // David Arnoldi

Es Javier Vargas (Madrid, 1958) una figura de leyenda en la escena del blues y rock en España. Desde 1991 lidera la Vargas Blues Band y suma una veintena de discos publicados. El guitarrista recala hoy en el Teatro Juan Ramón Jiménez, en Telde, con la gira de Hard Time Blues, su último disco hasta hoy viernes, ya que este 21 de abril lanza nuevo trabajo Camlabache & Bronca (KZoo Music). Un concierto en formación de cuarteto junto a Peter Kunst (batería y voz), Luis Mayo (bajo y voz), y Vanessa Harbek (guitarra y voz) como invitada.

Hard Time Blues recorre y retrata practicamente las distintas formas musicales del género que ha frecuentado desde los inicios de su trayectoria profesional en solitario en 1991.

Pues si. Esas son las influencias a lo largo de una carrera. Se te va pegando un estilo, otro, pero basicamente el sonido, cuando investigo en el blues latino y todo eso es lo que más me identifica, y sobre todo porque estoy girando mucho por el extranjero y por todos lados. Me piden toda la parte de fusión latina más que ninguna.

Toda la parte del repertorio que bebe de Carlos Santana.

Digamos que si, pero me gusta Santana, me gusta John Scofield, Pat Metheny, Albert Collins, Freddie King,.., una amalgama de influencias que han creado mi propio estilo.

El disco está igualmente poblado de colaboraciones, con Paul Shortino entre otros, que se erige como pulmón de la Vargas Blues Band en este repertorio reciente.

Llevamos tres años trabajando, tanto en el proyecto con Carmine Appice y Tim Bogert, con el que estuvimos dos años de gira, y esto es lo último que hemos hecho, pero también está Tim Mitchell, un cantante inglés que se llama Gaz Pearson y que estuvo en el disco anterior From the Dark (2015); luego está una pequeña colaboración de Devon Allman, el hijo de Greg Allman, de los Allman Brothers, que ha estado colaborando en algunode los albumes de Vargas Blues Band como Love, Union, Peace (2005) y Flamenco Blues Experience (2008) y con Devon hemos tocado muchísimo, en sitios como Canadá, Estados Unidos, Alemania. Muy contento de como ha funcionado el álbum, que además se ha editado en Inglaterra y ha vendio bastante. Y para los tiempos que están, que es muy dificil que un artista de blues pueda mover su catálogo. Se ha vendido bastante también en Alemania, Italia, en España también unas buenas cantidades, y la gente sigue descargándose el disco, pidiéndolo, y la verdad es que no puedo quejar.

El título del disco evoca los tiempos difíciles y dice usted que la letra habla de los tiempos que corren. En este caso, el esfuerzo de grabación y producción ha tenido la recompensa del público.

Los tiempos no son malos solo para el blues, lo son para el planeta, de estos momentos en los que vive la Tierra. Por lo demás, yo hago canciones, unas con letras, otras instrumentales, y de alguna manera enseñó mi música, soy una especie de trovador del blues y del rock and roll. Lo que ocurre a tu alrededor lo enseñas en una canción. Y hemos tenido que tocar muchísimo en directo porque realmente tienes una banda de blues, de rock and roll, y una de las cosas más importantes es que la gente te conozca y te escuche. Desde los inicios de Vargas Blues Band en el añio 91 hasta el 2017 nos embarcamos en un largo viaje en carretera, tocando en directo, y los últimos cuatro años han sido una brutalidad tocando, y no exagero, unos 700 conciertos o más en toda Europa, en países como Escocia, Irlanda, República Checa, en Rusía, en América, en festivales, en teatros y salas, y es la manera de darte a conocer, la manera de que el público te vaya conociendo más, que compre tus discos, que vaya a los conciertos. No es como el mundo del pop, donde sacas una canción, haces un videoclip, te haces famoso por unos meses, a menos que sea Lady Gaga. Es un trabajo muy diferente. Si tienes una banda de blues hay que echarse a la carretera, y no creo que todo el mundo sea capaz de recorrer miles y miles de kilómetros, e irse a puntos muy remotos.

Es un trabajo agotador que requiere además de una gran fortaleza, de confianza en el producto y en la banda que le acompaña. ¿Le queda tiempo para componer, para coger respiro en medio de esta vorágine de conciertos?

Lo único que hago es componer cuando no estoy de gira, pero lo que pasa es que los últimos años han sido tan fructíferos a la hora de escribir canciones que tengo muchísimo material escrito, no editado. Ahora mismo estoy más centrado en la promoción de todo lo que estoy haciendo y los conciertos, y preparando un proyecto nuevo para el año 2018. Un proyecto que va a dirigir todo el esfuerzo de todos estos años en una dirección. Me gustaría llevar una banda más grande, metiendo toda la música de Vargas Blues Band, que hay mucho, y necesito un formato superior. Más que nada se trata de aglutinar todo lo que hecho a lo largo de los últimos años y seguir girando con un tour internacional mucho más grande y con un apoyo bastante fuerte que tendrá eco porque me gustaría ir con ella a las Islas Canarias, y con el público que tengo ahí que ama tanto el blues, el funk, el rock latino, para mi es perfecto.

En Canarias se le tiene aprecio a la Vargas Blues Band.

Yo también le tengo mucho cariño a la gente de Canarias, y además es un lugar que me recuerda mucho a mi infancia porque yo pase mucho tiempo en los años 70 en Caracas, en Venezuela, y siempre que piso Las Palmas, Tenerife o La Palma me viene una especie de flash al pasado, una sensación muy bonita e inspiradora.

El formato a trío o cuarteto como el que trae a Telde le permite igualmente dar fluidez al repertorio de la banda.

Además de Peter Kunst y Luis Mayo viene también con nosotros a este concierto Vanesa Harbek, tocando la guitarra. Es una guitarrista y cantante argentina que está en la banda. Somos cuatro ahora. Hace poco que estuvimos en una gira por Europa, hace un mes, y en un festival en Zurich, donde también llevamos a un teclista de la banda de Zucchero con un Hammond B3. A veces tenemos el teclado cuando giramos por Europa y podemos pedir el Hammond B3 con Leslie, pero no siempre es fácil que se pueda conseguir en todos los sitios. Por ahora y como te digo, cuanto mejor lo pueda hacer, y dar más al público que me sigue y hacer mejores discos es mi meta. La gira de Hard Time Blues ha sido alucinante, con público por todos lados, tengo el disco duro repleto y ya empiezo a confundir todo [risas]. Ahora me pongo a pensar en sitios y me confundo, incluso en los hoteles tengo que dejar la luz del baño encendida para no levantarme y darme un golpe porque no se donde estoy.

El blues ha tenido una especie de revival en España donde artistas jóvenes han encontrado un sustrato para seguir alimentando el género desde otras perspectivas.

Eso es fantástico, que la gente joven se implique y que lo haga a través de muchos músicos y guitarristas. A mi me pasa y muchos me dicen: "hemos conocido el blues a través de Javier Vargas", como otros los hacen a través de Joe Bonamassa, o recuperan a Jimi Hendrix, Albert Collins o Stevie Ray Vaughan. La música cuando sale del corazón y es auténtica y es clásica y prevalece. Siempre se va a escuchar a Chuck Berry. Toda la música de guitarras, el rock and roll y el blues, han dejado una huella tan grande que para mi son como Beethoven o Mozart, e incluso más. Mozart nunca llenó un festival como Woodstock, como lo hicieron Hendrix o los Who, o Alvin Lee.

¿Cuál es la estrategia de Javier Vargas para seguir creciendo?

Basicamente hacer lo que me gusta, hago música para mí. Tocar la guitarra es un placer personal y poder vivir de ello es algo que te da el empuje suficiente para pagar la casa a fin de mes, mis gastos cubiertos y hacer realmente lo que me gusta. Y es algo maravilloso poder hacer esto. Doy gracias a la divinidad o lo que sea que haya podido encontrar mi camino en la guitarra y en la música.

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