Por escena, potencia, energía, por un sonido compacto, por melodías y letras que se quedan y por haberse currado de principio a fin un concierto que no decayó y que fue casi perfecto, se puede afirmar -y se afirma- que la presentación en directo de Buen Viaje, el primer disco de la banda grancanaria Última Llave -este jueves, en el teatro Guiniguada-, demuestra que Beatriz Pérez (voz), Adrián Marrero (guitarra española) y Alberto Díaz (batería) tienen un serio y profesional compromiso con la música.

Decir que a una banda local le sobran precisamente las versiones de otros artistas es algo importante. Es algo que les otorga entidad y autonomía, y eso le ocurre a este grupo, formado en el año 2012. Última Llave desgranó una a una sus canciones a lo largo de una noche muy emotiva y preparada al milímetro en un escenario que se hizo pequeño a un total de seis músicos (el trío compuesto por Bea, Adrián y Alberto, sumando a estos el bajista Adrián Vega, el segundo guitarra Gabri Calderín y Lau Tapia a los teclados). Hubo sorpresas, tal y como prometieron en el constante goteo de publicaciones en redes sociales y algunas entrevistas previas en televisión y radio, pero sobre todo hubo un concierto muy enérgico que no decayó. Las primeras cuatro -propias- sonaron con fuerza, especialmente la primera. Arriba del todo arrancaron con Buen Viaje y Hoy.

Bea, la gran voz de Última Llave, es una diva. Jovencita pero diva. Ataviada con vestido negro, sombrero de ala ancha, botas hasta la rodilla y chaqueta cowboy de flecos agradeció el buen viaje que están teniendo desde sus comienzos gracias a su audiencia. Posee una gran escena, es cálida con su público, pero tal y como la describió finalmente el batería (Alberto), ya en la despedida, "es nuestra voz, es irremplazable e insuperable". Y es verdad. Su timbre encumbra y se cuela por todos lados. ¡De qué manera lo hizo con la balada El Baile (una de las principales de Buen viaje) quedándose a solas con la guitarra española y los teclados. Quizás faltó por detrás el bonito videoclip que Última Llave realizó para esta canción. Fue uno de los momentos mágicos del concierto.

La vocalista invitó a una noche muy especial agradeciendo la presencia del público en el que reconoció muchas caras de personas que les han acompañado desde sus comienzos, "lo cual", apuntó, "es muy bueno, porque si repiten es que lo estamos haciendo bien". Última Llave ha sacado cuatro singles. Tres de ellos han sido número 1 en la lista de éxitos ClickAndRoll de Los 40 Principales: No me importa (2013), La posada del marinero (2014), Eres tú (2015), que cerró el evento, y El baile (2016). Temas todos que están incluidos en este primer disco.

Para el quinto tema sonaron los acordes de Nada de esto fue un error, que hizo que en la segunda parte de la canción entrara desde bambalinas el coquillo Ginés Cedrés, que por cierto regresa al Guiniguada en ese come back de Los Coquillos. Con él se marcaron hasta un perfecto manequin challenge. Continuaron con No hay nadie como tú, que contó con dos bailarines por detrás de Bea que recordó a los coristas bailongos de los directos de la desaparecida Amy Winehouse.

Así se llegó a uno de los momentos más aplaudidos de la noche. Desaparecieron los músicos. La vocalista, en la sola compañía de los teclados, se puso al mando de la copla. Bea afrontó el tema Y sin embargo te quiero de Concha Piquer. Primero con micro. Después sin él. Y ahí se desnudó por completo. Demostró el verdadero talento y la altura de su voz. Francamente a Beatriz Pérez le acompaña todo, buen físico, carita de ángel, preparación, tablas y sinceramente una voz imprescindible en el panorama musical canario. Recordó, en el marco de este tema, que "muchas veces la gente me pregunta que de dónde saco esta voz", instante en el que sin terminar la canción, bajó del escenario, buscó a su madre entre butacas, le plantó el micro y fue esta quien terminó la canción. Estaba nerviosa pero lo hizo bien. Por supuesto, la cantante terminó gritando: "¡Viva la madre que me parió!"

Antes de continuar con una de las preferidas de la banda ( Roma) -que contó con el quinteto de voces Black Feeling en el escenario-, el batería hizo con otro componente un solo de tambores y tras ello, y con segundo look de Bea a lo Gloria Gaynor (mono corto brillante), remataron la segunda parte de la noche que tuvo entre sus momentos estelares la colaboración de Juan Dávila (de SwingStar) para el tema No me importa así como breve homenaje a Néstor Rodríguez, componente de la banda que por motivos de salud la ha abandonado y de quien dijeron lo más vital, "su huella, su mano, su buen hacer está en este disco, está en estas canciones". De este modo, Última Llave culminó una noche de diez. Bueno, de doce y ante un teatro lleno al 100%.