El poeta grancanario Pedro Flores regresa esta semana a las librerías con su nuevo poemario Los versos perdidos del contramaestre del arca, que publica a nivel nacional de la mano de la editorial sevillana Maclein y Parker.

Se trata de "un poemario conciso y sobrio en su ejecución, pero cargado de símbolos e imágenes, que son capaces de revelar la soledad del hombre contemporáneo frente a un mundo cada vez más extraño, complejo y deshumanizado", según avanzan desde la editorial, que apuesta por primera vez por el escritor isleño.

Desde Maclein y Parker destacan "el sentimiento de desesperanza que planea sobre todo el poemario" y que "no es más que una continuación de la trayectoria de Flores, en la que destaca esa defensa de la dignidad humana, su capacidad para poetizar la sociedad en la que vivimos y denunciar situaciones de desigualdad e injusticia".

Los versos perdidos de contramaestre del arca toma como punto de partida el tema bíblico del Diluvio Universal, que explora "con una lírica sencilla y concisa la soledad del hombre ante la inmensidad del desastre". Este poemario cierra además una trilogía poética dedicada a escenas de la Biblia, que comenzó con los libros Memorias del herrero de Nod o Al este del desdén.

"Lo que intento es un acercamiento irreverente, a la vez que respetuoso, con esa inagotable fuente de interpretaciones que es el texto bíblico", apunta el poeta. La atmósfera de desesperanza que sobrevuela sus versos arropa a su vez una serie de temas comunes a su poética, como la soledad. "También están ahí el amor como eje de la vida, la desobediencia ante los dictados de las circunstancias, una postura de rebeldía vital y política ante el poder con mayúsculas... Quizá cada lector, de haberlos, encuentre su interpretación de esos textos", añade el poeta.

El poemario aterriza en las librerías después de la reciente publicación de la antología poética Salir Rana (Renacimiento, 2016), una edición a cargo del poeta Vicente Gallego que recoge una selección poética del universo de Flores, desde su debut con Nunca prendimos París (1998) hasta El don de la pobreza (inédito), y que también vio la luz a nivel nacional.