Antiguas. Muertas. Olvidadas. Poco usadas. Siete idiomas en peligro de extinción son los protagonistas de un concierto singular. Aborigen, Inuit, Navajo, Galés, Nahuatl, Maori y Guanche (como lo califican los organizadores) - o Tamazight insular, el usado por los antiguos pobladores de canarias -, serán las lenguas protagonistas de un concierto que ofrecerá el coro de Supertonic de Wellington el próximo domingo, 21 de mayo.

El espectáculo Vanishing Voices: Música en honor a nuestras lenguas en peligro de extinción es el primero de una serie de conciertos que pretende recorrer el país del kiwi. Las entradas están agotada para este debut en el museo Te Papa de la capital neozelandesa.

"Quería dar voz a las personas que no recibieron sus historias, cuyos idiomas no se realizan con mucha frecuencia", dice Isaac Stone. El director, de 28 años, dirigirá las 56 voces que contarán las vivencias que la historia le ha privado de dar a conocer al mundo.

Para llevar a cabo esta empresa tuvo que llevar un arduo trabajo de investigación para recabar información acerca de las siete lenguas que va a tratar en la que la mayoría de continentes están representados.

Stone ha estudiado y localizado diferentes lenguas a lo largo del globo como es el caso del Aborigen (Australia), Maorí (Nueva Zelanda), Inuit, (Canadá y Alaska), Navajo (Estados Unidos), Galés (Reino Unido), Nahuatl (México) y Guanche, como lo califican ellos, o Tamazight, lengua bereber hablada por los antiguos pobladores de Canarias.

Estas canciones tejen distintas historias de diferentes pueblos que "son únicos para su cultura, pero también se conectan con otras naciones alrededor del mundo".

Canarias cobrará protagonismo con una canción que cuenta la invasión que sufrieron por parte de los conquistadores castellanos desde 1402, con la conquista de Lanzarote, hasta 1496, con la toma de Tenerife.

"Las letras de la obra están llenas de terror y lamenta las pérdidas de sus seres queridos a manos de los invasores y la impotencia que sufrieron para sobrevivir como pueblo al que tendrían que someterse y casarse con la población conquistadora", adelanta Stone para el periódico neozelandés Stuff.