"Casi me mata". Así de rotunda se mostró ayer en rueda de prensa en Cannes la actriz alemana Diane Kruger sobre su papel en In the fade, un durísimo personaje que le ha permitido hacer la mejor interpretación de su carrera y que, asegura, le ha cambiado la vida.

Han sido "escenas muy difíciles de interpretar y de vivir", reconoció la actriz sobre una dramática historia dirigida por Fatih Akin, que compite por la Palma de Oro de Cannes y en la que interpreta a Katja, una mujer alemana que pierde a su marido turco y a su hijo en un atentado cometido por neonazis.

"Fue insoportable, estaba en casi todas las escenas de la película y no había un viernes en el que me pudiera ir pronto y desconectar (...) he vivido algo terrible, este filme casi me mata. Cuando acabó el rodaje, durante ocho semanas no pude trabajar, ni siquiera podía leer un guion", explicó la actriz.

Un papel que le provocó "estados de ánimo extremos" porque se metió tanto en la historia que no interpretó a Katja, sino que vivió como ella. Algo posible porque Akin le pidió que saltara al vacío y con los ojos cerrados con él y la actriz lo hizo. "Hay papeles que te piden esto, a mí no me había pasado nunca antes en la vida. Este filme me ha cambiado para siempre", agregó.

Es además su primer papel protagonista en Alemania, ya que desde muy joven ha vivido en Inglaterra, Francia o Estados Unidos, que es donde ha desarrollado principalmente una carrera en la que ha participado en filmes como Malditos bastardos, Llévame a la luna o Troya.