Es el acontecimiento literario del año. Ayer la 29ª Feria del Libro de la capital grancanaria fue el escenario para reinvindicar el legado y la vigencia de Félix Francisco Casanova (Santa Cruz de La Palma, 1956-Santa Cruz de Tenerife, 1976) . La publicación de las Obras Completas por el sello madrileño Demipage sitúa al joven escritor canario en el circuito nacional e internacional, y abre nuevas puertas para que su producción se siga traduciendo a otros idiomas.

"Rescatas a un autor que en España es practicamente desconocido y su obra empieza a traspasar fronteras, y es un escritor que merece estar entre los grandes". Es la reflexión que hacía ayer el editor David Villanueva en la presentación de este volumen de 700 páginas, que incluye la novela El don de Vorace, que le reportó el premio Benito Pérez Armas en 1974, escrita en 44 días cuando el autor tenía 17 años; los poemarios El invernadero (1973), La memoria olvidada (1974-1975), Una maleta llena de hojas (1974-1975). Agua negra (1975), Once poemas sueltos (1972-1974), Cuello de botella (1969-1973) y Los botones de la piel (1969-1973); además de 7 simios (1969-1973), y obra varia entre cuentos, y el diario íntimo Yo hubiera o hubiese amado (1974). El libro se completa con un apéndice documental con el Manifiesto Hovno, una carta a la revista Disco Express, y la última entrevista que publicó el diario La Tarde dos días antes de su fallecimiento.

Una edición al cuidado de Francisco Javier Irazoki y con prólogo de Fernando Aramburu, dos escritores que descubrieron a Félix Casanova a través de las reseñas que hacía el entonces joven poeta para la revista Disco Express, y que desde entonces permanece en sus vidas. "Encontramos en Félix Francisco Casanova la provocación, la escritura automática y lo adoptamos", decía ayer Fernando Aramburu en la presentación, en un acto que el que además estuvo presente el hermano del poeta, José Bernardo Casanova.

El autor de Patria conoció al poeta a través de Irazoki, y rapidamente surgieron los paralelismos entre los tres. Los dos escritores eran miembros del colectivo Cloc, y Casanova junto con Ángel Mollá, impulsaron el grupo de rock y movimiento literario Equipo Hovno. "Son hermanos", sentenció Aramburu acerca de la fascinación que le produjo descubrir a "un adolescente con talento y con una madurez repentina asociada a la muerte de su madre".

Para la editorial Demipage, el lanzamiento de estas Obras Completas es motivo de celebración literaria. "Queremos rendirle homenaje a su obra y de alguna manera que siga vivo entre nosotros, para mí lo sigue estando", explicaba el editor David Villanueva. "Un joven genio que queremos que salga a la luz en todas partes", recuerda Villanueva, cuya editorial puso la mirada en Félix Francisco Casanova hace siete años con la edición de El don de Vorace, también con prólogo de Aramburu, -"un boom, un espectáculo que merecía Félix"-, y desde entonces comenzó un trabajo de investigación sobre el conjunto de la obra, que derivó igualmente en la antología Cuarenta contra el agua y los diarios.

Fernando Aramburu trasladó al público que "no estoy aquí para cumplir con un trámite", al presentar este volumen, "Mi relación con su obra y esa especie de sombra que era él lo siento tan cercano que siento una inmediata familiariedad con solo escucharlo. Y esta edición es un acontecimiento literario de primer orden". Aramburu tiene una "antigua veneración" por este autor en cuya obra y persona "se dan los requisitos para ser un genio; esto es, una fuerza creativa fuera de lo común". Por su parte, José Bernardo Casanova agradeció esta edición de las Obras completas y no abundó en más detalles sobre el poeta tras la intervención de Villanueva y Aramburu. "A Félix lo intento conservar como hermano".