"Al encarar este libro, el objetivo era sacar a los protagonistas de un papel, de un informe policial o judicial, y convertirlos en seres humanos otra vez". Habla, con pausa -tal vez por el cansancio que le provoca el jet lag, tal vez por la cadencia del acento centroamericano-, Jorge Galán, autor de Noviembre, un libro en el que investiga y -desenreda- el asesinato en 1989 de seis jesuitas y dos mujeres en las instalaciones de la Universidad Católica de El Salvador (UCA) y por el que se ha tenido que exiliar al ser amenazado de muerte.

En la penúltima jornada de la Feria del Libro de Las Palmas de Gran Canaria, Galán ofrece detalles de un suceso que radiografía con precisión los problemas que sacuden El Salvador. "En mi país", recalca, "hemos tenido días con 51 asesinatos. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí, bajo la violencia de las maras?" se pregunta antes de ofrecer él mismo la respuesta. "Hemos construido un Estado sobre la impunidad y eso genera una sociedad enferma".

El escritor, reconocido poeta, para explicar el asesinato del jesuita español Ignacio Ellacuría -rector entonces de la UCA-, señala al dinero. "Estados Unidos", subraya, "en plena Guerra Fría y ante el temor de que la izquierda alcanzara el poder en El Salvador, le daba un millón y medio de dólares al día al gobierno de mi país". "Ese dinero", continúa, "se lo repartían los altos mandos militares. Y si el conflicto civil terminaba, esa fuente de ingresos se cerraba. El papel de Ellacuría, entonces, era tender puentes para iniciar un proceso de paz entre las dos partes. Y con su asesinato los militaron dinamitaron ese puente".

En el proceso para elaborar este libro, Galán obtuvo una grabación en la que el expresidente salvadoreño Alfredo Cristiani daba los nombres de los autores materiales del crimen. "La Audiencia Nacional ha solicitado su extradición", cuenta, "mi país, incluso con un gobierno de izquierda, se niega. No sabemos por qué oscuros intereses".