Un Werther muy poético y con un elenco de primer nivel despide la 50ª Temporada de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria, Alfredo Kraus, dedicada al tenor grancanario, con representaciones los días 20, 22 y 24 de junio a las 20.30 horas en el teatro Pérez Galdós. Este título de Jules Massenet era el favorito del cantante y por eso Amigos Canarios de la Ópera lo ha dejado para el final como colofón de un año especial y con un equipo de lujo. El director artístico de ACO, Ulises Jaén, quiso dejar claro que esta producción del Teatro Comunale de Bolognia se trata, sin duda, de lo mejor de este año.

El elenco incluye al tenor Aquiles Machado en el papel del protagonista, a la mezzosoprano Silvia Tro Santafé como Charlotte, además de la soprano Marina Monzó como Sophie y el barítono Rodolfo Giugliani en el papel de Alberti. El maestro Giuseppe Sabbatini dirigirá a la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria y Rosetta Cucchi se encargará de la dirección escénica. También interviene el Coro Infantil de la OFGC bajo la dirección de Marcela Garrón. Es la quinta ocasión en que Werther se representa en este Festival tras aparecer en 1967, 1985, 1997 y 2006. La obra está basada en Los sufrimientos del joven Werther de Goethe, adaptada al francés por los autores del libreto Édouard Blau, Paul Milliet y Georges Hartmann. “El reparto incluye un Werther y un Charlotte muy complicados escénica y vocalmente”, aseguró Jaén. “Pero hemos conseguido a la mezzosoprano que necesitábamos y a un tenor con sensibilidad como Aquiles”, añadió, “ya que Werther es una ópera de poesía, donde el poeta está desde el principio hasta el final”.

Machado mostró su deseo de interpretar a un Werther “con la mayor honestidad, sinceridad, respeto y admiración posible” y desde la “responsabilidad de, por lo menos, intentar transmitir a otra generación esa manera original de cantar depurada por Alfredo Kraus”. El tenor venezolano declaró su intención de afrontar este papel, en el plano escénico, al modo de Alfredo Kraus, que “hacía que pareciera que el personaje esté hecho de cristal”. Algo que se ajusta al carácter del protagonista de este clásico, ya que es un hombre que “camina en una cuerda floja emocional” que lo lleva a estar “siempre en el momento justo antes del desmembramiento”.