La actriz y cantante Ana Belén (Madrid, 1951) tiene a Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 1843-Madrid, 1920) en un lugar destacado en su carrera profesional. Ayer, la que fuera Fortunata en Fortunata y Jacinta, la serie que en 1980 protagonizó en TVE de la mano de Mario Camus, que adaptó y dirigió la novela de título homónimo de Pérez Galdós, fue la protagonista en la jornada inaugural del XI Congreso Internacional Galdosiano, que se celebra entre la casa natal del escritor, la Casa de Colón y la Casa León y Castillo, en Telde, hasta el próximo viernes 23 de junio con la presencia de noventa especialistas de once países.

"Tenemos a Fortunata con nosotros", decía ayer la cineasta Arantxa Aguirre (Madrid, 1965), galdosiana y miembro del Comité Científico de este congreso, tras concluir la ponencia de la sesión de apertura con el título de Galdós como materia cinematográfica. Aguirre ha trabajado con directores de la talla de Mario Camus, Basilio Martín Patino, Luis García Berlanga, Pedro Almodóvar y Carlos Saura; y ha publicado, entre otros, los libros Buñuel, lector de Galdós (2003), que le reportó el Premio de Investigación Pérez Galdós; y 3 4 actores hablan de su oficio ( 2008).

Con un bagaje como directora de documentales que deja títulos como Un ballet para el siglo XXI, Béjart Ballet Lausanne au Palais Garnier , An American Swan in Paris, Una rosa para Soler y Dancing Beethoven, y en proyecto un trabajo documental sobre Pérez Galdós que prevé concluir en el año 2020, la realizadora madrileña trazó en una intervención -que luego continuaría en formato de entrevista con Ana Belén- los vasos comunicantes entre cine y literatura con Galdós como referencia. "Cine y literatura son las dos artes del relato, las maneras de narrar en nuestro tiempo, y Galdós es la imagen de la vida en la novela", subrayó.

Con Buñuel

La relación de la literatura de Galdós y Buñuel, "la deuda de Buñuel a Galdós", según sus palabras -la famosa frase atribuída a Buñuel "Soy ateo gracias a Dios", y que aparece en la quinta serie de los Episodios Nacionales- es más que patente. "Galdós es mi única referencia", remarcó la cinesta madrileña parafraseando a Luis Buñuel. Prueba de ello, de acuerdo al relato de Arantxa Aguirre, es que "Buñuel pudo leer extensamente a Galdós, y la mirada de Buñuel sobre los personajes tiene que ver con la mirada de Galdós, mirar a la realidad de igual a igual a través de la piedad, la simpatía, la empatía,...".

La fijación de Buñuel por Galdós queda patente en las películas Nazarín (1959) , adaptación de la novela homónima; Viridiana (1961), traslación al cine del texto Halma, del grancanario; y Tristana (1970), adaptación de la obra de Galdós.

Pero, al margen de Buñuel, otros directores españoles han reparado en el verbo de Galdós, y han llevado al cine y televisión títulos de cabecera de Pérez Galdós. Es el caso de José Luis Borau con Miau; Pedro Olea y Tormento; Mario Camus con Fortunata y Jacinta; o José Luis Garci y El abuelo.

Y para hablar de Olea y Camus y su acercamiento al universo galdosiano, la Casa Galdós tuvo ayer a Ana Belén compartiendo las sensaciones que trajo a su vida descubrir a Galdós. Protagonista de excepción de las andanzas de estos personajes en el Madrid del XIX del que el escritor grancanario se erigió como el mejor cronista posible, y a quien descubrió de la mano de Pedro Olea con la película Tormento (1974). Fue su "primer contacto profesional" en el papel de Amparo, si bien la primera adaptación que disfrutó de Galdós fue Marianela, con Rocío Durcal, y luego la que hizo Mary Carrillo, en "blanco y negro y deliciosa", recordaba ayer.

Tormento le llegó en aquellas ediciones de bolsillo que popularizaba el sello Alianza. "Cuando la leí, dije ¡ah, que personaje!, y no era consciente de la adaptación cinematográfica, pero la vida te da estos regalos, y me llama Pedro Olea para hacer Amparo. Y luego tuve la suerte de interpretar años después a Fortunata", en la serie para televisión con Mario Camus.

De Tormento recordaba ayer Ana Belén que "fue un rodaje delicioso" y que hoy en día "es imposible rodar una película de época en Madrid". Junto a Paco Rabal en el reparto, "maravilloso, que fue a más cuando se fue haciendo mayor", se resolvió este primer acercamiento galdosiano de la actriz.

Otra cosa fue la producción de Fortunata y Jacinta para televisión. La novela que Galdós publicó en 1887 cayó en manos de Mario Camus, y según Ana Belén "tenía la historia muy clara". El papel de Fortunata "fue un privilegio trabajar en la serie con Mario, que mimó a cada personaje con la entidad que les daba Galdós". En definitiva, "un director al servicio de la novela". El director le entregó el texto completo -ocho guiones de un total de diez- cuando Ana Belén acababa de representar Tío Vania, de Chéjov. A la actriz le gustaron todos y cada uno de los personajes de la obra y cómo Camus los había desarrollado. "Me daba lo mismo cualquier personaje y finalmente me ofreció a Fortunata".

Ana Belén se dehizo en halagos hacia una producción con la que "descubrí lo que era la magia del cine" con unos escenarios que recreaban el Madrid de la época, y hacia un personaje que "me acompaña siempre. "Todo me era conocido, el barrio, las calles,.."., rememoraba ayer mientras nombraba parte del elenco como Maribel Martín, Mario Pardo, François-Eric Gendron, Francisco Rabal, Fernando Fernán Gómez o Mary Carrillo, entre otros.

De su personaje dijo que "no era una mujer fuerte, una mujer sin armas con ganas de progresar en la vida" cuyo motor de vida era la pasión". En este contexto, Ana Belén volvió a celebrar el arte de Galdós hacia unos personajes "tan bien escritos, sabes de donde son, cuáles son sus raíces". Y defendió el pulso del escritor que trazaba a los hombres como "individuos de una pieza" mientras que concibía a los personajes femeninos como más poliédricos. "Los personajes femeninos están llenos de huecos, de escondites", dijo.

Para concluir, Ana Belén se preguntó "¿Cómo es posible que se hagan tantas tonterías cuando tenemos tanto de donde tirar?, en referencia a la riqueza de Galdós. "Sigue vigente por la grandeza de su escritura, y nos retrata en lo que menos me gusta, que no hemos cambiado tanto, seguimos estando en el mismo sitio".