El naufragio de los valores tradicionales de la sociedad española decimonónica que espejan las novelas de Benito Pérez Galdós cristalizó también en el tratamiento de sus múltiples personajes femeninos. Amantes y malqueridas, criadas misericordiosas, burguesas frívolas y avaras, y un caudal de mujeres diversas prestan título a sus obras más celebres, como Fortunata y Jacinta, Doña Perfecta, Tristana o Marianela, donde la imagen de estas heroínas y antiheroínas refleja cómo la manera en que la ideología galdosiana también cuestionó los modelos vigentes a través de la crítica y la necesidad de repensar la cuestión de la mujer.
Para Luis Stephane Kouadio Djoko, profesor del Departamento de Estudios Lationamericanos en la Universidad Félix Houphouët Boigny (Costa de Marfil), la obra galdosiana, emblema de la novela realista del siglo XIX, concede protagonismo a la mujer en la medida en que el tránsito del viejo al nuevo orden en el contexto de la Restauración debe incorporar a las mujeres en "un escenario de igualdad, no de esclavitud, desigualdad e injusticia". Así lo expresó ayer en el marco de su ponencia Dimensión trágica y personalidad del personaje de contestación en Benito Pérez Galdós: ¿Una escritura inspirada en las Luces?, que abrió la terera serie de comunicaciones del XI Congreso Internacional Galdosiano. El profesor y experto asevera que la obra galdosiana encierra "una lectura de indignación ante la condición de la mujer española". "El papel de la mujer es muy importante en la obra de Galdós y esta visión fue muy moderna en su época, porque en aquellas sociedades la mujer aparece representada siempre como un ser inferior, que depende del hombre", expuso Kouadio.
Su intervención orbitó alrededor de tres ejes principales: la influencia del Siglo de Las Luces en la obra galdosiana; la dimensión trágica de sus personajes, condenados por una sociedad que los vitupera y critica; y un giro filosófico sobre el determinismo que subyace a la trayectoria de sus personajes. "Un determinismo del cual se puede escapar, porque hay una posibilidad de regeneración en el ser humano", apunta. "Lo que quiere decir Galdós a través de la vida de sus personajes es que el ser humano se ve conducido por una fuerza que no domina, sin poder pararse, pero ante la que puede decidir".
En este sentido, los personajes femeninos de Galdós escenifican los dogmas moralizantes de una realidad social "que determina sus vidas". "Los personajes femeninos galdosianos no pueden escapar al castigo social; sin embargo, no les importa perder su vida o conocer una forma de encarcelamiento, pues eso resulta de manifestar su percepción del mundo y su indignación al rechazar el sistema establecido", apunta el profesor. "Ellas hablan de sus propias experiencias como mujeres vistas como seres inferiores y utilizando la primera persona. Esta estrategia permite convencer mejor a los interlocutores y lectores, que se apoyar en sus propias experiencias y sirge de base para analizar la condición femenina de forma globalizante".
