Fernando Aramburu (San Sebastián, 1959) lleva meses viviendo un frenesí tras la publicación de Patria, un fenómeno social "cuyos hilos no manejo ya", dice. Y ahora el escritor vasco ha vuelto a dejar su casa de Hannover (Alemania), donde vive desde hace más de 30 años, porque ayer inauguró los cursos de verano de la Complutense una conferencia dedicada al poeta y novelista canario Félix Francisco Casanova, muerto a los 19 años.

"Desde que se publicó 'Patria' hace nueve meses, me absorbe todo", asegura. Además de recoger toda la buena cosecha de Patria -más de 300.000 ejemplares vendidos, según la editorial Tusquest-, Aramburu tiene tiempo para plasmar y divulgar su amor por el poeta Casanova, de quien se acaba de publicar un amplio volumen con su obra completa, editado por Demipage. "El Rimbaud español", así llama Aramburu al escritor canario que con 17 años escribió su primera novela. "Lo descubrí en el 79, de la mano del poeta Francisco Javier Irazoki, y, cuando lo leí, me pegó muy fuerte y no solo porque vi que sus poemas eran muy buenos, sino porque me mostraba un camino por el que yo iba, pero un punto más avanzado", subraya.

Del autor de El don de Vorace Aramburu destaca las muchas concomitancias con Rimbaud. "Y es así no solo porque hicieran sus obras cuando eran jóvenes, atractivos y rebeldes, sino porque tenían muchas conexiones, como la función y la sombra de la madre", sostiene.