"Tristana es un canto a la libertad", señala la actriz Olivia Molina sobre el personaje que interpreta de la obra emblemática de Benito Pérez Galdós y que se representa este domingo 2 de julio, a las 20.00 horas, en el coliseo grancanario después de realizar funciones en Teror y Agüimes.

El montaje está dirigido por Alberto Castrillo-Ferrer a partir de una versión de Eduardo Galán, y junto a Molina, intervienen los actores Pere Ponce, Alejandro Arestegui y Diana Palazón. "Tristana es una mujer que busca su camino", añade la actriz. "Una mujer que proclama que necesita un oficio que le realice, tener acceso a una educación que le haga pensar, y vivir una historia de amor sin tener que casarse y que no la señalen por la calle, alguien que quiere vivir en el amor pero no con un hombre, quiere tener un hijo y que lleve su apellido". Todo este discurso que es de sentido común y que damos por hecho actualmente, en el siglo XIX estaba absolutamente fuera de lo normal. "Para ella no es un acto de valentía decir esto, es algo natural, un pálpito humano", aclara Molina. "Es preguntarse que si necesita esto para realizarse, por qué se lo prohiben".

Pero para la actriz ibicenca Tristana también habla de los roles de poder, de la sumisión, del amor, el desamor, de las consecuencias de las decisiones que tomamos. "Es muy honda y el discurso sigue vigente, hay mucho trabajo por hacer para la igualdad de género. Y ahora hay un movimiento de mucha consciencia, pero queda mucho por hacer".

Olivia Molina tiene claro que Galdós no es sólo el escritor que mejor retrató a la mujer, sino al ser humano, ya que "es un autor que hace personajes con sus contradicciones, sus idas y venidas, sus luces y sombras, y eso es oro para un actor, es alguien que crea personajes reales, no estereotipados y es un defensor de la mujer. De hecho tuvo una relación con Emilia Pardo Bazán y parte de esa correspondencia está reflejada en la obra a través de las cartas de Tristana con Horacio.

La actriz recuerda que Tristana es una transformación de cuatro personajes a lo largo de una vida, y por ello destaca que Eduardo Galán haya sabido condensar los conflictos y mantener esa tensión emocioinal que no permite al lector deprenderse de la lectura. Tristana, que sueña con estudiar, trabajar y ser libre en un mundo dominado por el hombre, es una de las protagonistas femeninas que a finales del siglo XIX claman por la independencia de la mujer. Galdós funde en el personaje de Tristana sus experiencias amorosas con la joven actriz Concepción Ruth Morell y con la novelista Emilia Pardo Bazán. Frente a ella, como un triángulo imposible, el seductor caduco don Lope y el joven pintor Horacio, incapaces de respetar sus deseos de aprendizaje y emancipación. Y a su lado, como cómplice y confidente, la criada Saturna, la mujer apegada a la realidad. Momentos de sonrisas y momentos de dolor