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Entrevista

"Con 'Cautivos' planteo el dilema de si seguir o no el avance de la tecnología"

"Los jóvenes no pueden vivir sin Facebook y venden su privacidad para poder llevar su ritmo de vida", señala el escritor Jorge Alonso

Jorge Alonso con un ejemplar de 'Cautivos'. JOSÉ CARLOS GUERRA

El argumento de esta novela presenta un futuro más bien poco halagüeño, aunque bascula entre lo positivo y lo negativo.

La historia plantea hasta qué punto el hombre está dispuesto a llegar en sus avances tecnológicos. El argumento muestra cómo se ha llegado a un punto de desarrollo en el que una farmacéutica, de nombre PIUS, inventa un e-medicamento que consiste en una e-píldora que cuando te la tomas puedes vencer el miedo, la ansiedad, el estrés o cambiar la vida de los diabéticos. Una pastilla que controla tu azúcar, tu alcoholemia y también tu estado de ánimo. Si una persona no puede dormir pues se baja un píldora y fuera el problema. Si tiene miedo escénico se baja otra y lo mismo. Así empiezas a controlar tu estado de ánimo continuamente. Yo creo que es un futuro más próximo de lo que pensamos. Se trata de una novela de base tecnológica y en realidad hay un patrón común con mi anterior Secretos en la nube.

Aborda el tema de las farmacéuticas, uno de los grandes negocios de los últimos años.

La crisis les vino de maravilla ya que aumentaron un 48% la venta de ansiolíticos. Y en base a esto surge la trama porque las farmacéuticas se plantean manipular a las personas y así comienza un proceso de investigación tras el cual inventan todo tipo de píldoras para acabar con los problemas humanos. Pero todo cambia cuando aparecen unos hackers que atacan esas e-píldoras que tienen un componente informático. Ellos dicen "ahora que hay ocho millones de tipos en el mundo con un chip en la barriga, qué podemos hacer". Y empieza toda una trama para controlar esos dispositivos en el interior de la gente. Luego surge una reflexión que se resumen en '¿qué hago, me quito esto del estómago o sufro sus efectos secundarios?' Es, por tanto, una novela que también roza el humanismo. La pregunta que plantea es hasta dónde estamos dispuestos a llegar, si seguir o no con el avance de la tecnología. Probablemente estamos ante un futuro en el que no podamos elegir. Y si Secretos en la nube planteaba dónde está la información que estamos colgado y hasta dónde pueden llegar las cosas, en Cautivos se trata de reflexionar sobre esta vorágine que nos están dando.

El argumento tiene influencias claras de la novela distópica. ¿Ha cogido elementos de los clásicos de la ciencia ficción?

Hay algo de Un mundo feliz, de Orwell, del soma o Julio Verne. Cuando Aldous Huxley escribe Un mundo feliz, o George Orwell su 1984 eran visionarios. Y ya estamos casi viviendo eso. La tecnología ya está con nosotros, nos acompaña a todos lados. Los jóvenes no pueden vivir sin facebook y venden su privacidad porque es la moneda de cambio para poder llevar su ritmo de vida. Sin darnos cuenta cada día aparecen en tu vida las nuevas tecnologías. Por ejemplo, imagina que estamos en un almuerzo y todo el mundo empieza a utilizar sus wasaps, pues te revienta la comida. O que estás en un gimnasio y todo el mundo saca los aparatos móviles, pues te revienta el tema.

Por tanto, está claro que muchas de las cosas que usted plantea no resultan hoy tan extrañas.

Es un futuro más cercano de lo que pensamos. El Museo de la Ciencia de Londres ya habla de meter un chip en el cuerpo. Pero, sin embargo, sí que nos metemos lentes intraoculares, marcapasos, etc. ¿Por qué no nos metemos una píldora que afecta al estado de ánimo? Pero lo que muchos olvidan es que el ser humano tiene que estar feliz o triste. Somos un conjunto de emociones. Y si nosotros nos negamos a tener esas emociones, ¿qué pasa? La novela plantea que hay un control de la sociedad bestial y pretende hacerte caer en la cuenta de que tampoco está tan lejos de lo que pensamos.

¿Hay tanta diferencia como dicen entre la vida de los jóvenes de hoy con respecto a los que lo fueron hace treinta años?

Hay una serie de sensaciones que ellos desconocen. No saben estar solos. Antes había que buscar información, pero hoy la información les sobra. Ellos no valoran su privacidad. Te metes en internet y sabes todo de un joven a través de su huella digital. Y dentro de diez años o lo tienes todo puesto en internet o no vales para nada. Pero la huella digital hay que saberla gestionar. El tema que a mí más me preocupa es el ciberbuylling, ¿Por qué no le damos a un niño de 14 años un permiso de conducir o un permiso de armas, pero sí le damos un móvil con conexión de datos?, porque la tecnología va por delante de la legislación. Luego nos damos cuenta de lo que se ha hecho mal, de que tenemos que regularlo. Pero el destrozo ya está hecho. Por meter fotos en internet sí pasan cosas. Hoy un smartphone puede decirme las calorías que tengo, a qué hora me tengo que despertar. Pero en algún momento alguna voz tendrá que decir "párate que a lo mejor tendrás que hacerlo de otro manera". Los grandes cambios de la Humanidad duran treinta años y nosotros llevamos desde finales del siglo pasado con unos cambios bestiales en la tele, en los teléfonos, etc. Según esta lógica nos quedan sólo diez años. Pero vamos a tener que cambiar nuestra capacidad de reflexión y decir que a lo mejor yo no quiero un ipod, un wasap, un instagram, que no quiero un twitter para vivir.

¿Por qué motivo eligió precisamente el título de Cautivos ?

Imagina lo que se puede hacer con una pastilla en el estómago. Vas a la Seguridad Social y un médico te dice que te habían dicho que no fumaras, que no tomaras bebidas azucaradas, que no tomaras alcohol, y ese chip dice que usted ha hecho todo eso. Hay un control sobre las personas y es la excusa perfecta para crear una especie de Gran Hermano. Si Secretos en la nube nos contaba qué pasaría si perdiéramos la confianza en la información que estábamos subiendo, pues este libro te lleva a otro sitio y te dice que parece que están pasando cosas que veremos más pronto que tarde. Hay gente que tiene todas sus fotos en el ordenador, recuerdos de su familia. Imagina si alguien puede robarte todo eso. En realidad estamos fabricando una cosa de ciberseguridad y estamos más bien enquistados.

Plantea una sociedad en la que hay total falta de libertad.

Es un efecto rebote de tener esa ventaja tecnológica, porque rebota en un control en las parejas o en los trabajos, el agobio de ir a algún sitio. El ser humano necesita la soledad y otras cosas, y la tecnología se las va quitando. El fenómeno es global y todo va cambiando de forma precipitada y hoy en día hay que saberse mover en esta maraña. Antes escribías un libro a mano, lo llevabas a la editorial y si no lo publicaban te ibas a otra, y así sucesivamente. Si ninguna se interesaba por el libro pues nadie lo leía. Ahora todo el mundo escribe un libro y si las editoriales no te lo publican tú lo cuelgas en internet, y entonces ahora también todo el mundo se ve con la capacidad de hacer cualquier cosa.

¿La conclusión es que tanta accesibilidad no es tan buena?

Todo es una excusa para que podamos ver un futuro más cercano de lo que pensamos. Ver cómo hay cosas que puede que en un futuro no podamos elegir, sino aceptarlas y ya está. El libro empieza con una farmacéutica despidiendo a un señor que ha estado toda la vida en una ella, ya que el negocio y la empresa va por los suelos y tiene que seguir investigando y pasándonos de la ralla. Por eso surge el invento de esta píldora. Al final es un dilema de la tecnología.

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