Va a dirigir a la Orquesta Filarmónica con un repertorio americano, ¿Existe alguna unidad temática en el concierto?
Todo el programa es música genuina estadounidense, un repertorio formado por importantes piezas de compositores de los Estados Unidos. Pero hay dos grandes clásicos que son Bernstein y Copland. En cuanto a Bernstein el próximo año se va a cumplir el centenario de su nacimiento y este compositor es toda una leyenda en mi país por lo que traer su música aquí es algo especial para mí, y más concretamente que sean las danzas sinfónicas de West Side Story. En esa pieza de Bernstein hay jazz y música pop, pero es una historia como Romeo y Julieta en Nueva York que acaba en una tragedia. A mí me gusta especialmente porque nací y crecí en esta ciudad y la obra me devuelve unos recuerdos sobre su parte peligrosa. Por otro lado, de Aaron Copland interpretamos Rodeo: Cuatro danzas, una obra con esencias folks que recuerda mucho la música de cowboys. Es una música moderna que me gusta mucho, donde habla del modo de vida sencilla, pero difícil a veces del país. Copland creó la banda sonora de los cowboys en el oeste, aunque nació en Nueva York y nunca viajó a esas tierras que describe. Es algo que conecta con el sentimiento del país ya que cuando oyes esas melodías vienen a tu mente los paisajes típicos con los lagos, las montañas, etc.
¿Le parece correcta la adaptación al cine que se hizo de la obra de Leonard Bernstein?
Sí porque tiene mucha fuerza y refleja muy bien el conflicto de los jóvenes en esa ciudad, y más en aquel momento en el que había muchos inmigrantes. Crea un música con muchos sentimiento. Precisamente, la película se hizo muy famosa por los ritmos latinos, el jazz, o las canciones de amor de gran belleza melódica. Lo qué Leonard Bernstein hizo en estas danzas es tomar una selección de números del musical y ordenarlos en una secuencia musicalmente satisfactoria. Pero está la canción Somewhere, que es cantada por María y Tony cuando sueñan con seguir su camino juntos, el Mambo y el Cha Cha en el que Tony y María bailan por primera vez y se dan cuenta de su atracción mutua.
Luego, el estilo cambia completamente con una obra atmosférica como Musica celestis.
En este caso se trata de un autor moderno ya que fue escrita en 1990 por Aaron Jay Kernis inspirándose en el mundo medieval y con la referencia visual de la potente imagen del canto eterno de los ángeles en alabanza a Dios. En Celestis se refleja como sería la música d el cielo, y el resultado es muy bonito. A Kernis se le ha comparado muchas veces con Bernstein, Gustav Mahler y Stravinsky debido a su impulsión rítmica y a su exploración timbral. Y sus influencias son muy eclécticas ya que van de Debussy hasta la música de hip-hop. Se trata de una obra para dejarse transportar plácidamente. Y es muy atmosférica, parece que refleja a los ángeles cantando, y tiene un resultado muy evocativo.
Incluye estreno que es la Sinfonía nº 1, de Barber.
Samuel Barber es otro de los grandes de la música estadounidense, pero su música es más abstracta, es una sinfonía muy bonita de un solo movimiento con seis secciones que tienen un solo de oboe en una historia muy romántica. Su estilo es conservador con momentos de gran modernismo. El concierto son cuatro pieza importantes de la música americana.
Usted fue alumna de Leonard Bernstein en Nueva York, ¿cómo recuerda su figura?
Me dio clases de música. Recuerdo que cuando venía caminando al aula parecía como si una atmósfera viniera con él, era como algo eléctrico, una fuerza carismática. Recuerdo que llegaban los músicos, los bailarines, todo el mundo venía a las clases para verlo enseñar. Era un hombre muy amable, pero nos dijo algo muy importante que a todos se nos ha grabado con fuego para que lo aprendiéramos y era que la música no era solo detalles técnicos y estudio, sino algo que está en el corazón, que representan los sentimiento humanos, que habla sobre amor, muerte, miedo. Lo más importante que decía Bernstein es que tú tienes que sentir la música, conocerla no es suficiente, tienes que interpretarla desde tu corazón, y así trasladar esa pasión al público.
¿Considera que el repertorio que interpreta mañana posee una gran dificultad técnica?
Mucho. De hecho estaba preocupada porque no sabía cómo lo iba a recibir la orquesta, pero esta lo ha interpretado muy bien. Me ha sorprendido muy positivamente la Filarmónica de Gran Canaria porque ha tenido una capacidad muy notable para asimilar la esencia de las piezas en muy poco tiempo. Se nota que son músicos muy experimentados en ejecutar diferentes programas y repertorios.
¿Tiene previstos otros compromisos durante este centenario sobre la figura de Bernstein?
Sí, tengo pendiente conciertos en Barcelona, Polonia y Nueva York. Me hace feliz la importancia internacional de Bernstein. Él fue crucificado muy pronto porque hacía una música muy moderna que no era avant garde. Tenía mucho talento. En la conferencia diré lo importante que fue Bernstein para la música americana porque en América todavía nosotros tenemos complejo de inferioridad porque es un país joven que no ha aportado muchas cosas en el arte, mientras otros países tienen una larga historia. Bernstein no fue un inmigrante sino que nació en el país, al contrario que la mayoría de los autores que vinieron de Alemania, Austria, etc. Representa el modelo que define la identidad de la música de Estados Unidos porque nos ha situado como un verdadero referente cultural en el mundo y ha creado un estilo de que le ha dado un lugar internacional al país.
¿En qué tipo de música está más especializada?
La de principios del siglo XX, Mahler, Debussy, Ravel, Sibelius. Pero he tenido que hacer de todo porque, por supuesto, he tocado desde Bach hasta la actualidad,
¿Y sobre la música española?
Ha sido muy importante en mi carrera. De hecho doy conciertos de guitarra solista y por eso Granados, Albéniz o Falla son compositores a los que admiro mucho.
