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Concierto en Maastricht

André Rieu, rey del vals

Hace unos días se programó por parte de unos grandes almacenes de la ciudad la proyección en una sala de cultura dentro de los mismos de un concierto, con destacada publicación de la carátula del mismo por parte de LA PROVINCIA, en su agenda cultural, del violinista y director de orquesta André Rieu.

La sala no solo se llenó sino que había público de pie y fuera de la sala para ver y oír el concierto dedicado a Venecia y que dio Rieu en Julio de 2014 en su ciudad natal, Maastricht. Dicho sea de paso la imagen y el sonido fueron maravillosos, lo que ayudó al éxito del mismo. El público se involucró de tal manera que terminó aplaudiendo cada una de las piezas y cantando en otras de ellas, con comentarios de algún responsable del centro, de que no se esperaban este éxito de público y de involucrarse de esa manera en el mismo.

Permítanme que les explique quien es André Rieu. Pues es el rey del vals. Sí como suena. Se le reconoce en todo el mundo como el director de una orquesta de 70 personas que hace llegar la música a ingentes cantidades de público de todas las edades y en todos los lugares, y que les hace disfrutar , cantar y bailar y salir de sus conciertos como quien sale de una burbuja de felicidad y satisfacción.

Los valses, entre ellos, cómo no, el Danubio Azul, no faltan en sus programas, así como canciones de películas, arias, canciones populares italianas, francesas, alemanas, etc., según sea el país en el que actúa. ¿Y España? Pues aquí no ha tocado, y parece ser que el año 2018 sí vendrá, a Barcelona y Madrid.

Rieu ha vendido más de 40 millones de CDs y DVDs, tiene cerca de dos millones de seguidores en FB, 487 discos de platino, 271 de oro, y podríamos seguir enumerando éxitos y condecoraciones de distintos países y records de asistencia como los 38.000 que fueron a verle en un solo concierto en Sídney, o los más de 120.000 que este año se esperan en Maastricht, de más de 80 naciones distintas.

Y aquí es donde quería llegar, los conciertos en Maastricht. Por octavo año hemos tenido la satisfacción de asistir, disfrutar, reírnos, compartir, e hincharnos de su música, su ambiente, su calidez, no solo durante las tres horas que duran sus conciertos en Maastricht, sino de vivir el ambiente que se respira por todos los poros en la ciudad durante todos los días de conciertos, este año diez. Y todo vendido desde hace muchos meses. Las entradas para estos conciertos salieron a mediados de septiembre 2016, y prácticamente en tres días se vendió todo. Y lo mismo los hoteles y restaurantes, que como no hagas reserva te quedas sin cenar.

Este año la tercera pieza que tocó la orquesta fue Cielito lindo, sí la canción mexicana por excelencia, y cantada en español por The Platin Tenors, tres tenores que le acompañan en todos sus conciertos. Para asombro nuestro y de otros muchos españoles que estábamos allí, la sabía todo el mundo y los 12.000 asistentes al mismo, cantando esta pieza. Fue emocionante y alegre el poder disfrutar de la misma. Igualmente le acompañaron dos sopranos chinas, hermanas, Chen y Chao Kim, magnificas y con unas voces privilegiadas.

El concierto fue transcurriendo a lo largo de más de horas y media, con un final oficial del mismo interpretando O Fortuna, de la obra Carmina Burana, con un despliegue de coros, tenores, sopranos y fuegos artificiales, maravillosamente interpretada, cuando pasó a presentar la sorpresa del mismo: la actuación de David Hasselhoff, sí lo que leen, el vigilante de la playa, y chófer del coche fantástico.

Parecería de broma, pero no. La vedad es cantó tres piezas bastante bien y en algún caso con notable alto, , dos con mucha marcha y otra melodía de Elvis Presley , que la cantó como un auténtico crooner. Desde luego fue una sorpresa, sorpresa a la que nos tiene acostumbrados André a sus fans.

Los conciertos se dividen tres partes, dos de ellas con todo el público sentado y una parte final a partir de la Marcha Radetzky puesto en pie y esperando los bises, que suelen ser ocho o diez, sin que el público abandone sus localidades y pidiendo más y más, para finalizar con una pieza ya muy clásica en sus conciertos y que no puede faltar Adieu mein kleiner Gardeoffizier ( Adiós adiós, su despedida) y Marina, sí la canción brasileña. Total que todos salimos de allí bailando y celebrando y dando gracias por haber podido disfrutar de todo esto que hemos presenciado, oído y saborearlo.

¿Que este tipo de música no gusta a todo el mundo? Eso ya lo sabemos, pero ante esto me ha venido a la memoria una crónica de un famoso crítico inglés de un no menos famoso tabloide de la Gran Bretaña, de música clásica, y que tituló una de sus crónicas: Nos tienes que llevar a ver a André Rieu, y era la crónica contada por él de cómo sus padres le pidieron ir a un concierto en Londres de AR. A regañadientes los llevó esperando encontrarse con lo más vulgar y hortera de la música, pero que tras el concierto acabó reconociendo que lo pasó de miedo, entusiasmado, aplaudiendo y ver a sus padres bailando el Danubio Azul, y entendiendo porqué André Rieu es tan querido por los millones de fans que tiene en todo el mundo: Irradia felicidad y su mundo es perfecto, no hay lugar para el sentimiento negativo, allí todo es positivo.

Es por ello que si tienen ocasión, ya no de ir a uno de sus conciertos en directo alrededor del mundo, sino que por internet hay multitud de conciertos de AR, no dejen de disfrutar de su música. Seguro que no lo olvidaran.

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