Elton John desplegó todo su magnetismo ayer en el Gran Canaria Arena y mantuvo viva su leyenda de seis décadas de historia. Los 8.500 asistentes pudieron disfrutar de una parte importante de clásicos del pop de la mano de uno de sus más importantes mitos que se mostró en todo momento accesible saludando y dirigiéndose a los espectadores mientras lanzaba señales a todas partes del patio de butacas. El músico inglés estuvo acompañado de un quinteto experimentado. entre los que se encontraban algunos de sus más importantes lugartenientes como el guitarrista Davey Johnston y el batería Nigel Olsson desde sus legendarios trabajos en los setenta.

El británico reprodujo canciones de todos sus trabajos con gran ímpetu musical. "Espero que disfrutemos de estas canciones esta noche en Las Palmas", dijo a la tercera canción. A continuación el artista desplegó más de una veintena de temas que agrupaba todas las diferentes vertientes de su trayectoria musical. Hubo rock, pop, baladas, jazz, gospel e incluso rythm'n'blues, pero siempre con el piano como la columna vertebral del sonido.

Y todo con un gran despliegue audiovisual sobre una pantalla en la fueron apareciendo todo tipo de imágenes caleidoscópicas.

El inglés salió al escenario de una manera mucho más sencilla de lo que suele ser habitual en él. Sin embargo no faltó la chaqueta de lentejuelas con motivos brillantes ni sus pendientes y gafas chillonas de siempre. Pero no se cambió de ropa como en otras ocaciones. Al principio el sonido no fue todo lo claro y cristalino que se hubiese podido esperar, algo natural en un polideportivo cerrado, pero en el ecuador del espectáculo fue ganando en calidad hasta adquirir un nivel mucho más alto y convincente.

Comenzó potente, con el rock de The Bitch is Back, al que siguió la balada in crescendo Bennie and The Jets. A continuación Elton John atacó uno de sus grandes éxitos, la archiconocida balada pop I Guess That's Why They Call it The Blues. Posteriormente, el magnífico Take Me to The Pilot sonó mucho más austero ante la ausencia de ese coro de voces femeninos que la hace tan encantadora soul, pero se mantuvo tan sutil y elaborada como siempre. Sobre los temas de su último trabajo, incluyó la rockera Looking up y seguió con la balada A good heart, que definió "como mi canción favorita del último disco".

Y fue, a continuación, con el octavo tema, cuando llegaría una de sus joyas, el tema Philadelphia freedom del emblemático Captain fantastica and the Brown Dirt Cowboy, que sonó con todo el encanto pop de su época dorada. Presentó el tema I Want Love con un discurso extenso y emocionante de recordatorio hacia las víctimas del Daesh a las que dedicó la canción mientras aparecía un enorme corazón gigante en la pantalla. Y el momento cumbre llegó con la magnífica interpretación de Levon con un desarrollo sencillamente formidable y en la que Elton John alargó su solo de piano, en el cual pudo demostrar que no solo es un buen compositor e intérprete, sino también un sensacional instrumentista, y que su forma es envidiable Aquí incluso pudo volver a ejercer como una auténtico e inesperado showman haciendo piruetas de todo tipo sobre la butaca a medida que tocaba el instrumento. Al final, incluso el guitarrista pudo poner la guinda con estridencias más vanguardistas en una canción en donde el jazz y el rock encontraron su punto intermedio. Fue natural, por tanto, que la mayor parte de los asistentes aquí se levantaran de sus butacas -los que estaban sentados en la gradas- a aplaudir durante varios minutos semejante exhibición rítmica maestra.

Con el concierto ya a mil por hora, fue en ese momento cuando se produjo la sucesión de los temas más elaborados de la noche con la inolvidable Rocket Man y un Have Mercy on Criminals que desprendió la misma energía de su época gloriosa de los setenta. También pudo recordar el pop de los ochenta con Sad Songs (Say So Much). O rememorar su etapa glam más experimental con una Don't Let the Sun Go Down On Me que por momento recordaba al Bowie de sus comienzos. Poco después se dirigió al público para decirles de forma afectuosa: "Me habéis sorprendido muy gratamente, sois una audiencia alucinante".

Y luego, tras presentar a los miembros de la banda y ofrecer un popurrí con temas de las película en las que ha trabajado, enfiló los últimos momentos del concierto con temas mucho más animados. "Con todo lo que está pasando en el mundo", dijo, "la misión de los músicos es sanar los corazones".

Así, y en un primer momento, interpretó su éxito de los ochenta I'm Still Standing; al que seguiría la animada y contundente Crocodile Rock que a su vez daría paso al magnífico sonido de Your Sister Can't Twist (But She Can Rock 'n Roll) y, finalmente, la excepcional y arrolladora Saturday Night's Alright for Fighting donde los músicos se pudieron lucir en la onda del mejor rock duro de los setenta.

Pero como ya se sabe, Elton John ha combinado siempre, a lo largo de su carrera, su vena rock con el de las baladas y por eso estas últimas tuvieron un protagonismo excepcional a través de títulos como Daniel, Tiny Dancer, Levon, Sorry Seems To Be Hardest Word y, sobre todo, Your Song con todo el público estático como en un estado de catalepsia total, como hipnotizado ante un fenomenal juego visual que compañaba a la magnífica ejecución.

El concierto concluyó con su Candle in The Wind dedicada a Lady Di mientras el artista y los músicos saludaban a la audiencia. Previamente actuó el músico local Said Muti que pudo desarrollar el rock de sus dos trabajos musicales ante una audiencia que se mostró atenta ante su revivalismo setentero. Fue el aperitivo de un Elton John que ofreció un espectáculo compacto, en el que las canciones mostraban una coherencia impresionante entre ellas, aunque pertenecieran a diferentes etapas del artista. Incluso habría que asegurár que supo superar las dificultades porque si bien el sonido no fue todo los excelente que se esperaba, el músico se dio cuenta del problema y supo manejar a su equipo de tal manera que estas dificultades se subsanaran y la última hora fuera maravillosa para un público que salió encantado.

El cantante agradeció a todos aquellos que estuvieron en el Gran Canaria Arena a través de su cuenta de Twitter, en el mensaje que compartió en la red social pedía a los asistentes que compartiesen las imágenes y vídeos del concierto con la etiqueta #EltonTour.

Sin duda, se trata uno de los conciertos más importantes del año. El músico se mostró en plena forma y eso tiene un plus añadido si tenemos en cuenta que este evento forma parte de una gira mundial que Elton John empezó el 13 de enero de 2016 y concluirá el 14 de diciembre de 2017. Un total de 134 conciertos de los cuales 36 son en América del Norte, 85 en Europa, tres en Oriente Medio, cinco en América del Sur y cinco en Oceanía.

Sin duda, el concierto de anoche se recordará entre los momentos más importantes vividos en la ciudad de los grandes dinosaurios del rock. Como lo fueron los conciertos de Bruce Springsteen, Van Morrison, Elvis Costello y Ray Davies. Sólo faltan Paul McCartney y los Rolling Stones para que las grandes figuras del pop y el rock hayan actuado en algún momento en la isla.