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Música

"Hice Toreros Muertos riéndome de la solemnidad de los grupos de entonces"

"Era un payaso con Pedro Reyes, actuaba en el Rock-Ola y miraba a los grupos con cierta envidia", afirma Pablo Carbonell

El actor y músico Pablo Carbonell. LA PROVINCIA / DLP

¿Si le pusieran ahora frente a un grupo de chicos y chicas de 15 y 16 años para explicarles qué fue La Movida, qué les diría?

Les explicaría primero de dónde veníamos: cuarenta años en los que la opinión estaba restringida, tener ciertos pensamientos te podía costar la vida y ser de una manera determinada estaba prohibido. De repente, todo aquello estalló por los aires. Las prohibiciones se acabaron y toda la gente lo celebró. Se produjo, posiblemente, el momento de mayor libertad en España, en el que la gente pudo decir y ser como quería. Esto fue una gran fiesta, a todos los niveles. Sobre todo sexual.

Y en medio de esa liberación surgen Los Toreros Muertos, corría el año 1984...

Sí, creo que Mi agüita amarilla la escribí en el 84, o al menos la pensé. Era un payaso con Pedro Reyes, actuaba en el Rock-Ola y miraba a los grupos con cierta envidia.

¿Envidia?

Sí. El que tenía un conjunto musical era entonces como una especie de semidiós. Yo tenía ganas de tener un grupo, un poco por ponerme en el nivel de ellos y un poco por rencor. Siempre me miraron por encima del hombro y pensé: os vais a cagar. Hice un grupo iconoclasta un poquito riéndome de la solemnidad de muchos grupos de aquel entonces.

Treinta años después, ¿un grupo como Los Toreros sigue haciendo falta en este país?

Sigue haciendo falta, sí. La solemnidad ha vuelto. Ahora hay un gran retorno a un tipo de música melancólica y un poco reciclada. La energía de Los Toreros Muertos se agradece mucho en este contexto. Todo lo que nosotros hacemos tiene siempre un espíritu lúdico y la burla o la sátira que incorporamos como marca de la casa. Todo lo que hacemos es para pasarlo bien. Subimos al escenario y a no ser que tengamos muchos problemas de sonido o algo muy raro, habitualmente lo pasamos muy muy bien. Y esto es algo que a los grupos normalmente no les pasa, no se divierten. No entiendo por qué, la vida es tan corta. Además, pudiendo elegir las cosas que te divierten y hacer que la gente se divierta no entiendo por qué tantas ganas de amargarse la vida. Pero bueno, la gente es como es y bastante tiene con aguantar lo que aguanta.

Dicen que trabajar en lo te hace feliz es una suerte...

El único pero es que como te gusta, lo haces 24 horas al día. Es como un niño que tuviera que estar jugando continuamente. Imagínate un actor porno que tenga que estar 24 horas trabajando. Habrá momentos en que se lo pasará muy bien pero habrá otros en los que necesitará descansar. Sufrir es cansado y ocupa mucho la cabeza pero divertirse constantemente es agotador también. Tienes que reconocer que lo mío también tiene mérito. Porque uno es uno y sus circunstancias y puede llegar a un sitio, estar cansado, que me hayan dado una mala noticia o alguien me haya puesto de muy mal humor y de repente tienes que subir al escenario a divertir a la gente aunque de lo que tengas ganas es de darte un cabezazo contra la pared. Hay que echar mano, no sé de donde -porque profesionalidad tengo poca- para pasarlo bien.

Es parecido a su primer trabaj o, el de payaso ¿no?

Los payasos también tienen su solo de trompeta. Cuando le cuentan a la gente que cuando acaba la función se van a desmaquillar, a hacerse la comida y se van a acostar solos. Cuando los golpes te los das en la arena no duelen pero después sí.

He leído que no le gusta que sus hijas vean la televisión, ¿usted que ha trabajo en el medio qué cree que dice esa producción televisiva de nuestro país?

Hay mucho contenido morboso que entra dentro de la vida de la gente. Cuando uno se dedica a husmear en la vida de los demás se olvida de husmear la propia, que es digamos el gran tesoro o la gran enseñanza que te puede dar este paseo existencial: conocernos a nosotros mismos, percibir qué es lo que nos gusta y qué no. La televisión es un producto que se consume con los ojos, las orejas y la boca abierta, prácticamente sin capacidad para reflexionar o para enjuiciar lo que ves. Es un absoluto atontador. Un libro de obliga a activar tu tomavistas cerebral, te obliga a imaginar. Cuando ponen la tele en el salón, yo lo siento mucho pero me voy a la cama y me pongo a leer. En general la televisión es un electrodoméstico del que podría prescindir perfectamente.

¿Cómo ha sido lo de adaptar, incorporar o sumar -como prefiera definirlo- las letras de Javier Krahe a Los Toreros?

Yo siempre he considerado a Javier un autor un poco minoritario. No es que lo considere, realmente es que hay muchísima gente que no lo conoce. Cuando decidí abordar su trabajo parte del grupo me lo dijo, de hecho. Por eso hay que hacerlo, porque es bueno, porque fue un hombre muy libre, amaba el lenguaje, era meticuloso y un sabio en su forma de vivir. Como amigo sentí que podía difundir parte de su obra con unos ritmos más cercanos a la gente.

¿Cómo va a ser ese 'Nuevo Chou' que trae a Canarias esta semana? ¿Habrá también temas de siempre como 'Mi agüita amarilla'?

Van por temáticas. Krahe tiene canciones de despedida y nosotros también y están juntas. Sus temas lentos están pegados a los nuestros, y así. En un principio pensé que no podría mezclarlos y hacía una primera parte Krahe y una segunda Toreros pero he conseguido amalgamarlos y la diversión está precisamente en saber cuál es de Krahe y cuál de Toreros.

¿Entonces va variando y reajustando el repertorio?

Y lo seguiré haciendo siempre. Aunque haya alcanzado la perfección lo seguiré revisando todo porque tengo un problema: no puedo ser mi propio loro. Si un día una cosa me sale bien, al día siguiente soy incapaz de hacerla igual.

¿Recuerda su última actuación con Los Toreros en Canarias?

Recuerdo haber ido con Las Alimañas del Swing. Fuimos a comer a un restaurante, creo que en La Laguna. Comimos bien pero nos pusieron algo en la bebida. Nos fuimos por ahí todos de juerga, no parábamos de reírnos y al día siguiente alguien dijo que nos habían echado algo en la bebida. Al principio me lo tomé de broma pero luego pensé que aquello no era una resaca normal y pensé ¡toma ya! Fue hace once o doce años. Menos mal que esa noche no teníamos que tocar, que igual hubiéramos acabado en el pilón.

¿Cómo hace para compatibilizar los conciertos con Los Toreros con El Mundo de la Tarántula en el teatro?

Un día hago teatro y otro día hago Toreros. No tengo ningún problema. Esto me obliga a estar muy en forma, a hacer muchos ejercicios de calentamiento antes de salir. Es un muy buen ejercicio

¿Si tuviera que elegir con qué se quedaría?

En general todo es igual. Yo salgo del escenario tras El Mundo de la Tarántula y tengo las mismas sensaciones a las de después de un concierto. Es muy parecido y todavía no sé qué es más cansado. En el teatro es que estoy solo, no paro en una hora y cuarenta minutos de moverme y de hablar.

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