Días atrás se inauguró en La Palma el Nuevo Espacio Palmero Charco Azul (Nepca) con una treintena de obras del pintor Alfredo Palmero que quedarán en la instalación como parte de una exposición permanente. Detrás de la apertura de este espacio está la historia del esfuerzo de una familia que decidió recuperar para su uso un antiguo empaquetado de plátanos cuyo futuro peligraba: el almacén Cejas.
Gracias al empeño de María Rosa Pérez Gómez y su familia, la antigua instalación ha renacido y se ha convertido en uno de los espacios culturales más singulares de la región. El Nepca es un museo con vistas a uno de los paisajes más espectaculares de las Islas, el emblemático Charco Azul de la localidad palmera de San Andrés y Sauces.
Pérez recordaba esta misma semana la historia de este triunfo cultural. Han sido cinco años de trabajo sin la ayuda de ningún tipo de institución pero con el entusiasmo del que ama lo que hace. "Estaba totalmente arruinado e incluso había algún proyecto de derribarlo por parte del Ayuntamiento", recuerda. "Mi tía, que vive en Barcelona, se puso en contacto conmigo para pedirme que fuera a echar un vistazo".
Rosa Pérez se encontró en el empaquetado con un montón de maquinaria abandonada y muchísimos recuerdos de infancia: "Cuando era pequeña vivía en Tenerife pero veraneaba siempre en La Palma, concretamente en Los Galguitos. Allí mi padre tenía unas fincas. Sobre este empaquetado de plátanos mis tíos tenían una casa que usaban también para el veraneo e íbamos todos a bañarnos allí".
El primer paso
Como primer paso para la recuperación del antiguo empaquetado, a María Rosa Pérez se le ocurrió ponerse en contacto con empresas que se dedican a la compra de hierro. "No contábamos con presupuesto para esto, así que se me ocurrió entregar toda la maquinaria a cambio de que la retiraran. Había de todo", explica. "La verdad es que empezamos así y las cosas empezaron a salir una tras otra, todo lo hemos hecho con mucha ilusión".
Otra de esas mágicas casualidades llegó con la obra de su primo, el artista Alfredo Palmero, que después de diseñar grandes retratos con los personajes de El Quijote con motivo del cuarto centenario de la muerte de Cervantes se propuso hacer algo similar con los personajes aborígenes de las Islas. De hecho, esta colección quedará instalada permanentemente en el Nepca y tiene por título Imagina Guanches . Está compuesta por 31 piezas de gran formato, aunque es probable que crezca en el futuro con nuevas creaciones. Representan, en su mayoría, nombres de los personajes de la historia aborigen que han llegado hasta nuestros días. "La colección consta de bimbaches como Ossinosa o Nissa, benahoritas como Tanausú o Iruene, gomeros como Hautacuperche o Gara, canarios como Atidamana o Doramas, guanches como Tinerfe el Grande o Caixiraxi, y majos como Fayna o Ayoze, que relatan historias populares como la de la Princesa Ico, la Bella Amarca, Gara y Jonay o Guayota el maligno", retalaban los portavoces del artista con motivo de la inauguración del Nepca.
Vínculo con La Palma
A pesar de que Alfredo Palmero nació en Barcelona, su familia mantiene un estrecho vínculo con La Palma. De hecho, Imagina Guanches es en parte una reivindicación por parte del creador de sus raíces canarias. Es "una colección temática llena de simbolismo, tradiciones, leyendas y mitología de la cultura guanche como homenaje a los orígenes canarios del pintor".
Durante todo el proceso, la familia que ha puesto en marcha este espacio cultural asegura no haber contado con apoyo de ninguna institución. Ahora, su esperanza para el futuro del Nepca es poder emplear la instalación para todo tipo de propósitos culturales y turísticos.
"Estamos en plena organización de cosas nuevas", anuncia María Rosa Pérez. Una de las ideas que barajan es la colaboración con el cercano Museo del Ron para atraer visitantes a esta hermosa zona de la Isla Bonita. También han ofrecido parte de las instalaciones del Nepca para que se abra una oficina turística que atienda a excursionistas y visitantes, aunque este ofrecimiento, por lo pronto, no ha recibido respuesta positiva. Además, confían en que en breve este espacio se convierta en el lugar escogido para conciertos, presentaciones de libros y todo tipo de eventos.
"Ha costado pero, sin duda, ha valido la pena", concluye María Rosa Pérez mientras recuerda la especial vinculación que tiene con la Isla. Coronada Miss España en 1963 ha vivido durante muchos años en Barcelona, donde residen sus hijos actualmente. Hace 17 años que decidió cambiar su residencia y se mudó a la Isla. "A mi marido y a mí nos gusta, aquí estamos muy bien y pese a que yo nací en Tenerife mi familia es de La Palma y siempre he mantenido una estrecha vinculación con esta tierra".
