Un equilibrio entre el pop, la rumba y la balada con un fuerte despliegue audiovisual. Así se puede resumir el concierto que ofreció Melendi ayer en el Gran Canaria Arena. El artista asturiano llegaba a la Isla tras su directo en Tenerife como parte de su larga gira Quítate las gafas donde realizó un estimulante repaso de sus ocho discos y de sus 15 años de carrera.

Nada más salir al escenario una inmensa marea de móviles filmaban todos sus movimientos. Ocho músicos sobre el escenario y unas espectaculares imágenes en cuatro pantallas manejadas con la última tecnología presagiaba un espectáculo impagable. Lástima que el sonido no fuera todo lo óptimo que se deseaba, como ha sucedió en anteriores conciertos en este espacio. Pero aún así las casi 6.500 personas que acudieron pudieron disfrutar con un concierto vibrante y completo. Empezó con la canción de su último disco Hijos del mal al modo de toda una crítica al consumo y al entretenimiento en un mundo que es un caos, mientras las imágenes reproducían todo tipo de consignas cercanas a su filosofía vital. De hecho Quítate las gafas son once canciones que hacen un llamamiento a la necesidad de ver el mundo sin prejuicios.

Tras animar a todos los presente a bailar, siguió con la popera y contagiosa pieza de desamor Piratas del bar Caribe del disco Curiosa la cara de tu padre, para volver a su último trabajo con el medio tiempo Existen los ángeles. Un nuevo cambio de ritmo llegó con De pequeño fue el coco del disco Lágrimas desordenadas para llegar a su primera rumba y gran éxito de sus inicios Un violinista en tu tejado que desencadenó naturalmente la algarabía general con el público cantando más que el artista.

Rumbas

El ovetense nuevamente volvió al pop en Como una vela. A la que siguió la balada Flores de agua y plomo y un set de sus primeras rumbas que se convirtió en la parte álgida del concierto a través de Con la Luna llena -con recuerdos a la Vuelta ciclista a España de 2004-, además de las irresistibles piezas Caminando por la vida y Calle Pantomima en donde muchos pudieron bailar hasta el paroxismo . Otra balada como Destino a casualidad sirvió para relajar algo el ambiente y sería el previo a sus incursiones por la música latina en Desde que estamos juntos y Tú subes como la marea. Y, una vez más, volvería al pop en Con solo una sonrisa, a la que siguió Un amor tan grande, Un alumno mío y esa declaración de intenciones sobre su actual situación artística que es Cenizas en la eternidad que daría pie a la balada Cheque al portamor.

Melendi regresó a la rumba en Hablando en plata, para seguir con la balada de La casa no es igual, que enlazó con la canción que titula esta gira y a su vez con La promesa. Y así llegó a la parte final que fue otro de los momentos más intensos de la noche con sus canciones más populares. Así, empezó con la contagiosa Lágrimas desordenadas, y siguió su desesperada Tocado y hundido, pasando por el entrañable Tu jardín con enanitos y concluyó con la pasión de Yo me veo contigo. Un total de dos horas de conciertos ante un público heterogéneo entre el que destacaban sobre todo muchos adolescentes y veinteañeros. Curiosamente, tras ver la reacción de los espectadores, se puede afirmar que su público se divide entre los que prefieren sus primeras canciones más cercanas a la rumba y los que se decantan por su actual incursión por la balada y el pop . Entre los segundos estaba un grupo de varias generaciones que había venido de Vecindario para ver a su artista favorito. Así, Alejandro, de 18 años, aseguraba que le gustaba todas sus etapas, pero especialmente la actual que demuestra que un artista puede cambiar "y mantener el mismo nivel en su trayectoria". Alejandro aseguraba que lo que más le gustaba era la calidad de las letras de sus composiciones y quería comprobar esa noche si su voz en estudio coincidía con la del directo. Por su parte, Patricia, de 35 años, añadía que la voz de Melendi "ha mejorado un montón y ahora me gusta más porque es más romántico". Yurena, también de 35, aseguró que "es muy humilde como se ha podido ver tras su paso por el programa La voz", pero de todas formas "este último disco es genial ya que todas las canciones son espectaculares y todas valen la pena escucharlas", dijo. El más joven del grupo era, sin embargo, Jaime, de 11 años, que acudía a su primer concierto y que reconocía que lo que más le gustaba era "el ritmo de las canciones".

En un lado opuesto se situaba otro grupo que prefería más su primera época. Así, Susi, de 20 años, prefería las canciones antiguas como Caminando por la vida o Un violinista en tu tejado. "Ahora son más melancólicas y tristonas que las antiguas. Las viejas más alegres".

Mónica, de 46 años, señalaba que Melendi "ha crecido un montón con La voz y ahora está más tranquilo". Y reconoció que el carisma que tiene se lo encontró en el programa de televisión y de ahí viene gran parte de la fama que tiene.

Vicky, de 43 años, opinaba también que su paso por el concurso "le ha ayudado porque antes no tenía tantos seguidores" y que el tema que más le gusta es Desde que estamos juntos "al ser más animadillo". Fue, precisamente, en 2010 se produjo el cambio con el disco Volver a empezar compuesto por doce temas que poseían una ambientación más roquera que sus anteriores trabajos, en los cuales prima la influencia de la rumba.

Confirmando los contrastes de los que hablábamos al principio, Verónica, de 26 años, prefiere las canciones antiguas, las que sacó en Caminando por la vida. "Fue a partir de La voz lo que me marcó personalmente", dijo. "Ahí me gustó mucho como era, y pude descubrir a una persona muy humana y muy simpática". La joven recuerda que Melendi "tuvo problemas con la bebida, pero eso también demuestra superación porque haber llegado a donde está con los problemas que ha tenido es un ejemplo". Un problema que tocó techo en el momento en el que, en un vuelo entre España y México, obligó al piloto a regresar a Madrid tras dos horas de vuelo debido a sus comportamiento irrespetuoso con el personal de la aerolínea. Sea como fuera, lo cierto es que Melendi llegó ayer a Gran Canaria en el contexto de una gira que empezó el 11 de diciembre de 2016 y con la que ha visitado hasta el momento 21 ciudades de España y 13 de América. Y más allá de la opinión de los fans, ya prefieran estos su nueva apuesta pop o la antigua rumbera, Melendi ha sido el artista con mas ventas en España durante 3 años consecutivos, desde 2015 a 2017.

Para muchos fue ayer la primera vez que vieron al cantante ya que sus anteriores visitas a las Islas no había incluido la capital grancanaria. Y sirvió para confirmar cómo su éxito se debe, sobre todo a sus canciones, pero sí a una dosis importante de carisma personal.

Por eso, y teniendo en cuenta el aspecto latino que tiene muchas de sus canciones, era extraño que no hubiese venido antes. Pero tras la respuesta vivida ayer, y la seguridad con la que se desenvolvía el artista sobre el escenario, es muy probable que Melendi haya tomado nota y vuelva con frecuencia.