Pablo Bucareli, allá donde esté, debe estar muy orgulloso de la gente que le rodeó. Su muerte ha supuesto un antes y un después en la vida de todos sus allegados. Muestra de ello fue el sentido homenaje que el artista canario, Pepe Dámaso, quiso rendirle ayer, en el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), a partir de una performance compuesta a medida de su amigo Pablo Bucareli.

La sala que acogió la representación de Dámaso, ocupada por amigos y conocidos del relaciones públicas, ofreció el último proyecto conjunto entre ambos, titulado Las Cuatro Estaciones, escrito por Bucareli, y dibujado por Dámaso. También, presidiendo el espacio, había un cuadro que el artista de Agaete diseñó a su difunto amigo.

Un centenar de personas quisieron rendir homenaje, junto con el artista canario, a Pablo Bucareli, de entre los que destacaron sus amigas más cercanas: Rosi Curbelo, Sonsoles Artigas o Elvireta Escobio, y figuras del mundo de la política, como la concejal Isabel García Volta.

El homenaje a una de las caras de la vida pública más queridas de la Isla comenzó con un texto, leído por el crítico de arte, escritor y profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Jonathan Allen, sobre la semblanza y trayectoria de Pablo Bucareli. Los colores de México, in memoriam Pablo Bucareli, que así es como rezaba el escrito, trazó en boca de Allen un recorrido por la biografía de Bucareli, nacido en México, las dificultades de su vida y todos los viajes del relaciones públicas canario.

Pese a ser un repaso de su vida, Allen no quiso desperdiciar esta oportunidad para dar a conocer aquellos aspectos más desconocidos de Pablo Bucareli, del cual destacó su bondad, constancia y ganas de vivir, así como su simpatía, su especial sentido del humor y la capacidad que tenía de organizar eventos. Tampoco quiso dejar de señalar algunas de las cuestiones que Bucareli no soportaba de la sociedad.

Jonathan Allen también resaltó la admiración que Bucareli sentía por la cultura y el amor que ponía en todo lo que hacía.

Las mujeres fueron también figuras claves y determinantes en la vida de Pablo. Por eso, Allen quiso destacar el papel fundamental que jugaron mujeres como Rosi Dávila, Sonsoles Artigas o Rosi Curbelo, entre otras, en la vida del decorador e interiorista, quienes estuvieron presentes en el evento en recuerdo de su amigo.

De entre todos los proyectos del texto que leyó Allen, de unos 10 minutos de duración, hizo especial hincapié en el que es ya, el proyecto póstumo, 3 cuadros para Bucareli, que hizo mano a mano con Pepe Dámaso.

Una vez concluyó la intervención del profesor de la Universidad, Pepe Dámaso, enfundado en unas alas blancas comenzó su performance para Pablo Bucareli.

Acompañado de una música elegida para la ocasión y sentado en una silla, Dámaso lució unas grandes alas blancas que confeccionó en su casa, mano a mano con Bucarelli, antes de que este falleciera, como señaló el propio artista.

Al tiempo que sonaba la música, se proyectaron, en la sala del centro de arte capitalino, imágenes de Dámaso y Bucareli que reflejaban el fuerte vínculo de amistad que existía entre ambos, la complicidad y el respeto que se profesaban, y los proyectos que juntos llevaron a cabo. En medio de la exhibición de las imágenes, Dámaso no pudo contener las lágrimas al recordar a su amigo.

Una vez finalizó la exposición de las imágenes, y tras una fuerte ovación por parte de las personas que se congregaron en el lugar, Pepe Dámaso agradeció la asistencia a los allí presentes y resaltó que " tengo la alegría y la sensación de haber hecho mis deberes con este homenaje, dándole a Pablo Bucareli el carácter intelectual que se merece".

También quiso añadir durante su intervención que "todos los que tuvimos el placer de estar con Pablo, aprendimos algo de él. Algo que va más allá de la imagen fría que, en ocasiones, se dio".

Esta performance ha sido una de las actividades paralelas a la exposición retrospectiva dedicada a Pepe Dámaso, que se puede visitar en el CAAM, y que reúne unas 150 obras representativas de su trabajo, seleccionadas entre 6.000 piezas, además de una serie de montajes diseñados especialmente para su exhibición. Lo que ha quedado claro es que, para Dámaso, Bucareli ha sido, es, y será inolvidable.