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Música Maspalomas Music Festival

"Vamos a darle a la gente un funky soul bastante animado y veraniego"

"Mis letras hablan de cómo, con los móviles, las relaciones entre las personas se están despersonalizando", explica el cantante y pianista Juan Zelada

"Vamos a darle a la gente un funky soul bastante animado y veraniego"

Llama la atención que usted, con un nombre y un apellido españoles, interprete su música exclusivamente en inglés.

Sí, y de hecho en Inglaterra no se creían que yo no fuera inglés. Pero les gustaba lo que hacía porque a ellos les parecía un soul muy animado. Yo soy bilingüe y la música que he mamado es anglosajona, por eso canto en ese idioma.

También resulta extraño que en algunos medios califiquen de neosoul a lo que usted hace.

Yo tampoco lo entiendo. Las etiquetas al final me cuestan digerirlas porque en realidad hacemos una especie de pop, canciones atemporales. Quizás ahora que estoy afincado en España me adentre en el spanglish, pero me mantengo con lo que me sale al natural.

¿Qué fue lo mejor de su experiencia en Inglaterra?

Grabar en todos esos sitios que visitamos y ver que el esfuerzo de dos o tres años de muchos bolos al final se trasladaba a giras, festivales, etc. Fue la típica labor de mucha constancia. Eso duró su tiempo y cuando ya la cosa estaba un poco más dudosa me vino una oferta para trabajar con Carlos Jean y grabar un disco en Madrid. Por entonces tenía morriña de venir a mi país, tenía ganas de estar con mi familia de Galicia. Y ahora estoy encantado de estar aquí establecido con toda mi banda.

Precisamente su anterior disco, Back on track, se sale de la línea de sus otros dos trabajos.

Allí Carlos Jean produjo unos toques de pegada y electrónica inusuales, pero ahora, con este Be somebody, quise volver a un sonido de banda más crudo y que surgieran temas de una forma más natural. Ahora tengo referencias de música negra, pero también del soul americano y del pop británico.

¿Y en Inglaterra los cantantes de los programas de la tele son los que arrasan como aquí?

Ahí sucede en menor medida porque hay cultura musical para escuchar más cosas, más allá de lo que te pongan en la tele en prime time. Hay cultura para escuchar todo tipo de bandas. Pero eso no quita para que la fórmula de la televisión, de meterte a este artista para que te lo escuches tres meses sin parar, a la gente joven le va a terminar llegando, porque casi es como una competencia desleal. Por eso, el que un tipo esté en prime time a las 10.00 de la noche durante meses, ¿cuándo tendríamos eso el resto de bandas? Y eso tiene un trasfondo más rocambolesco de cuánto trituran a artistas y lo intentan sacar como si fueran churros. Yo prefiero ver al artista en directo y que ahí se gane al público.

¿Qué diferencia existe entre intentar vivir de la música en Inglaterra y en España?

Aquí lo que hay es menos ambición, pero existe un público muy fiel. En Inglaterra estás en un mar perdido de miles de artistas. Aquí cuesta más por otros motivos de la industria y demás y en ningún lugar se está del todo a gusto.

Varios artistas de primer orden se han cruzado en su vida. Uno de ellos es Paul McCartney, ¿cómo lo conoció?

Él era el presidente de honor de una Escuela de Liverpool a la que fui con una beca. Todos los años se celebran concurso en los que él elige a los mejores porque había estudiado allí. En uno de ellos me dieron el premio al mejor disco por un trabajo que nunca hice comercial y que se llamaba Pitinga porque lo compuse de mochilero en una playa de Brasil. Era más folkie y más íntimo y que grabé con músicos noruegos. El premio también incluía un mano a mano con él, que al final fue un charla entre dos guitarristas zurdos. En esa etapa la pena es que no existieran las redes sociales, por lo que no hay ninguna instantánea que lo corrobore. No soy muy mitómano. Admiro el lado compositor de Paul McCartney. Él elige canciones buenas que les gusten y por eso los Beatles son melodías reconocibles.

¿Cómo recuerda la experiencia de estudiar en esa escuela?

Muy buena. Lo que han hecho es reformar un antiguo colegio victoriano en una escuela de Música. Allí conocí a músicos de todas partes. Es una experiencia brutal porque te enteras de lo que va el mundo de la música. No hay mucha teoría. Era más de bolos, la práctica del mundo de la música. Pero cuando Liverpool se me quedó un poco pequeño me trasladé a Londres y me instalé, intenté buscar mi hueco de piano bar. Y ahí empezaron cosas de locos. Luego conocí a mis músicos teloneando a Amy Winhouse y pudimos grabar en Abbey Road. Y en la escena de cantautores te encontrabas músicos a grandes artistas como Adele.

Y Amy Winehouse es, precisamente, otro de los artistas con los que usted actuó de telonero. ¿cómo se produjo el encuentro?

Fue a través de una intermediaria de una discográfica que estaba fichando músicos para un grupo y que nos juntó en unos ensayos. Ella nos vio, le encantó como sonaba y le dio mucho potencial, y nos lanzó con todo el vértigo a la gira de Amy Winehouse, que era cuando sacaba su disco Black to black en 2008. Luego tuvo que ser cancelada por temas de salud, pero hicimos unas 16 fechas. Todo empezó porque acepté tocar en una fiesta en Notting Hill, donde me puse al teclado y me vio esa chica.

¿Qué recuerda de Winehouse y de los músicos de su banda?

Eran músicos como la copa de un pino. A ella la conocimos, pero lo que la rodeaba era un circo, una locura. Aunque me eché un par de billares con ella, nosotros estábamos más con la banda. Fui tocando mis temas hasta que acabé sonando en la BBC. Y cuando te ponen en esa radio en Inglaterra ya son palabras mayores.

¿Cómo va a ser el concierto del sábado en Maspalomas?

Venimos cuatro músicos. Va a ser un funky soul bastante animado, bailongo y veraniego. Y aunque la gente no conozca los temas, yo les acabo involucrando. El directo será un derroche de energía. Con nosotros toca Carlos Sosa, batería que está con Fuel fandango, y otros musicazos.

En sus vídeos aparece desde cantando solo en plan cantautor hasta con una big band .

Mi gran ídolo de pequeño era Billy Joel y él era sobre todo un compositor. Sólo que luego se convirtió en s howman. Y para eso vale con la guitarra o con banda. Y de esa labor de compositor salieron acciones con Renfe y con Audi. Allí tenía que improvisar y captar algo de la reacción de la gente.

¿De qué tratan sus letras?

A veces hay una cosa desenfadada de aprovechar el tiempo. Y de apostar por la autenticidad de la gente, que no intenten imitar, que con las redes sociales y la cabeza pegada a un móvil estamos despersonalizando el proceso de comunicación de los humanos.

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