La producción de Casi normales ya se encuentra en el Teatro Pérez Galdós. Es el primer envite de Nostromo Live, la filial teatral de la productora Nostromo Pictures, del grancanario Adrían Guerra, que para su premier escénica ha escogido un espectáculo que suma tres premios Tony, un Pulitzer de teatro, y un notable éxito de crítica y público. Del 14 al 24 de septiembre, los espectadores podrán descubrir qué tiene esta obra para que haya sido un fenómeno en Broadway y en otras latitudes. Doce funciones por delante en la capital grancanaria, y una itinerancia posterior por teatros de Barcelona, Bilbao y Madrid.

"Es una combinación rara, y parece que está escrita con el corazón, tiene una estructura perfecta y por tanto es atrapante porque maneja muy bien los hilos para que el espectador se pregunte qué es lo que está ocurriendo acá. y las canciones son muy bellas porque está ligadas al significado de las situaciones", explica Luis Romero, el director argentino que asumió el estreno de esta obra en Buenos Aires en 2012, y que participa de esta producción española con Xavier Torras en la dirección musical. Torras llega a Casi normales tras su trabajo en Mamma Mía! y Cabaret. El reparto cuenta con el concurso de Nina, Roger Berruezo, Nando González, Guido Balzaretti, Jana Gómez y Fabio Arrante.

Casi normales ( Next to Normal) es una obra de Brian Yorkey, guionista de Por 13 razones, con música de Tom Kitt, que se estrenó en 2008 en el Second Stage Theatre de Off-Broadway y, al año siguiente y fruto de su éxito, se erigió en protagonista en la cartelera de Nueva York con su puesta de largo el 15 de abril de 2009 en el Booth Theatre de Broadway. Los escenarios de Argentina, Italia o Corea, entre otros, han implementado el caché de este musical que ahora llega a España vía Gran Canaria.

El director Luis Romero junto a dos de los protagonistas, Nina y Roger Berruezo, desvelaron ayer los entresijos de la obra y abundaron en las claves de su éxito. De entrada, Rivero deja claro que "yo no me dedico a los musicales, soy director de teatro, y no se si haré otro, pero cuando ves las situaciones, las canciones como texto, que genera esos hilos de pensamiento cuando el personaje está en relación consigo mismo o con el otro, de repente te das cuenta de que estás trabajando como si estuvieras con Panorama desde el puente, de Arthur Miller, por ejemplo, o con Tennesse Williams, la obra resiste cualquier lógica a las preguntas". Es la primera vez que pisa Gran Canaria y el Galdós, y el coliseo le fascina. "Están locos, es maravilloso, una obra de arte, te ampara y es impresionante", asegura. A su juicio, Casi normales es una obra que en sus dos horas de duración "no está hecha a las adivinanzas, hay una especie de inquietud profunda sobre el dolor, la sensación de desamparo, y eso se agudiza pòrque tenemos un personaje que pasa por una enfermedad muy cruel que desorganiza a toda la familia, la batalla de Diana [el personaje que intepreta Nina], y está llena de sentido del humor y de fina ironía".

"Esto es a contrarreloj", subraya sobre el montaje y ensayos, porque "tenemos que sincronizar, todavía no se caminó el escenario, en Barcelona ensayábamos en una especie de simulador del escenario, pero no teníamos el primer piso ni el segundo, que es donde va la banda, hay una cantidad de acciones, que pide una exigencia vocal inmensa, y es un gran musical".

Este musical, que según Luis Romero, "se ha tomado como modelo para otras obras", se concibe como un "entramado al que no se le nota la costura, y a veces tengo ese vértigo". Un vértigo que nada tiene que ver con el estreno aquí, aunque si con la inquietud de "ver cómo reacciona la gente, porque en cada territorio es distinto y confío en que aparezca lo que es esencial para el ser humano, porque la obra transmite lo universal. Lo que se sucede, como espectador, se de lo que se trata. Aunque nunca se sabe".

En escena "se cuestiona todo", advierte el director: "la medicación, el psicoanálisis y llegamos a los límites de la medicina y entramos en lo espiritual y lo filosófico y religioso. Diana deja entrever que quiere estar sola, y el autor quiere te encuentres, porque no debe de ser su propio maestro cuando quiere aprender de si mismo, es la aventura de la vida". Y en este contexto, "la obra está todo el rato destilando y el espectador lo empieza a experimentar de manera inconsciente".

Esta versión no difiere de la argentina, salvo el elenco. Asegura Romero que "a mi me interesa que el actor sea honesto, creible, sencillo, fresco y espontáneo, esto en Buenos Aires se puso por delante, y aquí estamos hacia eso, porque los actores son capaces de hacer que todas esas zonas que son invisibles aparezcan, las sensaciones y los sentimientos".