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Humor

"La conclusión de mi 'show' es que me quiero dedicar a no trabajar"

"No puede competir en un escenario con los políticos, porque ellos son mejores humoristas", reconoce el humorista Kike Pérez

El humorista Kike Pérez. LP / DLP

¿En qué consiste básicamente El show de Kike Pérez que ofrecerá en el Guiniguada?

Es un espectáculo en el que hay un medio guión, pero que realmente es una recopilación de anécdotas. Es una consecución de historias vitales mías en las que le prometo a la gente, casi les perjuro, que son reales. Consiste en un recorrido por mi vida que concluye también en confesarles que he decidido no trabajar, y dedicarme a contar historias de mi vida, que la gente pague y yo voy ganando dinero. Y es que el hilo conductor del espectáculo es invitar a la gente a que no trabaje nunca y que organicen su universo para conseguirlo.

¿Guarda similitudes con el humor de Ignatius Farray?

Yo soy la versión blanca. Yo no me atrevería ni siquiera a compararme con él porque considero que Ignatius es un genio y nunca llegaría a los límites a los que él juega. Yo juego con unos límites más blancos y generales.

Pero usted a veces tiene toques políticamente incorrectos.

Sí, pero yo juego un poco a la gamberrada, pero casi desde el niño malo. Ignatius juega desde el provocador que sabe perfectamente que está provocando. Quizás la licencia que me permito yo es desde el niño casi casi ignorante, ignorando en qué fregao se está metiendo. Pero también me gusta rozar ese palique absurdo de hablar de cualquier cosa y defender cualquier cosa que tenían Faemino y Cansado o Gila. No considero que sea un humorista sobradamente ingenioso, pero me agarro a defender cualquier cosa contada e impregnarle una gracia.

¿Y en qué tanto por ciento está todo basado en sucesos tuyos?

El 80 % es real y el 20 % es exageración. Hacer reír es más complicado que hacer llorar. Yo en lo que estoy es en simplificar ese proceso que hay hasta las risas y convertirlo en algo simple. Hoy está la corriente del humor inteligente, la gente buscando la panacea del humor y yo pienso que todo el humor es inteligente, si consigues hacer reír a alguien, ahí hay inteligencia y algo profundo.

Su estilo guarda claras similitudes con El Club de la Comedia y con Paramout Comedy

Yo empecé en 2006 y llevo 11 años. Comencé actuando en bares de amigos. La cosa ha ido evolucionando y, como todo en la vida, pasa de lo amateur a lo profesional porque es algo que te gusta. Y cuando me di cuenta que no solo podía ser mi pasión, sino también rentable, nos lanzamos a ello. Ya llevamos unos cinco años y podemos decir que pagamos las facturas con humor. Y también tengo que citar a mi otra mitad muchas veces en el escenario, que es Aarón Gómez, de Tenerife.

¿Y la realidad social, económica o política de Canarias también está presente en su show ?

La verdad es que no me apetece nada de nada. Creo que ahí hay chicha, pero los políticos lo hacen mejor que nosotros y contra ellos no se puede competir. Yo me veo ridículo intentando hacer chistes y chascarrillos sobre política ya que así le recuerdas a la gente que va al teatro lo mal que está todo. Yo prefiero hacer una huida hacia adelante y que la hora y media estén riéndose de otras cosas que no sea lo que les fastidia cada día. Dani Mateo decía que no hacía humor para evadirse, sino que ponía los problemas delante de la gente. Y, bueno, está bien. Pero yo considero que debe haber de todo. Y mi forma de trabajar es intentar hacer terapia y que cuando entren al teatro se olviden de que fuera hay una calle con problemas.

¿Siempre introduce nuevos monólogos que no aparezcan en anteriores shows o por internet?

Cuando la gente va al teatro intento que si hay algo que ya han visto. Y cuando subo un vídeo a internet es porque ya lo ha visto mucha gente y decido hacerlo popular totalmente y casi condenarlo. Aún así, intento que el 90 % de mi show sea de material inédito. Pero hay un alto porcentaje que llega con la idea de escuchar esa historia que tanto le gustó en directo y tienes que hacer un par de estrategias para satisfacer a aquella gente que piensa "yo vine a escuchar esta historia porque la vi en internet". Quiero intentar dejar contento a todo el mundo y darles píldoras de cosas nuevas y también un grandes éxitos para que digan "pues mira contó esta historia que tanto me gustó en su día".

¿Hay un hilo conductor?

No, el hilo conductor soy yo, y es un show muy personal que todo el rato yo estoy trayéndolo a mi terreno. Y la conclusión final de todo es que me quiero dedicar exclusivamente a no trabajar.

Y ha convertido lo de quitarse la camisa en un sello personal.

Tiene una explicación que aclaro en el show. Y es bastante más profunda de lo que pudiera parecer, aunque en este show intento no quitármela.

¿Tiene referencias de otros monologuistas que le hayan influido en su espectáculo?

No soy demasiado consumidor de monólogos porque me pone en modo de trabajo. Y es un problema porque tengo que aprender a relajarme y a disfrutar. Me cuesta mucho sentarme a ver a alguien que me sorprenda, pero los hay. Hay maestros que llevan muchísimos años y que están en la palestra que han marcado un camino: Leo Harlem o Dani Rovira. Es un camino comercial. Pero si alguien admiro por su atrevimiento o su capacidad de no tenerle miedo a nada, me quedo con Ignatius Farray, que es el cómico por excelencia, que tiene ese punto de transgresor que otros no tiene. Pero siempre admiras lo que no eres capaz de hacer. Ignatius hace cosas que yo no sería capaz de hacer nunca.

¿Tiene algún método a la hora de preparar su show ?

Es observar. Estoy todo el rato abierto a cosas que me hagan gracia. Y a las pequeñas intrahistorias que puedan ocurrir en cualquier lado. Intento que no se me pase desapercibido lo que ocurre en el supermercado o en el aeropuerto. Alguna historia de la que nos podamos reír. Y la verdad es que soy un ladrón, voy robando esas pequeñas ideas que a la gente se le olvida. Más que un ladrón yo creo que soy un coleccionista de momentos que voy guardando

¿Le ha sorprendido la respuesta del público con algo que creía que no iba a causar risa?

Me ocurre continuamente. Y eso es lo maravilloso de esta profesión, que el público es tan fluctuante. De repente hay chistes preparados que se ríen tres. Y vas p'alante con esa minoría silenciosa. Lo bonito es ir fluctuando e ir sintiendo esos momentos.

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