"El cine latinoamericano está, hoy en día, más en riesgo que nunca porque no hay una presencia autoral". El director dominicano Nelson Carlo de los Santos, invitado a la jornada inaugural de la 15ª edición de la Muestra de Cine Iberoamercano, Ibértigo, que se celebra desde hoy jueves y hasta el 27 de octubre. La producción fílmica de De los Santos preside la puesta de largo de Ibértigo, que proyectará en los próximos días una veintena de producciones -doce largos y diez corto- de una docena de países para "ofrecer una visión fragmentaria del cine iberoamericano", en palabras de Jesús García, vicepresidente de la Asociación de Cine Vértigo, organizadora del certamen.

Con una una hoja de ruta que pone el acento en las geografías fílmicas del Caribe y Centroamérica, que transita por Honduras, Costa Rica, Brasil, Colombia, El Salvador, Chile, Perú, Argentina, Portugal y España., la primera parada lleva hasta República Domicana a través del cine que practica De los Santos, que se encuentra en la Isla para presentar sus dos largos filmados hasta la fecha, y varios de sus cortos. En la inauguración, hoy jueves, a las 20.30 horas, y en la Casa de Colón, se proyecta su reciente Cocote (2017), premio Sings of Life en el Festival de Locarno de este año; y mañana viernes, Santa Teresa y otras historias (2015), que fue galardonada como mejor película en el Festival Mar del Plata, a las 20.30 horas; y dos de sus cortometrajes: Le dernier des bonbons (2011) y Lullabies (2014).

El cortometraje no es un formato que agrade a Nelson Carlo de los Santos, porque como bien subrayó ayer en la Casa de Colón, "no soy muy del corto, es como el cuento para los escritores, no me doy muy bien". De tres largos que ha dirigido, Ibértigo proyecta dos, que "son de los más comerciales que tengo, que se acercan al cine verité". Tiene el dominicano un discurso crítico hacia las formas del cine que se frecuenta en Latinoamérica. "El cine latino actual se ha acomodado, una suerte de post Lisandro Alonso, que se apoderó de todo, y lo que hizo fue una cuestión muy honesta, un cine que me pareció interesantísimo, y lo que sucede después es un poco más lamentable", lamenta.

Privilegios

Defensor de "la libertad del realizador", asegura que "la mayoría de nuestros realizadores vienen de un lugar de privilegio, de una clase alta, digamos, y en el caso de República Dominicana, esa clase alta se conforma con esa dictadura, por lo tanto, por más que suceda, por más que haya un despertar político, hay una estética burguesa que se va implantar desde siempre en en estos directores".

El autor de Cocote dejó claro ayer que "lo que menos me parece hoy en día es que los directores latinoamericanos sean libres como realizadores, me parece bastante penoso, aunque los puristas consideren que yo estoy uniendo las artes visuales con el cine, para mí nada tiene que ver con eso, sino cómo voy a representar esas realidades que para mí también se me hacen difíciles pensarlas". Además, De los Santos alertó de otro fenómeno fílmico que calificó de "muy peligroso, engañoso", por cuanto "se esconde detrás de esas cuestiones políticas de una izquierda didáctica, para la misma vez pensar que estamos en el momento de repensar nuestra situación política, cuando no es así, como si el cine no es es un dispositivo político, sino como un lugar de preguntas".

A la presencia del dominicano y a la del barcelonés Enrique Baró, protagonista del prólogo de Ibértigo, se suman el director argentino Rodrigo Moreno, representante destacado del nuevo cine del país austral, que presentará Reimon (2014), estrenada en el Festival de cine de Rotterdam; y Una ciudad de provincias (2016), cinta merecedora de la mención especial del jurado de BAFICI en 2017, y que tiene su estreno internacional en la Casa de Colón; y Adrián Silvestre, figura del nuevo cine español, que viene a Ibértigo con o Los objetos amorosos (2016), premio Fipresci en el Festival de Sevilla el pasado año.

La cartelera de Ibértigo 2017 ofrece además cintas que han tenido itinerancia internacional y reconocimientos, como la brasileña Rabia, de João Dumans y Affonso Ochoa; la colombiana Jericó, el infinito vuelo de los días, de Catalina Mesa; o entre otras, la película argentina El auge del humano, de Eduardo Williams.