Una caja de resonancia, un mástil -incluido el diapasón con sus trastes-, la boca y seis cuerdas. Todo esos elementos dan forma a una guitarra y con una guitarra, nada más, Jorge Drexler ha dado forma a su último trabajo: Salvavidas de hielo, un álbum que, lejos de la monotonía que pueda presuponer el empleo de un solo instrumento, se abre camino hacia un universo de fantasías rítmicas y melódicas. El disco, publicado el mes pasado, sirve de excusa para una nueva gira, ruta que arrancó el 4 de octubre en su ciudad natal, Montevideo (Uruguay), y que el 18 de marzo del próximo año hará parado fonda en un lugar que, de tanto visitarlo, se ha convertido una especie de morada para Drexler en medio del océano Atlántico: el Auditorio Alfredo Kraus.

Salvavidas de hielo, el decimotercer álbum de estudio de Drexler -grabado entre México DF y Madrid-, está compuesto por once temas, presenta Telefonía y Silencio como primeros sencillos y rinde homenaje a Joaquín Sabina -la figura que le animó a y cruzar el charco en los 90 e instalarse en España-. "Uno no escribe sobre lo que quiere sino sobre lo que puede; hay que esperar que las canciones lo elijan a uno", apuntó el uruguayo sobre el proceso de creación del disco cuando presentó el trabajo.

Entre su anterior álbum, Bailar la cueva, y éste han pasado tres años, periodo de tiempo que Drexler empleó para prestar más atención a los aspectos puramente empresariales de su carrera y reestructurar su equipo de trabajo tras un desencuentro con Hacienda. "No sólo me enredé con giras", añadió.

Colaboraciones

Para componer Salvavidas de hielo, Drexler dedicó un año a partir de la aplicación el mismo principio de racionalidad a la instrumentación, que exprime todas las posibilidades sonoras de la guitarra como único elemento, de la cuerda a la madera. "¿De cuántos zapatos nos deshacemos antes de que estén inutilizables? En vez de mirar al universo, en este mundo en el que no se elige nada para tenerlo todo ya, lo que hice fue seleccionar un único objeto del mundo y buscar el infinito dentro de él", contó hace un mes el artista a Efe, en una conversación en la que también detalló que el resultado es, pese al título (un recurso estético que le gusta por su contradicción), un disco "cálido" y sorprendentemente rico que se engalana más con tres colaboraciones femeninas de altura: Julieta Venegas entre los acordes brasileños de Abracadabra, Mon Laferte en la sensual Asilo y Natalia Lafourcade en Salvavidas de hielo.

"Las tres son muy mexicanas, hasta Mon, que es chilena", recalcó. "Son tres elementos de fuerza, en la interpretación y en la identidad. Son compositoras de mucho nivel y también tienen gran empuje mediático, tras haber sabido congeniar la calidad y la sinceridad con llegar a muchas personas. Ellas son el sexo fuerte del disco", puntualizó.

Las entradas para el recital, con precios que oscilan entre los 21,07 euros -anfiteatro 2-, 28,07 -anfiteatro primero- y 31,07 -platea-, se pueden adquirir ya en la web del propio auditorio ( www.auditorioteatrolaspalmasgc.es). Este concierto será el quinto de Drexler en la sala de Las Canteras, donde ha defendido las giras de presentación de trabajos como 12 segundos de oscuridad (2007), Amar la trama (2010) y Bailar la cueva (2015) o donde repasó su repertorio, el año pasado, con el tour Mi guitarra y vos. Antes, el cantante uruguayo desfiló por otros escenarios de la ciudad: el Paraninfo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria -justo después de ganar el Oscar, en 2004, por la mejor canción Al otro lado del río-, o el Cicca -por donde pasó con Frontera y Sea-.

Antes de parar en Gran Canaria, la gira de Drexler pasará por La Orotava y Arrecife.