" Yo querría tener en mi vida de actor, aunque sea dos o tres minutos por año, lo que tienen Ronaldinho o Zidane. Que en un metro cuadrado son capaces de hacer florituras que no las puede hacer ni Mozart, ni Picasso". Ésta era una de las reflexiones que hacía el actor Federico Luppi en una entrevista con LA PROVINCIA/Diario de Las Palmas en marzo de 2006, con motivo de su paso por la capital grancanaria para recibir la Lady Harimaguada honorífica que le brindó entonces el VII Festival Internacional de Cine.

Aseguraba entonces Luppi, al ser cuestionado si a la hora de elaborar los personajes, era un actor más de matices o de registros, que "no están separados". En su opinión, "lo que diferencia la actuación de cualquier tipo de expresión creativa es que, frente al cuadro, a los óleos y los pinceles, tú eres un elemento que mecánicamente los toma y pinta".

Es más, según su testimonio, "el actor es violín y ejecutante a la vez. Hay una cantidad enorme de matices, por ejemplo, en el esfuerzo de comunicarte con alguien, que, si los observas, te das cuenta de que algunas veces gastas más energía cuando actúas que en la vida real. Conseguir esa economía es lo ideal". Con su singular verbo y porte elegante, conversar con Federico Luppi es un caramelo periodístico, tal como demostró en marzo de 2006 antes de dejar su huella en el paseo de las estrellas que preside el acceso principal del Auditorio Alfredo Kraus. Por la noche, recogería la Lady de Honor, logo del Festival diseño de Martín Chirino.

"Es inevitable plantearse si es justo que le hagan un homenaje a uno ahora y no a otro. Lo que pasa es que uno paga el precio de cierta vanidad mínima, porque todo homenaje te gratifica y lo agradeces. Te parece que está muy bien que te reconozcan que has hecho cosas geniales y que tu vida ha sido un ejemplo de profesionalismo [risas]. No, en serio, es bonito", decía cuando se le preguntaba por el homenaje.

Luppi dio más de un titular aquellos días, ya que aprovechando su presencia en la capital grancanaria se anunció que volvería al año siguiente para trabajar a las órdenes de Gerardo Herrero, con el rodaje de Qué parezca un accidente (2008). Las Canteras, Vegueta y otras localizaciones ambientaron esta comedia negra en cuyo reparto figuraban Carmen Maura, José Luis García Pérez, Marta Fernández-Muro, Yaiza Guimaré, Adrián Navarro, Celia Castro y Blanca Rodríguez