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Entrevista

"Del hilo suelto de La Cabra Mecánica fui construyendo la nueva etapa"

"Los dos últimos álbumes son discos de género, eclécticos dentro del abanico del rock más clásico", destaca el músico, Miguel Hernando, Lichis

Miguel Ángel Hernando, Lichis, en una imagen promocional. LA PROVINCIA / DLP

Inaugura el ciclo Ciccautor con una propuesta que nada tiene que ver con lo que hacía con La Cabra Mecánica, formación con la que pisó la Isla por última vez en 2009 como telonero de Fito & Fitipaldis.

Voy con mi trabajo en solitario como Lichis, y otras canciones, muy pocas, de mi trabajo anterior con La Cabra, sobre todo de la parte del repertorio más desconocido, que tenía muchas canciones de rock o de pop más británico, ese lado más desconocido más allá de la rumba. De ese hilo suelto que quedó allí he ido construyendo esta nueva etapa que es la que vereís ahí. Voy en acústico y dependiendo de cómo funcione la cosa, ya veremos si voy con banda.

Las nuevas canciones de Lichis, las cinco piezas que incluye en el EP Mariposas , publicado este año, son un punto y seguido respecto a Modo avión (2014), con canciones que basculan entre el rock y los medios tiempos.

En realidad, los dos últimos álbumes son discos de género, por decirlo de alguna manera, son eclécticos dentro del abanico del rock más clásico. Tiene mucho del rock americano de los años 70, muy dylaniano y muy de Tom Petty, y es un estilo apasionante porque se mezcla el folk o el rock más redneck con los aires más blueseros, que son los que más me gustan. Por otra parte, a lo largo de Mariposas ha aparecido la otra vertiente, la más británica, más de pop con toques más barrocos.

Un gesto de estilo con el que subraya que una cosa fue el pasado colectivo, y otra bien distinta su actual trabajo.

También seguramente sea un sino, tengo que escuchar más música [risas]. No voy mucho más lejos. En discos como Hotel Lichis, que fue uno de los últimos álbumes de estudio de La Cabra, ya aparecía esa intención nostálgica de mirar a la década en la que nací. Soy de 1970 y era una época en la que en casa había mucha música de autor, en catalán que estaba muy de moda, aparecía también el álbum rojo y azul de The Beatles, discos de Bob Dylan, los Rolling Stones. Y últimamente he estado tocando en festivales y viendo el momento tan excitante que estamos viviendo con bandas que aparecen casi debajo de las piedras y con muchísima calidad, y casi que uno empieza a sentirse un poquito atrás. Aparte de la consagración de los protagonistas del indie o mainstream ya, están saliendo muchos grupos de distintos estilos. Por ejemplo, los que participaron en el Monkey Week, lo seguí por la radio y me habría gustado estar, me quedé con el corazón acelerado y con ganas de subir al estudio. No ya para este Mariposas cuando lo complete como álbum o para un segundo EP, pero si seguramente para el próximo disco y para el que estoy buscando algún experimento.

¿Lo que viene seguirá en la línea de Mariposas ?

Si, el segundo EP saldrá ahora en noviembre. Estoy con ello en estos días, he grabado todos los instrumentos y bueno acabando incluso algunos bocetos aún, y seguirán la línea de Mariposas, aunque hay temas que tienen más que ver con el rollo más experimental que hago, como la versión de Yo soy un extraño, de Charlie García, y cosas así. Será un álbum un poquito más abierto en ese sentido, con cosas más diferentes.

El formato EP obedece a la dinámica en la que se mueve el mercado musical. ¿El disco tradicional ya ha quedado caduco?

Esa es un poco la idea. Cuando trasladé la idea de hacer un LP a la discográfica que antes movía el disco, lo grababa con un sello y lo distribuía otra compañía, prácticamente me dijeron que no confiaban en el formato, y decidí hacerlo yo, y ahora resulta que es un formato que ha vuelto a estar de moda. El momento que vivimos me recuerda al estado de la música popular en los años 50 y 60 en Inglaterra o en Estados Unidos, donde salía un montón de propuestas todo el tiempo, la música se movía muy rápido, y lo que predominaba era el formato single o EP. El formato LP vino después y fruto de la bonanza económica y por el momento de entonces de la industria discográfica. Además, creo que es muy difícil que un LP de diez o quince temas tenga diez o quince temas que realmente valgan la pena. A menos que seas John Fogerty o que tengas a dos tipos con la calidad de Lennon y McCartney, es muy difícil tener canciones redondas. En muchos discos hay canciones de relleno, quizás por la poca capacidad de autocrítica de los autores, y también porque el público, desde hace mucho tiempo, lo estaba esperando. El formato EP o single ahora te permite más libertad, y es cierto que el público ahora pide novedades cada muy poco tiempo. Vas a tocar a un festival o a un club, y al año siguiente quieres volver y te preguntas si tienes algo nuevo, cuando no hace ni un año que has terminado el disco. Con este formato llamas la atención del público, porque yo también hago música para tener un público. Como fan de la música, me pasa que compro un disco con dieciséis temas y no consigo escucharlos al completo, también porque escucho música con intensidad.

Antes decía que mantiene en el repertorio parte de los temas menos conocidos de La Cabra Mecánica. ¿Qué queda de aquella etapa y que le aportó a Lichis, y de qué manera ese sonido de rumba y fiesta contagió a otros artistas?

Cuando grabamos el primer disco de La Cabra fue en 1997, yo ya tenía 20 años, y llevaba un montón de tiempo trabajando en la música en proyectos paralelos con mi actividad como bajista en varias bandas, y siempre quise que la cosa fuera a mayores, pero nunca que fuera así ni en mis mejores sueños. Con el tiempo y ahora mismo, se ha convertido en algo que los ingleses llaman el albatros, ese pájaro muerto que llevan los marineros recordando constantemente quién es. De alguna manera, me pasa esto con La Cabra, le tengo un cariño, y se que en su momento ha podido dejar su huella incluso en otros músicos, algo que te hace sentir cierto orgullo, pero también terminó por dar una imagen equivocada de lo que el proyecto era. Ha quedado una imagen un tanto distorsionada y muy condicionada por un disco en concreto de los siete que saqué, y por una parte muy concreta de ese repertorio que era la rumba y todo ese término canalla que detesto profundamente. Ahora mismo me cuesta. Voy a festivales y la gente me dice que no esperaba que yo estuviera haciendo esto. Por una parte, hay un público potencial que podía venir a esta nueva etapa, y no viene porque no le gustaba La Cabra, y me parece totalmente antagónico. Y gente a la que le gustaba La Cabra que de repente se siente decepcionada, no encuentra aquí ni cachondeo, ni palmas, ni rumba. No hay costumbre con esto, porque normalmente cuando un proyecto musical se acaba el cantante principal o la voz más reconocida, sigue haciendo algo que aunque no sea igual si tiene cierto parecido con aquello, con su anterior proyecto. En mi caso, ha habido un corte en ese sentido, y es una circunstancia con la que hay que torear. Hay días que lo llevas mejor y otros que con la medicación adecuada lo haces bien [risas].

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