Cinco años después, Eladio Monroy vuelve a encontrar sus ruinas a algunos pasos de las primeras olas, como escribió Albert Camus en su retorno a Tipasa. El antihéroe protagonista de la saga noir de Alexis Ravelo regresa a las arterias más lóbregas de Las Palmas de Gran Canaria espoleado por una nueva trama criminal en El peor de los tiempos. La quinta de Eladio (Alrevés, 2017), que se abre hueco mañana en las estanterías nacionales. Y como ningún hombre desciende dos veces al mismo río, autor y protagonista regresan más desengañados y menos indulgentes que al principio de los tiempos.

Después de cuatro episodios, seguidos de otros crímenes, sortilegios metaliterarios y milagros prohibidos, ya han transcurrido más de 10 años desde Los tres funerales para Eladio Monroy (Anroart, 2006) pero, tal como rezaban los prolegómenos de la saga, el ex jefe de máquinas aún "sobrevive en la ciudad de Las Palmas, mirando con sonrisa cínica a los poderosos y metiéndose inevitablemente en asuntos que le vienen grandes".

"Eladio Monroy vuelve más escéptico y desencantado que nunca", certifica Alexis Ravelo, que regresa a la novela negra de la mano de Eladio y su quinta aventura a nivel nacional, a la que sucederá a lo largo de 2018 la reedición de las cuatro novelas anteriores de la saga con la editorial Alrevés.

Desengaño

En las primeras páginas de El peor de los tiempos, Eladio Monroy, sentimental y violento, leal y soez, asiduo del lumpen y amante de la buena literatura, apura su cortado en el bar Casablanca mientras repasa las desinformaciones de El País. Y su ánimo se agrieta al constatar que esa realidad que ha auscultado desde sus más bajos fondos sigue siendo como siempre: "los poderosos haciendo cosas de poderosos y los pobres haciendo cosas de pobres".

"Era el mejor de los tiempos y era el peor de los tiempos (...) íbamos directamente al cielo y nos extraviábamos en el camino opuesto". Así comienza Historia de dos ciudades, de Charles Dickens, que Ravelo toma prestada para bautizar su nueva novela. "En Morir Despacio [cuarta entrega de la saga] reflejo la toma de conciencia de Eladio que suscitan los movimientos sociales y el ascenso del tercer sector en el país a través del contacto con su hija Paula", expone Ravelo. "¿Y pudo haber sido el mejor de los tiempos? ¿O acabó siendo el peor de los tiempos? En este libro nos encontramos a un Eladio muy desengañado con toda esa apertura y con la entrada del tercer sector en la política convencional, con sus contradicciones y el empobrecimiento de un discurso que hereda los viejos modos de hacer política".

"Por lo tanto, El peor de los tiempos muestra al Eladio más pesimista, aunque no pierde del todo la esperanza, porque esa esperanza se mantiene; no en él, sino en las personas que lo rodean y que siguen creyendo en un cambio, de modo que Eladio vive un poco el mundo a través de ellos", revela.

Casimiro, propietario y único camarero del Casablanca; la librera Gloria, vecina y amante de Eladio; Paula, su hija, y Mónica, su "pareja de deshecho"; o la llamada puntual del Comisario Déniz vuelven a arropar a Monroy en un nuevo crisol de entuertos e infortunios en las aristas de la isla, desde las tarimas del Yumbo hasta la espina dorsal de Mesa y López, el mirador del Atlante, el clima de Las Canteras o el Hotel Madrid, donde pernoctó Franco en julio de 1936 pero entre cuya clientela "abunda el rojerío".

Además, Ravelo destaca en esta novela, trufada una vez más de mala baba, coprolalia y cloquío canario, la incorporación de "un mayor protagonismo del punto de vista femenino y, además joven", que encarnan los personajes de Paula y Mónica, y a las que, junto con Gloria, Monroy apoda cariñosamente "Las Tres Desgracias".

Corrupción

Después de desenredar tramas múltiples de corrupción empresarial, blanqueo de capitales y abusos de multinacionales, Monroy se enfrenta ahora a un fenómeno todavía más complejo: la corrupción de menores, la prostitución, la misoginia. A partir del encargo de un viejo amigo, Pepiño Frades, de localizar a su desaparecida hija Elvira, Monroy, el Mike Hammer de Murga, vuelve a levantar las alfombras del reverso tenebroso que cimienta el poder de las élites.

"Mis lectores de novela negra saben que me interesa hablar de los delitos que dicen mucho de nosotros como sociedad", señala Ravelo. "En esta novela hablo de la doble moral y de la violencia estructural que prevalece hacia la mujer; de las estrategias de corrupción de la juventud y de los mecanismos de coerción que se ejercen sobre las mujeres adolescentes, inmigrantes o en riesgo de exclusión", a lo que añade que hoy, además, "me parece muy peligroso el tratamiento de los grandes medios de comunicación de arrojar sombras de dudas sobre las víctimas".

Y aunque Ravelo tamiza sus propias inquietudes en los giros de sus novelas, advierte de que la cuestión de la prostitución, que documentó con ayuda del colectivo Hetaira, reviste una especial complejidad. "Este es un tema que me preocupa mucho: por un lado, están las mujeres que ejercen la prostitución y quieren que se reconozcan sus derechos y se cumpla con ellos, pero, por otro lado, también hay mucha violencia y mucha cosificación de la mujer", apunta. "Es un tema complejísimo sobre el que hay que reflexionar y en el que confluyen muchísimas realidades ante las que no podemos establecer ningún dogma, pero sí que hay ciertas líneas morales que yo me niego a obviar o a relativizar". En este sentido, Ravelo cristaliza a lo largo de las páginas "todas las preguntas que yo también me hago".

"(...) Las cosas del siglo XXI o, más bien, las del XIX, pero con tecnología del XXI", reza uno de los pasajes de la novela ante los expositores virtuales de mujeres en oferta. A este respecto, El peor de los tiempos abre puertas a la reflexión sobre la libertad y la esclavización de la mujer, la mercantilización de las relaciones y del cuerpo, y su impregnación en una mayoría que participa o asiste pasivamente a esta realidad a través de la pequeña pantalla. "Y así es como te hacen creer que vives en un parque de atracciones, cuando en realidad eres un puto hámster dando vueltas en tu ruedita, corriendo hacia la nada", reza otro de los fragmentos.

"La novela recoge todos los puntos de vista en torno a esta realidad a través de los personajes, porque una de tus obligaciones como novelista es meterte en el pellejo de los diferentes personajes. Durante el proceso de escritura, he ido cambiando de puntos de vista y, aunque cada vez me surgen más preguntas, ahí están recogidas también todas mis dudas como persona", añade Ravelo.

Tiempo

Y como sucede en sus novelas anteriores, El peor de los tiempos se nutre del contexto social en que se fragua la trama. La ubicuidad de las redes sociales, la era del selfie y del aislamiento, la desafección política que heredó el revulsivo del bipartidismo o la falsa emancipación de un sistema hondamente patriarcal. Y este escenario se mira en las propias contradicciones de Las Palmas de Gran Canaria, ciudad abierta y constreñida, mezclada y estratificada, evolucionada y embrutecida, y cuyo muestrario de contrastes aflora en la propia personalidad de su protagonista. "En los libros de Eladio Monroy, lo que mejor describe la ciudad no es un espacio o una calle, sino el carácter de Eladio: me di cuenta de que este personaje es la ciudad", glosó Ravelo en una pasada cartografía de su serie.

"La clave de la saga es que Eladio Monroy se enfrenta a sí mismo en cada caso, porque él representa a un personaje tradicional, incluso, machista, pero siempre hay una subtrama en la que Eladio Monroy se quita un prejuicio", señala el escritor. "Aquellos fueron los tiempos en los que pudo haber cambiado todo, pero fueron también los tiempos en los que nada cambió", manifiesta El peor de los tiempos. Al fin y al cabo, la novela negra imprime una perspectiva existencialista a la investigación sobre una realidad caótica, que cuestiona nuestro lugar y nuestro posicionamiento en el mundo, pero también la deriva de una sociedad desigual, donde el delito y la impunidad visten de traje en barrios pudientes, y que siempre pagan quienes se criaron en callejones sin salida.

Y todos estos mimbres se trenzan en los renglones de la estructura hard-boiled, que inauguró Dashiel Hammett en la crisis del crack del 29, que se caracteriza por la sencillez de su esquema narrativo y la hondura de sus cuestionamientos contemporáneos. "Son novelas golfas, pero combatientes", apunta Ravelo, "nada complacientes, sino muy críticas con la realidad". Al igual que sus predecesoras, El peor de los tiempos combina intriga, violencia, humor, ritmo, incorrección política, diferencia de clases y pesimismo social. Y en su entrelínea discurre un sinfín de reflexiones éticas e, incluso, metafísicas, no sólo para denunciar una serie de iniquidades latentes en el orden social, sino para invitar al lector a preguntarse los porqués.

Regreso

Con todo, a partir de la publicación nacional de El peor de los tiempos. La quinta de Eladio, Ravelo se embarcará en el proyecto de revisar las cuatro novelas anteriores de la saga, Tres funerales para Eladio Monroy, Solo los muertos, Los tipos duros no leen poesía y Morir despacio, para lanzar una nueva edición de la colección bajo el epígrafe Serie Eladio Monroy de la mano de la editorial Alrevés. "Por supuesto, tuve que leerme todas las novelas de Eladio para escribir El peor de los tiempos y lo que haré en estas reediciones consistirá, sobre todo, en correcciones de estilo", apunta el escritor.

El objetivo es repartir las publicaciones de las cuatro novelas revisadas a lo largo de 2018 y que el proyecto constituya el salto nacional definitivo de las hazañas de Eladio Monroy. Además, como guinda, cada novela incluirá como epílogo un cuento original protagonizado por Eladio Monroy, "como un bonus track situado al final de cada historia", explica Ravelo, quien se reconoce "ilusionado, como un cochino chico" ante este nuevo viaje de la mano de su protagonista.