Graci Bordón Artiles nació en Las Palmas de Gran Canaria y es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de La Laguna. Ha trabajado en diferentes institutos de la Isla como profesora de Lengua Castellana y Literatura, profesión que continúa desempeñando en la actualidad. Siendo niña le gustaba mucho leer y desde muy joven escribía pequeños poemas y relatos. Ha publicado algunos de ellos en la revista digital Intropia y participado en la emisora Islaazul Radio, en la sección El rincón de Sole, donde ha sido entrevistada y ha colaborado recitando varios de sus poemas. El pasado jueves 2 de noviembre, Bordón presentó en la Casa de Colón su nueva obra, La arena bajo la espuma, y en el acto fue acompañada por Coca de Armas Fariña, Yolanda García Bordón, Rosa Halabi Ascaso y Pablo Checa Merino.
El poemario La arena bajo la espuma , que acaba de presentar, ¿es su primera colección editada?
Sí, es mi primer libro de poemas. Me han publicado algunos poemas en la revista digital Intropia y también he recitado algunos en una emisora madrileña en el canal Islaazul, en el programa El rincón de Sole.
En los cuarenta poemas del libro hay una notable diversidad de formas estróficas. ¿Las elige en función del tema?
Son improvisadas la mayor parte de las veces. Me gusta trabajar el soneto, una composición culta, porque es laborioso y supone un reto para mí, y también me gusta utilizar el verso alejandrino cuando el tema es profundo, cuando uno se tiene que poner a pensar. Me interesa el romance de rima asonante, el verso libre y la lira por tratarse de otra composición culta.
¿Qué lugar ocupa en su imaginación el paisaje canario?
Un lugar muy importante. Soy una fiel defensora del cuidado del medio ambiente y del respeto a la naturaleza. El mar que nos rodea, las montañas, la diversidad del paisaje de nuestra Isla aparece mucho en mi poesía en comunión con mis sentimientos y emociones.
¿Y la familia, tan evocada y glosada en este libro?
Aparece sobre todo mi hermano, que falleció en 2015 y era mi mellizo, por lo que me llevé una gran pena cuando nos dejó. También me gusta recordar a mi madre porque estuvimos muy unidas y falleció a causa del alzhéimer.
¿Y la gente en general aparece en su obra?
Soy más bien solitaria, aunque me llevo muy bien con la mayor parte de las personas que me rodean, de mi entorno. Con la gente en general, uno se lleva muchas decepciones en este mundo en que vivimos porque cada día podemos apreciar que hay gente mala de verdad. Más bien me refiero en mi libro a personas que han significado algo importante en mi vida: amores, amistades, infancia...
¿Es correcto definirla como poeta intimista?
Creo que sí porque mis poemas hablan sobre todo de mi intimidad emotiva y de mí misma.
¿Hay datos confidenciales en sus poemas o escribe marcando distancia con su identidad profunda?
La cultura y la historia acumuladas en nuestra sangre durante generaciones actúan, muchas veces, como cortapisa para poder expresarnos y ser nosotros mismos. Yo, en este libro, intento desprenderme de esos frenos y pretendo mostrar al lector mi yo íntimo olvidándome de esa cierta timidez que uno siente al exponerse a los demás.
También poetiza la literatura sobre literatura. ¿Es efecto de su profesión docente?
Puede que sí, pero sobre todo, es efecto del trabajo de escribir y de ir puliendo cada día más lo que escribo.
¿Qué poetas han influido más en su obra?
Soy ecléctica en cuanto a mis gustos porque aprecio a muchos poetas de distintos estilos y corrientes diferentes. Descubro cada día poetas nuevos. Me encantan Antonio Machado, Miguel Hernández, Ángel González, Vicente Aleixandre, Juan Ramón Jiménez, Eugenio Montejo y cientos más.
Como filóloga hispánica, si le pido cinco nombres de poetas mayores de todos los tiempos, ¿quiénes serían y por qué?
Garcilaso de la Vega por sus églogas y sus sonetos, por su maravillosa elegancia. Antonio Machado me transporta, es un gigante. Miguel Hernández me llega al alma con su poesía desgarradora. Vicente Huidobro y César Vallejo me encantan también por cómo experimentan con el lenguaje y cómo juegan con las palabras. Por último, me gustaría destacar a Juan Ramón Jiménez por su lirismo tan intimista.
¿Ha ensayado incentivos para llevar a los jóvenes estudiantes a la lectura poética?
Día a día intento que escuchen a través de la lectura. Es uno de los mejores instrumentos que existen para escuchar. Se adentran en un poema y lo escuchan lentamente, lo recitan, lo paladean y lo representan. Se trata de que vean lo que dice cada palabra del poeta.
¿A qué factores sociales y educativos atribuye la caída del interés por la poesía y la literatura en general?
A muchos, pero creo que los programas basura de la televisión llevan bastantes años inoculando una falta de respeto y un no saber escuchar que ha perjudicado bastante a la juventud y que la tiene enganchada a ellos. Quizá también los móviles y las redes sociales hacen que en vez de leer un poema los jóvenes no paren de chatear. Por otro lado, descubro cada día a poetas jovencísimos con una poesía que me asombra por su profundidad y su belleza. Y también es bueno que ahora existe más acceso a la cultura que antes por el uso de Internet.
Dígame en cuál de sus metáforas hay más de usted misma...
El título de mi libro La arena bajo la espuma representa mis paseos por la orilla del mar, mi deseo de soledad, paz, tranquilidad y armonía. En la arena, aunque sea movediza uno también puede anclar sus pies.
