El triste fallecimiento de Rosa Delia Nuez, conocida como la Pantoja canaria, el pasado sábado poco antes del concierto de la famosa tonadillera en el Gran Canaria Arena, deja consternado al municipio de Agaete donde residía.

Rosa Delia, que vivía en el barrio de San Sebastián, era una mujer muy querida debido a su gran sentido del humor y muy conocida por sus imitaciones de la cantante sevillana en las fiestas que se organizaban.

Numerosos familiares y amigos acudieron el pasado sábado al tanatorio municipal de Agaete donde velaron su cuerpo. Luego, a las 12.00 horas tuvo lugar una misa en la iglesia del municipio para proceder a su entierro a eso de las 12.30. El sábado fue un día de muchas emociones para sus familiares. Muchos vecinos recordaban el gesto de la propia Isabel Pantoja, que tras conocer el fatal desenlace, le dedicó una canción. Lo que nadie se esperaba es que la tonadillera también le mandara una corona de flores. Fue un instante que emocionó especialmente a sus familiares que no esperaban el gesto de la artista.

Rosa Delia Nuez era la tercera de seis hermanos. Estaba casada desde hacía 40 años con Juan Suárez Galván, un maestro albañil jubilado con el que tuvo un hijo, José Suárez Nuez. Su cuñado, Daniel Enriquez, la recuerda como una mujer muy alegre que transmitía siempre una energía muy positiva a quienes la conocían. "Estaba todo el día cantando", señala. "Y eran muy populares sus actuaciones en las fiestas del barrio de San Sebastián, que precisamente se celebraban estos días", añade.

Rosa Delia era consciente de su frágil estado de salud porque ya había tenidos dos infartos y padecía de diabetes. Hace dos años le hicieron cateterismo cardíaco y una coronariografía, por lo que llevaba una vida sin sobresaltos. Sin embargo, la ilusión de conocer a La Pantoja estaba por encima de todo eso. En este punto Daniel reconoce que pudo haber tenido que ver lo que se llama la tensión del momento. "Puede que fuera como cuando una persona fallece de la emoción viendo un partido de fútbol cuando juega el equipo de su vida".

Durante la última semana, Rosa Delia protagonizó una simpática anécdota en el programa Buenas tardes Canarias de la cadena autonómica, ya que había acudido para pedir una entrada para el concierto. Al final fue la sobrina de la cantante, Anabel Pantoja, la que se la facilitó personalmente.

El prograba estaba haciendo un reportaje con ella como protagonista por lo que le había puesto un coche que la recogió a las 17.00 horas y la trasladó poco después al recinto de Siete Palmas. Mientras el conductor se ocupaba de retirar las invitaciones de la taquilla, Rosa Delia esperó al pie de unas escaleras sentada. Ya con las entradas en la mano y siempre en compañía del conductor que la asistía, se dirigió a la puerta que le correspondía y fue entonces cuando manifestó que se encontraba cansada. Cayó al suelo, al parecer, víctima de una parada cardiorrespiratoria, de la que no logró ser recuperada por los efectivos de emergencia que se encontraban en el recinto, a pesar de que el médico intentó reanimarla durante 40 minutos.

"Estuve hablando con ella el sábado y estaba muy bien", manifiesta su cuñado. "Sólo que llevaba una semana ajetrada con la Televisión, hasta que el viernes fue cuando le dieron las entradas. Se iba a sentar con la sobrina de Isabel Pantoja . Murió haciendo lo que le gustaba. Nunca dijo que se sentía mal ni nada. La ilusión de ella era estar allí".

Daniel subaya que ella era muy fan de la Pantoja. "Estuvo en un concierto en el campo de fútbol de Gáldar hace 20 años. Y su ilusión era volverla a ver. A lo mejor estaba un poco acelerada por eso". Se quiere quedar con la imagen de una mujer muy alegre y simpática. "Recuerdo que cuando le dio el anterior infarto la ingresaron y la enfermera tenía que mandarla a callar porque se ponía a cantar en el hospital".

Su hijo, José Suárez Nuez, muy afectado, no tenía casi fuerza para decir unas palabras. "La quería todo el mundo", recuerda. "Pero eso era lo que quería. Yo creo que ella ya cantaba estando yo en la barriga de mi madre".