Quienes quieran viajar hoy al año 1790 podrán hacerlo acudiendo a la catedral de Santa Ana a las siete de la tarde. No habrá una máquina del tiempo sino algo mucho mejor: un concierto a cargo del Grupo de Cámara Ensemble Aura Sonora, bajo el título El archivo de música de la Catedral de Las Palmas. El encuentro musical es el cierre de las XVII Jornadas de Historia de la Iglesia de Canarias, y en él se podrá disfrutar de las canciones de culto que escuchaba la población canaria hace doscientos años.
Las jornadas, que organiza el Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias (ISTIC), tienen lugar en la capital grancanaria cada dos años desde 1987. El principal objetivo es crear cauces de comunicación y estudio en torno a la historia eclesiástica del Ar- chipiélago.
Esta edición, que se inició el 24 de abril y culmina hoy, lleva el nombre de La catedral de Canarias, silueta de una ciudad por venir. Ha reunido alrededor de 120 personas en torno a ocho ponencias y otras actividades culturales. "Le pusimos este título porque esta no es la catedral del pasado o del presente, sino también la del futuro", cuenta José Miguel Barreta, profesor del ISTIC y uno de los organizadores del evento.
Antes del deleite acústico para viajar a siglos pasados, Juan Sebastián López, profesor del Departamento de Arte, Ciudad y Territorio de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, cuenta la importancia de la catedral de Santa Ana en el proceso urbano de Las Palmas de Gran Canaria, tema sobre el que habló ayer en su ponencia, en el campus universitario de Tafira.
¿Por qué cree que este tipo de eventos son importantes?
Porque son una manera fabulosa de conocer nuestra historia. Se crea un foro de reflexión entre conocedores y estudiosos. Y a la vez, el Instituto, con el apoyo de la Universidad, sirve de plataforma para nuevos investigadores.
¿Qué importancia tuvo la catedral en el momento de su construcción?
Muchísima porque fue el punto de ubicación de los edificios administrativos más importantes de la isla, y de Canarias. La plaza Santa Ana concentraba todos los poderes, pero su potencia se la dio la catedral. Además, la construcción tuvo un impacto no solo en los edificios religiosos de Gran Canaria, sino también en los de La Palma y Tenerife. A día de hoy continúa siendo el primer monumento del Archipiélago. Se la llamó la media catedral porque en el siglo XVI se construyó la mitad, y no fue hasta el XVIII cuando se finalizó la otra mitad.
¿Por qué se eligió esa ubicación y no otra?
El primer centro de la ciudad era San Antón y de ahí crecía una pequeña vega, que es el término agrícola que da nombre al barrio de Vegueta. La catedral se situó ahí y le dio la espalda a lo que antiguamente era el centro. Rompió los esquemas mirando hacia el otro lado de la ciudad, hacia lo que se denominó el primer ensanche.
¿La ubicación de la catedral determinó el tipo de personas que se asentaron en la zona?
Vegueta siempre mantuvo el carácter de barrio institucional y el nivel socioeconómico de sus habitantes era elevado.
Se sabe que hubo muchos entierros infantiles y de personas sin hogar alrededor de la catedral...
En las afueras de la plaza de San Antón y las calles de los alrededores estaba el antiguo Hospital de San Martín, y por ello el tema de los entierros. Pero en el siglo XVIII se trasladó, y esa propiedad no quedó en manos de la Iglesia. Por tanto, lo que se encuentre debajo no es competencia de la catedral de Santa Ana.
¿Por qué la catedral continúa en obras?
Justo inicié mi conferencia ayer con una frase: "esto dura más que la obra de Santa Ana", una broma que se utiliza a menudo, precisamente haciendo referencia al largo proceso constructivo de este monumento. Lo que quedó sin terminar es la parroquia del Sagrario, a un lateral de la catedral. El motivo lo encontramos en que con la desamortización de los bienes eclesiásticos en el siglo XIX se aprovechó para instalar iglesias parroquiales en los conventos que dejaron libres los monjes. La parroquia del Sagrario, que debía situarse en el lateral de la catedral, se instaló entonces en la iglesia de San Agustín, que es la parroquia matriz de Las Palmas. Es decir, que como no hacía falta ese espacio, se quedó inconcluso.
¿Qué valor le otorga usted a la catedral?
Hay pocas catedrales que se conozcan por su propio nombre. Normalmente se dice la catedral de y seguido se menciona la ciudad. Aquí no. Aquí siempre ha sido la catedral de Santa Ana. Y eso habla por sí solo.
