Un punto calma levemente la hemorragia que ha padecido Las Palmas. Ante un Cádiz también carente de convicción en su juego y en resultados, los de Juanito Rodríguez salieron de Carranza con la sensación de haber perdido una oportunidad de sumar la segunda victoria de la temporada, primera a domicilio. El empate es un mensaje de aliento y provoca la continuidad del técnico Juanito Rodríguez.

Las Palmas tuvo la primera oportunidad, pero Márquez y Pitu se entretuvieron dentro del área. La defensa grancanaria era un flan y el ímpetu cadista empezó a construir un cerco en el que quería meter a la UD.

Las dos escuadras dejaban evidencias de sus crisis ofensivas. Sin olfato de gol, las oportunidades que se creaban jamás provocaban un trabajo extra para los guardametas sin ser el de atajar o desviar balones que apenas carecían de perpendicularidad. Un intencionado, pero elevado, disparo de Dani cuando se superaba el cuarto de hora parecía un hueco muy profundo en la moral de los isleños.

Durante los siguientes quince minutos Las Palmas sufría para frenar, con muchas faltas, a su rival, y aunque a la contra dispuso de algún balón para intentar cambiar la dinámica del juego, su candidez en el lanzamiento impedía obtener un premio al sufrimiento defensivo.

Tal fue así que Juanma perdonó en, el minuto 33, y en la ocasión más clara de los 45 primeros minutos en una jugada a balón parado. Solo ante Contreras y a pocos metros del portero cadista, el lateral grancanario envió inexplicablemente un chutazo al costado de la red. Sus manos a la cabeza lo decían todo, acababa de marrar un tanto que hubiera podido valer un partido, a tenor de como estaban las cosas antes y durante él.

El Cádiz parecía entonces bajar la guardia en ataque y se entregaba a la suerte del habilidoso Lucas Lobos para intentar batir a Nacho González, mientras Las Palmas asumía algo más el control del esférico para aproximarse a la portería local y construir alguna jugada o barullo dentro del área como el que en el 41 quiso resolver de chilena Márquez, pero que muy cerca de la línea de gol salvó Paz.

Sólo ellos dos, Márquez y Lobos, parecían tener la llave del partido. Apagadas las ideas del resto para crear una ocasión clara, los dos delanteros enseñarían sus mejores armas en el inicio de la segunda parte. Un punterazo del andaluz en las filas grancanarias salvado otra vez por Paz casi en la línea de gol, y un remate intencionado del cadista que hizo lucirse a Nacho González en el minuto diez de la segunda mitad, hicieron que el pulso subiera de ritmo.

Pero eso fue un espejismo. El partido se apagó para volver a animarse cuando el final advertía de un botín escaso para los escuadras. Los intentos de Vella (min. 68), el penalti que reclamó Márquez en el 72 y la ocasión que le brindó a David González y que pilló en frío al canterano, y el disparo alejado de Paz en el 82 ofrecieron carencias de ambos ante el gol.