La UD Las Palmas azotó al Xerez, al que venció por un contundente 0-3. Ocho meses después el equipo amarillo saboreó una victoria como visitante. Y ha llegado en el mejor momento de la temporada porque los amarillos ahora están disfrutando con su juego. Dejar a cuatro puntos al colista antes de que expire la primera vuelta de la competición es un logro a tener en cuenta. El vestuario canario se baña de euforia, pero a la vez la contiene. Aún no ha logrado nada, pues lo más complicado está todavía por llegar. El partido se puso peligroso con el 0-1 hasta que a falta de diez minutos llegaron los goles tranquilizadores de Marcos Márquez y el pichichi Adrián Colunga.

Pronto se perdieron el respeto los dos equipos. La necesidad de ganar obligaba a Xerez Deportivo y UD Las Palmas a no especular con el resultado. La Liga no espera por nadie y menos por los colistas. Con el buen juego que los grancanarios exhibieron ayer en la primera parte nadie se explica cómo están ocupando un puesto de descenso. El Xerez sí demostró su condición de colista. Un equipo sin recursos en el que algunos tímidos destellos de los canarios Momo y Adrián Martín creaban nerviosismo en la zaga isleña. Juan Manuel Rodríguez va poco a poco sacando el mayor rendimiento a un plantel que se comporta sobre el terreno de juego con más soltura y seguridad. Y lo más importante, la UD recupera el olfato de su goleador. Marcos Márquez acabó con su ansiedad. Los delanteros sobreviven gracias a los goles y el sevillano fue el hombre más feliz cuando su cabezazo (m. 19), tras córner botado por Francis Suárez, besó las mallas del Xerez Deportivo. Chapín enmudeció.

Las Palmas había hecho méritos para mandar en el partido. Gran culpa de ello la tuvieron los gemelos Francis y Sergio Suárez. Velocidad, desparpajo, ganas de agradar y, sobre todo, calidad. Los hermanos disfrutaron en el verde césped de Chapín. Alguna patada se llevaron de recuerdo, pero es que la defensa del Xerez no tenía otra alternativa para detenerlos. Con espacios son futbolistas que juegan con mucha verticalidad y la grada agradece su fútbol generoso. Francis mereció el gol porque fue el mejor de largo. Un sutil toque suyo por encima del meta Porato (m. 49) se fue al palo. La afición del Xerez se enervó y no aguantó más. Comenzó a pitar a su equipo porque el panorama era muy oscuro.

El partido para la UD Las Palmas se tornó peligroso por el empuje del Xerez -Casuco quitó a los canarios Momo y Adrián Martín- y por la falta de puntería en los metros finales de los delantero canarios. Márquez (m. 52) volvió a errar otra ocasión y los andaluces se crecieron. La paz al banquillo canario no llegaba. En defensa el equipo de Juan Manuel Rodríguez se mostraba muy solvente. Pedro Ríos pudo empatar a diez minutos para el final, pero se llenó de balón. Su disparo escorado se estrelló en el lateral de la red de la portería de Nacho González. El arquero argentino vivió una tarde sin muchos agobios y solamente al final, en balones colgados, pasó algo de dificultad. Lo paró todo y sumó su tercer partido consecutivo sin encajar un gol. Éste es quizás el dato más relevante de una UD Las Palmas que ya empieza a tener el respeto de todos los equipos. Samuel y López Ramos se entendieron a la perfección. Un binomio que está dando resultado.

Las Palmas tenía el partido en sus manos. Lo único que faltaba era atino para sellar el triunfo ocho meses después en campo ajeno. Fue el momento de lucidez de Darino. El italoargentino firmó su mejor actuación. Dos magistrales pases suyos acabaron en la red. El primero (m. 83) lo aprovechó el máximo goleador, Adrián Colunga, para batir a Porato después de un quiebro magistral. El 0-3 final fue obra de Márquez, en jugada personal. La afición del Xerez reconoció la superioridad de la UD Las Palmas aplaudiendo este gol. Fue la peor cachetada que recibieron los jugadores locales.

La Liga para la UD comienza el próximo domingo frente al Albacete, otro rival directo. Dos partidos consecutivos con victoria. Un gran logro. Pero lo más importante es la imagen de equipo que transmiten ahora los canarios. La esperanza de salvación continúa viva.